El expresidente brasileño intentó salir de la sede del sindicato pero no pudo. Los militantes gritan: "Hay que resistir"

Los simpatizantes de Lula no quieren que se entregue

Por UNO

Centenares de militantes bloquearon este sábado la salida del vehículo en el que el expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva pretendía salir de una sede sindical en las afueras de Sao Paulo, tras anunciar que se entregaría a la Policía para purgar una pena de 12 años de cárcel.

Según constató la AFP, tras varios minutos de bloqueo, Lula salió del vehículo de sus abogados, rodeado por enfervorizados manifestantes que gritaban "¡No te entregues! ¡No te entregues!", para volver al Sindicato de Metalúrgicos en Sao Bernardo do Campo, donde se halla atrincherado desde el jueves.

Lula y sus acompañantes habían llegado al estacionamiento por una puerta trasera y pretendían abandonar el lugar discretamente por una puerta lateral, pero rápidamente los militantes rodearon el auto.

Actualmente, todo el estacionamiento está cercado por los militantes, muchos de los cuales visten camisetas rojas del Partido de los Trabajadores (PT, izquierda).

Se ignora hasta el momento si Lula pretende entregarse en la Policía Federal de Sao Paulo o ir hasta el aeropuerto de Congonhas para ser trasladado a Curitiba (sur), donde empezará a cumplir su pena de cárcel por corrupción y lavado de dinero.

Mientras tanto, grupos de detractores y simpatizantes del expresidente, se enfrentaron este sábado en las puertas de la sede de la Policía Federal de Curitiba, donde se espera la llegada del ex mandatario para su ingreso en la cárcel.

El incidente ocurrió a las puertas de la sede policial, ubicada en un barrio residencial al norte de la capital paranaense, donde ambos grupos se encuentran separados por un espacio de 30 metros delimitado por un cordón policial de policías y automóviles.

La policía, que por ahora no intervino, esta preparada para sofocar cualquier agravamiento de la situación, informó el diario local Bemparaná, en su edición online.

El incidente evidencia la polarización que existe en el país en torno a la figura de Lula, quien primero rechazó entregarse de manera voluntaria a las autoridades, tal y como recomendó el juez federal Sérgio Moro en el auto de la orden de prisión, y decidió atrincherarse en el sindicato paulista. Luego anunció que aceptará la prisión.

Este sábado, la presidenta del Partido de los Trabajadores (PT), Gleisi Hoffmann, convocó a la militancia de izquierda a "ocupar" Brasilia y Curitiba, ciudad del sur del país en la que será recluido Lula hasta que el expresidente brasileño sea liberado.

"Ahora mismo comenzamos la campaña. Vamos para Curitiba, vamos para Brasilia, vamos acampar allá hasta conseguir la liberación del compañero Lula", dijo Hoffmann a las puertas del sindicato en que el expresidente se atrincheró después que se dictó un auto de prisión en su contra, al que resistió hasta hoy, cuando anunció su entrega.

Hoffmann se dirigió a miles de personas que se apiñaron desde el pasado jueves frente a ese sindicato en apoyo al ex presidente y aseguró que "desde este domingo" las fuerzas de izquierdas "estarán en Curitiba y en Brasilia, en este último caso exigiendo la libertad.