errante. Se trata de un libro que se publica en España de la mano de Lumen y que muestra laapasionante relación entre la premio Nobel de Literatura (1945) y Doris Dana, secretaria ycompañera de sus últimos años de vida y albacea de sus bienes materiales e intelectuales. Elepistolario tiene su origen a finales de los años '40, en el verano de 1948, cuando GabrielaMistral vivía en Santa Bárbara (California) y Doris en Nueva York, y que comenzó después de queambas hubieran mantenido un fugaz encuentro personal en el Bernard College de Nueva York, donde lapoeta dio una charla sobre "la industria del odio", con eco internacional. Así lo cuenta y desgrana minuciosamente Pedro Pablo Zegers B., editor del volumen y autor delprólogo. A partir de ese momento, la joven Doris, de 28 años de edad, perteneciente a unaaristocrática familia estadounidense, se queda prendada de la autora de Desolación, entonces de 58años. Y ya en las primeras cartas, y sin conocerla personalmente, se dirige a ella como "mi queriday venerada maestra". Aquí comienza el vínculo entre ambas mujeres, que luego se acrecentaría con la publicación deun libro de Gabriela sobre Thomas Mann que tradujo al inglés Doris. Una relación de más de unadécada que queda plasmada en las 250 cartas que seleccionó Zegers para esta publicación. Y una correspondencia que salió a la luz porque, tras la muerte de Dana, en noviembre de2006, su sobrina y heredera Doris Atkinson donó al gobierno chileno el legado literario de Mistralque Dana había guardado durante casi 50 años, con más de 40.000 documentos entre poemas,manuscritos, inéditos y fotografías, para que se guardara en la Biblioteca Nacional del paístrasandino. Ese legado incluía todo este material, más de 10.000 cartas con las que ha trabajado Zegers,jefe del Archivo del Escritor de la citada biblioteca. El libro despertó polémica en Chile porsacar a la luz la vida íntima de la que es todo un símbolo de la nación. "Cuando leí por primeravez estas cartas, yo sabía lo que tenía entre manos y cuál iba a ser el impacto que iban a provocaren Chile, de manera que las trabajé con mucha cautela", dijo Zegers. Tema delicado, sobre todoteniendo en cuenta que Mistral era muy celosa de su intimidad y nada propensa a airear cartas, yque se volvía a especular con su sexualidad.
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La tapa del libro Niña errante.
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Doris Dana, su asistente personal, y Gabriela Mistral.