La artista expone desde hoy y hasta al 27/4 en la galería de Arte Daniel Rueda (Montevideo 230, 8º piso, oficina 4, Ciudad)

La hermana de Máxima expone sus obsesiones

Por Selva Florencia Manzur

[email protected]

Dolores Zorreguieta tiene 48 años y es una artista contemporánea que ha triunfado en todo el mundo, tras mudarse a Nueva York en los años ’90. Se la conoce –además– por ser hermanastra de Máxima, la reina de Holanda. Sin embargo, Zorreguieta es una creadora que cultiva el bajo perfil y que se halla en la permanente búsqueda de nuevos lenguajes para expresar sus sueños y preocupaciones.

La artista, que actualmente vive en California, estará de visita en Mendoza hasta el 3 de marzo. No sólo vino a exponer su arte a la Galería de Daniel Rueda, sino que también quiere ser turista en la provincia.

“Cuando era chica vinimos desde Buenos Aires en tren, pero me dicen que ya no pasa el tren”, recordó ella en diálogo con Escenario, mientras ultimaba los detalles de su primera muestra individual en la provincia.

Zorreguieta estuvo más que predispuesta a hablar de su arte, pero –y esto no fue negociable– no para hablar de su hermana.

Al consultarla sobre la reina, ella fue tajante: “Eso no lo voy a contestar”, dijo, aunque sin abandonar la sonrisa que siempre la acompaña.

Para esta muestra, Dolores trajo acuarelas, instalaciones, acrílicos y una creación hecha con técnica fotográfica. Las obras se podrán visitar desde hoy y hasta el 27 de abril, en el espacio de arte que Rueda tiene en Montevideo 230 de Ciudad.

Todas las obras están a la venta y hay una que ya fue adquirida por un mendocino. Se trata de una acuarela que pertenece a la etapa más reciente de la artista. Sobre esa serie, ella aclaró: “Tiene que ver con la intimidad, con estar solos y a merced de nosotros mismos. Son desnudos que captan al personaje en un momento de soledad absoluta e inconfesable”.

Zorreguieta vive en Estados Unidos desde 1992 y fue en la “ciudad que nunca duerme” donde se contactó con diferentes corrientes, y una realidad social que la obligó a abandonar sus influencias latinas y rupestres para convertir su arte en algo que ella define como “brutal, una bofetada visual para el público”.

–¿En esa etapa empezás a conectarte con el dolor y la violencia?

–Exacto. Me conecto con el conflicto social, la violencia estatal y de la calle. Inclusive, recibo influencias de la cultura de Hollywood, que implica una brutalidad mucho más explícita, y que es muy estadounidense. La sangre empieza a cobrar un protagonismo que se ve hasta en mi obra actual. Eran temas muy candentes en los años ’90 en Nueva York. Empieza, entonces, a haber en mi obra feminismo, victimización y mucha más teoría de género. Además, fue apareciendo una obra con una gran presencia del cuerpo desde lo orgánico. Algo que estaba en auge en Estados Unidos, y que luego se replicó en todo el mundo, fue la presencia del cuerpo, la teoría del cuerpo. En mi obra aparecen los muertos, la sangre, las hemorragias: el cuerpo casi ineludible, como algo que no se puede contener. Que se hace presente. El espectador debe lidiar con ese cuerpo que no se puede esconder.

–¿Hay alguna obra que exprese tu mensaje en su totalidad o que sea tu favorita?

–Hay temas que se presentan de manera casi obsesiva en mis obras, pero que van tomando distintas formas, a través de lenguajes diferentes. Cuando empiezo una obra, detecto ciertas obsesiones, no sólo temáticas sino en cuanto a cómo están hechas las obras, aunque siempre trato de darles un enfoque nuevo y fresco. Una obra significativa es Wounds, que fue la primera instalación monumental que hice. Ocupaba una galería entera y fue mi primera instalación en Nueva York. Gané un concurso y tuve que entender que era una artista de instalación. Disfruté de todo el proceso y sentí muchas cosas durante toda la muestra. Hoy en día, incluso, sigo viendo esa obra y siento su relevancia. Mucho después la monté en otro espacio y sentí la misma emoción que la primera vez. Entendí por qué había sido

importante para mí 10 años antes.

–En tu repertorio hay instalación, dibujos, multimedia y pintura. Sos una artista todo terreno...

–El artista de instalación y un artista actual debe estar predispuesto a aprender cualquier cosa y en cualquier momento, porque lo que requieren las obras de hoy no tienen nada que ver con lo que se esperaba de un artista en otro siglo. Hay artistas que están trabajando con robótica, con arquitectura, ingeniería y hasta medicina, para resolver ciertos temas. No soy fotógrafa, pero soy una artista para la cual, en un determinado momento, la fotografía es el mejor instrumento. Por ello, me tengo que adaptar a ese lenguaje de manera “bastarda”, porque no tengo el oficio. Con mi obra El vestido sandegrante

pasó que lo ideal hubiera sido que lo resolviera un ingeniero hidráulico. Pero uno investiga.

–¿Y tus fuentes de inspiración?

–El cine es fundamental como inspirador. Puedo asociar ciertas obras mías con películas que me marcaron. Me acuerdo de haber sido muy chica e ir a ver Ran, de Akira Kurosawa y, al volver, mis paletas de colores cambiaron. Muchas veces son las películas las que me inspiran, los libros, las noticias o la televisión. Mi inspiración no viene necesariamente de un lugar de alto vuelo intelectual. A veces, viene de las expresiones culturales más básicas.

–¿Volvés directo a California tras tus vacaciones en Mendoza?

–No. Voy a trabajar para una muestra grupal que se hará en Buenos Aires. Exhibiré una obra que voy a realizar allá, para la cual ya preparé algunos elementos en California. Es la primera vez que vuelvo a trabajar una obra en Argentina desde que me fui. Hice muestras en Argentina, pero nunca de obras hechas aquí. Siempre las traía de Estados Unidos.

–¿Extrañás la Argentina?

–Sí. La situación ideal para mí es poder hacer un intercambio cada vez más profundo. Por eso, estar un tiempo en Mendoza es importante, también desarrollar mi obra en Buenos Aires. Es una forma de integrarme a la comunidad artística de acá.

21 años hace que Dolores Zorreguieta vive en Estados Unidos. Primero estuvo en Nueva York, donde tomó cursos y ganó concursos, y ahora, en California, donde actualmente reside. Es hermanastra de

Máxima por parte de su padre

 Embed      
De visita. La artista recorrerá la provincia hasta el 3 de marzo, además de mostrar su arte.
De visita. La artista recorrerá la provincia hasta el 3 de marzo, además de mostrar su arte.