La India es de lejos el país en peor situación, donde más de 640 millones de personas defecan al aire libre y generan 72.000 toneladas diarias de desechos humanos, el equivalente a casi 10 torres Eiffel o 1.800 ballenas.
Defecar en público es tan aceptable que muchos indios lo hacen en las aceras o en campos abiertos. El que mire por las ventanillas de cualquier tren en la India verá una hilera de traseros desnudos descargando lo suyo en las líneas del ferrocarril. Por otra parte, la diarrea mata a 700.000 niños todos los años, algo que se pudiera evitar con un mejor entorno sanitario.
"En Occidente estas cosas son una pequeña molestia, pero la gente no se muere de diarrea", dijo Christopher Elias, presidente de desarrollo global de la Fundación. "La gente no se da cuenta del enorme daño que hacen las infecciones causadas por los desechos humanos".
La India ha alentado a las comunidades rurales a construir inodoros y el año pasado lanzó un programa de 1.600 millones de dólares para ayudar, pero la construcción de sistemas sanitarios en los países en desarrollo es complicada por la falta de agua y sistemas de drenaje o plantas de tratamiento de aguas negras.
Para salir adelante, dijeron los científicos, los diseños que se exhibieron el sábado en la Feria de los Inodoros van mucho más allá de tratar los desechos humanos como algo desagradable y los reconocen como recursos que pueden generar cosas como electricidad, fertilizantes y combustible.
Los diseños fueron financiados en lo fundamental por la Fundación Gates y están en varias etapas de desarrollo, aunque otros no fueron creados como parte del reto dela Fundación.
Algunos inodoros son abatibles y se pueden trasladar con facilidad a festivales musicales, zonas de desastres o barrios pobres.
Una compañía de Washington, Janicki Industries, diseñó una planta de electricidad que funciona con desechos humanos y produce 150 kilovatios de electricidad, suficiente para miles de casas.
La Universidad West of England, de Bristol, mostró una celda de combustible que funciona con orine para cargar teléfonos móviles.
Otro equipo de la Universidad de Colorado en Boulder presentó un sistema que concentra la energía solar a través de cables de fibra óptica para calentar los desechos humanos a unos 300 grados centígrados. Además de matar patógenos, el proceso crea un producto parecido al carbón llamado biochar que se puede usar como combustible para cocinar y fertilizante.