El escándalo que envuelve a Evo Morales, su ex novia y el hijo que tuvieron en 2007, no deja de escalar. Ahora se cree que el niño nacido ese año estaría vivo y no muerto, como afirmó el presidente de Bolivia. El affaire se agudizó luego de la derrota de Morales en el referendo que convocó el domingo 21 de febrero para buscar un cuarto mandato presidencial. El viernes, la ex novia y ejecutiva de una empresa china, Gabriela Zapata, fue detenida y sometida a graves cargos penales. Las denuncias conocidas en la campaña indican que la empresa china representada por Zapata se benefició con contratos de obra pública desde que la ex novia de Morales quedó al frente de la firma, en 2013.
Ayer, la ministra de Transparencia, Lenny Valdivia, aseveró que el mandatario “nunca le ha mentido al pueblo” sobre el caso de su hijo con Gabriela Zapata. Ocurre que según la versión que dio Evo Morales, el niño falleció poco después de nacer en 2007. El sábado, una tía de la detenida declaró en cambio que el niño está vivo y en buena salud. Ante esta declaración, que conmovió a Bolivia el fin de semana, la ministra Valdivia afirmó que si el menor está vivo, que lo presenten hoy ante la justicia de menores. La ministra anticipó un proceso legal “por difamación y calumnia” en caso de que la noticia sea falsa. “Como gobierno, estamos preocupados por todas estas aseveraciones; exigimos, si es cierto que el niño está vivo, que en el plazo de 24 horas lo presente ante cualquier juez del menor en el territorio nacional”, emplazó Valdivia.
Todo indica que al ser detenida en forma tan fulminante el viernes, la joven Zapata se sintió usada por Morales para intentar limpiar su imagen, muy dañada por el affaire que se reveló durante la campaña. La joven fue vista ayer muy conmocionada al ser trasladada esposada a una sede judicial, donde se orddenó que siguiera detenida. El sábado, una tía de Zapata, Pilar Guzmán, afirmó que el niño que tuvieron Morales y Zapata en 2007 está vivo, tiene entre 8 y 9 años y vive en la zona de La Paz.
Gabriela Zapata es acusada por la presunta comisión de los delitos de “legitimación de ganancias ilícitas”, “enriquecimiento ilícito con particulares al Estado” y “uso indebido de influencias en grado de complicidad”. La rápida acusación y arresto pareció una reacción del gobierno para poner algún freno al escándalo, iniciado en plena campaña electoral —cuando Morales debió reconocer por televisión que había tenido un niño y que este había fallecido, algo que jamás había admitido. La empresa china CAMC era dirigida hasta ahora por Zapata, quien en forma sorpresiva pasó a ser una alta ejecutiva en 2013. Desde ese momento, CAMC ganó sustanciosos contratos con el Estado para construir importantes obras públicas. Las obras, por más de 500 millones de dólares, se asignaron en forma directa, sin concurso.