Narcotráfico

La historia de los argentinos que asistieron al jefe del cartel narco mexicano más rico y peligroso del mundo

Por UNO

La escena muestra en primer plano el rostro de la muerte: un hombre a punto de ser decapitado por otro que lleva la cara cubierta y dice mirando a cámara: “Jalisco, tierra de libertad. Muerte a los secuestradores y extorsionadores. Aquí no permitiremos entrar otros grupos que quieran imponer sus famosas cuotas. Mientras el Cártel de Jalisco siga aquí, no permitiremos la autodestrucción de nuestro propio estado: somos los mata Zetas”.

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A continuación el largo machete se desliza rápido como “serrucho” sobre la garganta de la cara de muerte que cierra los ojos y suspira la vida. La sangre salta a borbotones y salpica la lente.

El plano se amplía y el degüello se repite por cinco. No son talibanes asesinando “infieles” en Medio Oriente en la mal llamada “guerra santa”. Son narcos del Cartel de Jalisco en México matando a sus rivales Los Zetas (un cuerpo de fuerzas especiales que el gobierno mexicano impulsó para combatir la droga y que terminó como uno de los grupos narcos más sangrientos de ese país).

Los del Cartel de Jalisco Nueva Generación son famosos por asesinar sicarios. Tan paradójico como su destino no imaginaron que un simple accidente de tránsitorevelara una verdad que todavía impacta en los pasillos de los tribunales federales de Morón y resuena en los Estados Unidos. Un choque con final aún incierto que comenzó en Puerto Madero.

Jalisco en la Argentina

La historia del cartel más peligroso del mundo en la Argentina surgió de un simple accidente de tránsito que no tuvo heridos (al principio). Incluso sorprendió al propio juez federal de Morón, Néstor Barral, quien recibió la denuncia para investigar a los protagonistas del siniestro como “parte del Cártel Jalisco Nueva Generación”, un grupo narcocriminal mexicano considerado como los más violentos y millonarios del mundo.

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Ademas de manejar el cartel más grande también se dedican secuestro, la extorsión y el tráfico internacional de armas que le pelea al mismísimo Cartel de Sinaloa.

La historia se hizo visible entre nosotros el 10 de marzo de 2009 cuando un Chevrolet chocó en Puerto Madero. En el auto viajaban los mexicanos Pedro Merced Medina Lizarraga, Julio César Alegre Ortega y Francisco Marzio Medina González. Hasta ahí nada anormal.

Lo que ocurrió a continuación parece sacado de la serie Breaking Bad. Los hombres de Prefectura que custodian Puerto Madero intentaron identificar a los mexicanos pero no pudieron.

“Nos gritaban pinche cabrón”, recuerda uno de los prefectos. Así comenzó una investigación que determinó que el auto en el que viajaban los mexicanos estaba a nombre de un argentino, que vivía en la localidad de Ituzaingó, en el oeste del Conurbano.

El argentino se llama Oscar Gilberto Calvete y fue indagado y procesado por el juez Barral. En su extensa declaración dijo que “tienen una consultora en México donde conoció a Gerardo González Valencia, el jefe del cartel”.

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Para el juez está claro el intento del cartel mexicano por hacer pie en la Argentina desde el 2007, según pudo saber A24.com. El otro argentino procesado fue Marcelo Alejandro Arias, quien “funcionaba como chofer y testaferro de los mexicanos”, confirmaron fuentes judiciales.

Arias tenía todo a su nombre: teléfonos de la organización, una flota de autos y “hasta le llevaba los chicos a colegio, entre otras tareas domésticas” para la organización.

Fiestas, lujos extravagantes y placeres

La investigación continuó con más elementos que permitieron determinar la ruta de los tres mexicanos habían llegado a la Argentina en 2008 como turistas. Así se pudo saber que ni bien ingresaron a nuestro país empezaron a constituir empresas y sociedades como Círculo Internacional S.A.

Después del armado societario siguieron con las inversiones en la industria de los alimentos; abrieron locales en Puerto Madero con inversiones millonarias en dólares. Uno de los lugares se llamó estaba ubicado en la calle Olga Cossetini al 260, en un sitios de los más exclusivos en el que -según las fuentes- invirtieron entre tres y cinco millones de la moneda extranjera.

En el expediente judicial figura también un piso en la Torre Bulevar de Le Parc, Azucena Villaflor al 450. Según varios testimonios en ese piso no faltaba ningún lujo y los vecinos hablan de “fiestas nocturnas, visitas extravagantes y placeres por doquier de estilo asiático”.

Los investigadores le confirmaron a este medio que también la agencia norteamericana antidrogas DEA intervino en la pesquisa. Así determinó que desde el teléfono del mexicano Medina Lizarraga se habían hecho comunicaciones a otro mexicano conectado con el Cartel de Sinaloa.

Las pruebas y los testigos señalaron al argentino Calvete como el nexo de González Valencia que se radicó entre nosotros en 2011, con su esposa y sus tres hijos. La familia entera ocupó el 4° piso del Faena Hotel en Puerto Madero, hasta que en 2012 decidió precipitadamente mudarse a Uruguay. Para los investigadores, González Valencia manejó el Cartel de Jalisco desde Uruguay con un teléfono satelital.

No solo invirtió en la Argentina. Según la investigación, pensaba quedarse mucho tiempo ya que inscribió y pagó el colegio de sus hijos en una institución de elite muy conocida.

Quiénes son Los Cuinis

Las fuentes coinciden en que González Valencia es el verdadero capo del cartel más rico del mundo y jefe del grupo Los Cuinis, el mayor proveedor de cocaína y metanfetamina de Europa. Los primeros pasos de Los Cuinis en Buenos Aires se registran en 2007. En los Estados Unidos Los Cuinis es conocida como una de las organizaciones de narcotraficantes más ricas del mundo.

El 9 de julio de 2012 González Valencia empacó sus cosas y se mudó con su familia a Uruguay donde terminó arrestado en abril de 2016, luego de que Montella Global S.A. (una firma que usó para comprar una mansión en Punta del Este) fuera detectada en medio del escándalo de los Panamá Papers.

Fue una operación de dos millones de dólares que terminó por delatar la ubicación de González quien se había hecho cargo de la jefatura del cartel luego de que su hermano mayor, Abigael, cayera preso en 2015.

En Uruguay, González Valencia fue condenado por lavado de activos y la Justicia ya autorizó su extradición a los Estados Unidos. El mexicano apeló a la Corte Suprema que aún resta definir su futuro. Mientras tanto, las autoridades tomaron medidas extremas para su seguridad: lo alojaron en una dependencia de alta seguridad en Montevideo, donde está solo y con mucha custodia para evitar su fuga.

Ahora el juez Barral pide que también declare en la Argentina. El fiscal Sebastián Basso quien investiga junto a Barral, pidió el decomiso de los bienes del narco en Uruguay, dado que el propio acusado declaró que lo compró con dinero que ganó con sus negocios en la Argentina.

La ruta del dinero terminaba en tres cuentas del banco de un conocido banco porteño. De allí surgía para las distintas inversiones y sociedades de los mexicanos que eligieron en Puerto Madero (tal como había hecho el colombiano Ignacio Álvarez Meyendorff).

La última inversión de los tres mexicanos antes de salir de la Argentina sin dejar rastros “fue la firma de un boleto de compra venta de un galpón en Barracas por miles de dólares”.

Los investigadores creen que era para acumular “mercadería” y logística del cartel. Barral pidió la extradición desde México de los tres que chocaron en Puerto Madero más un cuarto mexicano que también deberá declarara en la Argentina, y que se llama Rodrigo Lefe Uribe. En la resolución a la que accedió este sitio también dictó el procesamiento contra Oscar Gilberto Calvete y Marcelo Alejandro Arias, el chofer.

Se pudo saber que el comienzo de la operación de este cartel en la Argentina fue en 2007 y coincide con el año récord de la importación de efedrina; un fenómeno que se relacionaba directamente con el posterior contrabando de ese precursor a México, donde estaba prohibido debido a su uso en la fabricación de metanfetaminas.

Por eso está procesado Esteban Ibar Pérez Corradi, que estuvo prófugo en el Paraguay hasta principios del 2016. La cantidad de efedrina que se importó a la Argentina pasó de una tonelada y media en 2003 a 20 toneladas durante el 2007. Un año después se produjo el Triple Crimen de General Rodriguez.

Desde el 2017 el Cártel Jalisco Nueva Generación estableció una alianza con el Cártel de Tijuana (de los Arellano Félix) buscando recuperar el control de la ruta a los Estados Unidos por Tijuana, controlada por el Cartel de Sinaloa. Esto generó alarma en esta ciudad fronteriza con Estados Unidos con más de 500 muertos, solo el último año, por la guerra entre las dos organizaciones que podría extenderse a Sudamérica.

Fuente: A24

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