La otra cara

El costo oculto del auge de la inteligencia artificial

El auge de la inteligencia artificial impulsa nuevos centros de datos en América Latina. Comunidades locales exigen transparencia sobre su impacto ambiental

Por UNO

Los centros de datos que sostienen el avance global de la inteligencia artificial son tan gigantescos que detener su expansión parece imposible. Sin embargo, mientras su crecimiento promete desarrollo e inversión, también genera una ola de resistencia en América Latina, Estados Unidos y el Reino Unido.

En estas regiones, muchas de estas instalaciones se construyen en zonas áridas o con recursos hídricos limitados, lo que enciende el debate ambiental.

La investigadora chilena Paz Peña, integrante de la Fundación Mozilla, estudia cómo estos proyectos afectan a las comunidades locales y qué papel juegan los gobiernos latinoamericanos en su impulso.

“Existe una intensa actividad de lobby entre los gobiernos y las grandes tecnológicas para atraer inversión extranjera”, explicó en una entrevista con The Guardian durante el festival Mozilla de Barcelona, un encuentro que busca repensar la tecnología desde el impacto social y ambiental.

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La investigadora Paz Peña posando durante una entrevista con EFE, en Santiago de Chile (Argentina). Crédito: EFE/ Elvis González.

La investigadora Paz Peña posando durante una entrevista con EFE, en Santiago de Chile (Argentina). Crédito: EFE/ Elvis González.

América Latina entre la inversión y la resistencia

Chile y Brasil lideran la carrera por instalar centros de datos en la región. En Chile, el gobierno busca flexibilizar los controles ambientales para atraer inversión, mientras en Brasil ofrece beneficios fiscales a las empresas tecnológicas. Pero esa apertura genera fuertes críticas.

Según Peña, en Chile se modificaron las normas que obligaban a los centros de datos a someterse a evaluaciones de impacto ambiental, reduciendo la transparencia y dejando a las comunidades sin información clave sobre el consumo de agua, energía y diésel.

Esa falta de información encendió la protesta social. “Las comunidades sienten que los planes nacionales de inversión están pensados para las empresas, no para ellas”, afirma Peña.

En Argentina, OpenAI anunció el lanzamiento de Stargate Argentina, un mega proyecto de infraestructura de inteligencia artificial que se situaría en la Patagonia y que demandaría una inversión de hasta 25.000 millones de dólares.

Comunidades que enfrentan al secretismo corporativo

El caso de Uruguay es paradigmático: durante una sequía extrema, el gobierno negó a los ciudadanos información sobre cuánta agua consumiría el nuevo centro de datos de Google en Montevideo, alegando “secreto corporativo”.

“Un data center de IA consume en promedio la cantidad de agua por día que utiliza una ciudad entre 10.000 y 50.000 personas”, apunta Peña. “Un data center de IA consume en promedio la cantidad de agua por día que utiliza una ciudad entre 10.000 y 50.000 personas”, apunta Peña.

Los vecinos acudieron a la justicia y ganaron el caso, amparados por el Acuerdo de Escazú, que garantiza el acceso público a información ambiental.

Para Peña, el problema no es solo el uso de recursos, sino la opacidad con la que se toman las decisiones. “La gente no se opone al progreso, sino a que se les oculte información que afecta su vida diaria”.

Fuente: The Guardian, EFE y diariouno.com.ar.