Sin embargo, las aguas cercanas al estrecho de Calais, aunque parezcan estar en calma, se convierten en un mar peligroso, con viento y corrientes demasiado fuertes para las embarcaciones endebles en las que viajan los migrantes.
A finales de octubre, cuatro personas de una familia kurda iraní murieron y otras tres desaparecieron en un naufragio en el Canal de la Mancha.
Francia y el Reino Unido firmaron este sábado un acuerdo para poner fin a la migración clandestina en esta zona, que se multiplicó desde 2018.
A partir del 1 de diciembre, se prevén más patrullas y nuevos medios tecnológicos, principalmente drones y radares, en las playas francesas para evitar la entrada de migrantes a Europa.