"En ese momento me pregunté, ¿puedo matar a este chico?, legalmente, ¿puedo? Y me respondí: tengo que hacerlo, de no hacerlo me matará si me alcanza", relató el agente en un discurso poco coherente, aún después de saber que el adolescente estaba desarmado.
Wilson sostiene que Brown lo agredió e intentó quitarle el arma, un relato que contradice la versión de algunos testigos, entre ellos un amigo que acompañaba al joven. Según esos testimonios, Wilson disparó en repetidas ocasiones al joven cuando este estaba desarmado y con los brazos en alto, el gesto utilizado ahora como ícono de las protestas acompañado del grito: "No dispares".
La indignación volvió la madrugada del lunes a Ferguson tras conocerse que Wilson seguirá libre y sin cargos al concluir un gran jurado que no hay pruebas suficientes para imputarlo. Tras escuchar la versión de 60 testigos y del propio Wilson, el gran jurado decidió que no existe "causa probable" para imputar al agente.
Los cargos que podría haber enfrentado Wilson abarcaban desde un máximo de 4 años de cárcel por homicidio involuntario a cadena perpetua o pena de muerte por asesinato en primer grado. El gran jurado decide si hay pruebas suficientes para presentar cargos contra una persona, por lo que tras su fallo el caso de Wilson queda cerrado por esta vía.
No obstante, continúa la doble investigación independiente del Departamento de Justicia sobre si, por un lado, hubo una violación de los derechos civiles en el caso de Brown, y, por otro, si la policía local mantiene prácticas discriminatorias, explicó el fiscal general, Eric Holder, en una declaración.
Fuente: Efe.