Son las que integran el proyecto "Mujeres al kili" en alusión a la mítica montaña que deslumbró a Hemingway.

Mendocinas tratarán de hacer cumbre en el monte Kilimanjaro

Por UNO

El sol de África, el que fue testigo y alumbró el nacimiento y desarrollo de la humanidad, desde el 15 de este mes verá como un grupo de soñadoras mendocinas plasman sus anhelos y rompen cadenas invisibles. Más de una docena de mendocinas, acompañadas de otras argentinas y algunas extranjeras aceptaron el reto de ascender, elevarse, y buscarán hacer cumbre en la mítica montaña más alta del Continente Negro, el monte Kilimanjaro, de 5.895 metros, ese que sirvió de telón de fondo y testigo mudo a los relatos de Hemingway y otros autores, y es uno de los Seven Summit (Siete Cumbres), los techos de cada continente, más un "colado" McKinley en las Rocallosas estadounidenses. La expedición tiene nombre, y se llama: Mujeres al Kili.

Popi Spagnuoli y Belén Escudero pergeñaron una idea maravillosa, dijeron "se puede", y lanzaron la invitación a otras mujeres que aceptaron otro desafío en la vida, el de dejar de mirar la vida y salir a vivirla. Y así se armó este grupo de valientes; este "pequeño y feliz ejército, nuestra banda de hermanas" -parodiando al Enrique V de Shakespeare- que tendrá otra batalla distinta a aquella de Agincourt por delante, y la acometerán con valor y alegría, apoyadas entre sí. No será una batalla de muertes, será una batalla de vida, una vida libre de trabas y reglas arcaicas.

"La idea surgió hace cinco años, cuando iba subiendo a hacer cumbre en el Kilimanjaro. Ahí vi a un grupo de inglesas que también escalaban, y me surgió la idea de volver con una expedición de mujeres", explicó la mendocina Belén Escudero, mamá de cuatro hijos, que agregó: "Un día se lo comenté a Popi, con quien salimos a correr, y le propuse que fuera la guía, y así comenzamos a invitar y a sumar a las chicas".

"Es la montaña más alta de África y está dentro del circuito de las Seven Summits y es la más sencilla, es la que todo el mundo hace primero. Además, tienen un servicio logístico que ayuda mucho a que la gente vaya y haga cumbre", explica la elección del objetivo Popi Spagnuoli, una bahiense radicada en Mendoza desde hace 20 años, casada y con un hijo, y que entre otros logros tiene el de ser la primera argentina en registrar una cumbre invernal en el Aconcagua.

Sobre el grupo, ambas ideólogas comentaron: "Somos un grupo de lo más heterogéneo. Seremos 23, y las edades inician desde los 30, y llegan a los 55. Sobre sus actividades, también es de los más variado, hay amas de casa, abogadas, actrices, profesoras de Educación Física, masajistas, entre otras", informaron.

"La preparación para intentar esta cumbre no es de lo más exigente. Porque lo más importante no va a ser llegar a la cumbre, si no que cada una de lo mejor de sí misma. Hay otras tres chicas que también serán guías, y le hemos pedido a todas, estudios de aptitud psicofísica, y salidas periódicas al cerro Arco.

También hicimos andinismo subiendo cerros en nuestra cordillera. Todas están ya en forma y lista para partir", explicaron Belén y Popi.

La partida será el próximo sábado 13, y el itinerario será: Santiago, Sao Paulo, Johanesburgo, Kenia, Tanzania. Otro grupito saldrá de Buenos Aires y tienen las escalas de: Etiopia, Kenia y Tanzania. El grupo más pequeño (dos) de los tres viajarán desde Isla Reunión.

Muchas mujeres hablan desde las redes sociales sobre los "aquelarres", "Lobas aullando a la luna" y "danzas alrededor del fuego" y "empoderamiento". Este mes, habrá 23 mujeres haciendo todo eso desde el techo de África, imaginando ya su próximo desafío, la próxima cumbre.

En primera persona

Marcela Manino -Profesora de Educación Física, 52 años, casada y mamá de dos chicos,

MI amor por la montaña nació cuando era pequeña, y mi papá compró un lote en el Salto, en la época que no había nada, y todos los fines de semana íbamos allá, donde él construyó una casita junto al arroyito, y por las tardes buscábamos leña en una pampita cercana para la salamandra. Mi viejito, el Polo, fue el que me enseñó a amar a los cerros, y sentir que las montañas ahora son mi religión.

En 1990 emprendí el camino del fitness, que llegó con gran auge, y me convertí en una de las pioneras. Fueron años de arduo trabajo, muchos logros y productividad. Durante esa carrera no tuve tiempo para hacer lo que me gustaba, pero en 2009, por un gran problema de salud que tuve, eso fue una gran bisagra en mi vida, y ahí reformulé mi vida laboral. A raíz de eso comencé a trabajar menos y a disfrutar más. De este modo me reconecté con la montaña. Desde ese día me prometí: todos los meses de octubre, siempre que pueda, me voy a regalar un viaje para mi cumpleaños.

Así fue que el 8 de marzo se hizo en calle Arístides Villanueva la presentación del Mujeres al Kili, y comencé a pensar en la posibilidad de sumarme y a trabajar en pos de eso. Apliqué un lema que uso siempre: "Si cabe en mi mente, cabe en mi mundo", y con el apoyo permanente de mi esposo, y pese a la situación económica del país, en base a préstamos, apoyo de las guías y otras cosas pude sumarme a la expedición.

Si Dios quiere, el 18 de octubre voy a estar en ruta para pisar el Techo de África para celebrar mi cumpleaños número 53.

Anne France Point, Belga, casada con un argentino y madre de dos chicos, es terapeuta en la construcción de la biografía humana y hace calendario maya

"He tenido experiencia de subir cerros, pero esto de acompañar espiritualmente a un grupo tan grande será mi primera experiencia.

En el grupo hay un poco de todo, es muy heterogéneo.

El objetivo es llegar a la cima del Kilimanjaro, peo también llegar a una cumbre interna. Iremos como una pequeña tribu de mujeres a escucharnos, trabajar la Brújula Interna, y hacer reflexiones e intercambios.

La idea es que la mujer se sienta amparada, amada, acompañada y querida. Esa es la propuesta para este viaje.

La idea nuestra es que toda mujer puede hacer montañismo, trekking, pero sobre todo conectarse con otras "tribus", culturas o países pero que trabajen vinculadas a la montaña.

Este movimiento debe ser accesible para todas las mujeres, sin prejuicios de pensar en que no están entrenadas. Deben tener sí una buena condición física para poder disfrutarlo, si no se sufre, peo que no sea excluyente.

Patricia Pato Breuer Moreno (Casada sin hijos. Guía de trekking y profesional de ciencias de la educación)

Nuestro eje es conocer otras mujeres que también tengan nuestro eje, la montaña, y promover el desarrollo local de los lugares donde vamos y vincularnos con aquellas que están trabajando igual que nosotras, y que sean experiencias diseñadas por nosotras y para nosotras. Principalmente que hagan expediciones o trekking. Por ejemplo ahora vamos a estar con las {únicas dos guías que tiene el parque en el Kilimajaro, y con diez porteadoras del lugar.

Cuando vayamos al Nepal -el próximo objetivo de Mujeres a la Cumbre- vamos a trabajar con una organización que trabaja empoderando mujeres nepalesas que son porteadoras y guías,. Lo mismo en Bolivia, donde estaremos contactándonos con cholitas. Promoviendo el rol de la mujer, como lo estamos haciendo acá.

Queremos democratizar ese acceso a la montaña de la mujer, que de otra manera no se animaría, pero con un grupo con contención, organización, si lo pueden Hacer. De hecho, muchas de las mujeres que vienen, no tienen tanta experiencia en la montaña, pero quieren hacerlo por una experiencia y un desafío propio.

La montaña nos da todo, la vivencia, el caminar y la cumbre sería el postre. Si podemos volver con la cumbre realizada, mejor, pero no es el objetivo primero, aunque lo visualizamos. Lo importante es caminar por la montaña, conectar con la naturaleza, tus compañeras, te desafía y te anima a hacer otras cosas que antes no te animabas.

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