El palacio de Sandringham es el lugar elegido para la reunión que encabeza la Reina Isabel II. Un castillo, en el condado de Norfolk, ubicado a 179 km. al noreste de Londres.
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La reina como jeda de familia, convocó a su hijo Carlos y a sus dos nietos, William y Harry, para buscar una rápida solución a la crisis que planteó la necesidad de "dar un paso al costado" de los duques de Sussex.
Con el "meghxit", los medios especializados en la realeza, aseguran que Isabel II está determinada a encontrar una solución urgente a este desafío inesperado para su reinado. La resolución debe surgir, como máximo en días y no en semanas.
La otra gran protagonista femenina del "cortocircuito" es Meghan Markle. Sigue en Canadá a donde viajó para estar más tranquila con su pequeño hijo, Archie. Sin embargo, los medios británicos aseguran que participa de la "cumbre". Las distancias ya son un problema. Una video conferencia transforma a la joven norteamericana en la quinta participante de la "cumbre urgente".
Durante el fin de semana se conoció una noticia que puede sacudir aún más a la casa Windsor. En el viaje de fin de año de Harry y Meghan, o ahora, con la joven en Canadá, los duques de Sussex habrían firmado un contrato para, entre otras cosas, realizar una nota de televisión con "agenda abierta". Es decir, sin restricciones ni secretos de ninguna especie.
Durante la entrevista, podrían surgir detalles no solo de la relación con la reina o con William y Kate. También podrían conocerse datos sobre la situación del príncipe Andrés, involucrado con el escándalo por su vinculación con el pedófilo Jeffrey Epstein.
William y Harry tenían una relación muy estrecha. Como hermanos y como amigos. Pero en estos últimos años se han ido alejando hasta que, el fin de semana que pasó, William declaró: "Es duro estar separados, pero no puedo apoyarlo más. Ya no estamos en el mismo equipo".
La respuesta de Harry fue inmediata. Ya no comparten una cuenta común que tenían en Instagram con los duques de Cambridge.
Para los contribuyentes británicos, más allá de la simpatía por unos y otros dentro de la Corona hay otro tema importante. Si Harry y Meghan confirman su "paso al costado" ya no tendría sentido aportar con sus impuestos para sostener gastos de la pareja.