La industria automotriz nacional suma un nuevo integrante a su línea de montaje. Se trata de la esperada RAM Dakota, una pickup que el grupo Stellantis comienza a fabricar en su planta de Ferreyra, Córdoba, un polo industrial clave para el sector en Argentina. Su producción inicia pocos meses después de la de su hermana, la Fiat Titano, lo que marca un nuevo rumbo para la compañía.
Esta movida consolida a la fábrica cordobesa como un punto neurálgico para la producción de camionetas en toda Sudamérica. Con este anuncio, Stellantis fabrica por primera vez un vehículo de la marca RAM en el país, un verdadero hito que fortalece toda la cadena de valor y la integración con los proveedores locales.
Una apuesta con la mira en el exterior
El principal objetivo de este proyecto es la exportación, ya que más del 70% de la producción de esta pickup se destinará a otros mercados. La nueva camioneta saldrá a la venta entre noviembre y diciembre de este mismo año, con una propuesta que apunta a un segmento superior al de otros vehículos fabricados en Argentina.
Aunque la RAM Dakota comparte plataforma y mecánica con la Fiat Titano, se distingue por un nivel de equipamiento y una calidad de materiales superiores. Stellantis busca posicionarla como una opción premium, en línea con el diseño que ya vimos en la RAM Rampage importada desde Brasil.
Este es el segundo modelo que usará el nuevo motor Multijet turbodiésel de 2.2 litros que Stellantis también producirá en Argentina. La decisión forma parte de una inversión total de 385 millones de dólares que, además, genera 1.800 nuevos puestos de trabajo.
La llegada de la Dakota complementa la fabricación de la Fiat Titano y del exitoso Fiat Cronos. De esta manera, en menos de seis meses, la planta de Córdoba pasó de fabricar un modelo a producir tres vehículos de dos marcas distintas, reafirmando su importancia estratégica para la RAM.
La voz de los protagonistas
Herlander Zola, el flamante presidente de Stellantis Sudamérica, estuvo presente en el anuncio. “El lanzamiento de la RAM Dakota es un ejemplo concreto de cómo la integración local impulsa la competitividad regional.
Este proyecto representa un verdadero motor de desarrollo ya que fortalece estratégicamente nuestra red de proveedores, impulsa la generación de empleo calificado y nos permite fabricar vehículos con estándares