"Debido al rápido aumento en el número de contagios y de los ingresos hospitalarios, y las restricciones adicionales, el panorama es sombrío. Dado que es muy incierto cómo irán las cosas, y ya tenemos que hacer importantes inversiones para estos espectáculos, no es responsable continuar con los preparativos", argumentó el ayuntamiento.
Los contagios en Países Bajos se han disparado desde que el Gobierno neerlandés decidiera poner fin a la distancia social a finales de septiembre a cambio del uso del pase covid.
Mientras, el ritmo de vacunación en Países Bajos sigue estancado. Un 82,4% de los mayores de 12 años tienen ya la pauta completa, y un 85,9% tiene al menos una dosis, aunque se cree que en torno al 13% de la población no prevé vacunarse de momento por razones que van desde el escepticismo hacia la seguridad de las vacunas hasta los motivos religiosos.
El Gobierno ya limitó la participación en la vida social de los no vacunados o los que no hayan superado la covid-19, y les exige en la actualidad someterse a un test para poder acceder a la hostelería, los eventos culturales y musicales, los gimnasios o las piscinas, entre otros lugares de acceso público.
Sin embargo, este enfoque no parece estar funcionando a la hora de reducir la presión hospitalaria y el aumento de los contagios, por lo que el Ejecutivo está tratando de apostar por la política 2G, que supone otorgar un pase covid válido solo a aquellas personas con pauta completa o que se hayan recuperado de la enfermedad causada por el coronavirus.