Matías Stevanato, sucesor de Bermejo, deberá construir poder. Néstor Majul será la ficha que jugará el gobernador para librar la gran batalla

Cómo jugarán los alfiles del PJ y la UCR que se enfrentarán en Maipú

Por UNO

El terremoto político que generó Alejandro Bermejo al anunciar que no buscaría otra reelección como intendente de Maipú no sólo zarandeó el terreno del peronismo maipucino, que se agrietó con la inesperada unción de Matías Stevanato como el sucesor, sino que hizo crujir también los vidrios del resto de las intendencias que comanda el PJ, cuyos caciques sienten que, sin consultarlos, pateó el tablero y los expuso aferrados a sus comunas. Hasta se permitió invitarlos a que lo imiten.

A salvo de esa onda expansiva, en el radicalismo ven que el inminente fin de la "dinastía" Bermejo, que en 2019 habrá gobernado 22 años esa comuna -comandada por el PJ desde 1983-, les abre una inmejorable chance de dar pelea, ahora con posibilidad de ganar. Para esa batalla quien se pondrá los guantes será el subsecretario de Relaciones Institucionales del Ministerio de Seguridad, Néstor Majul.

El funcionario maipucino, que hoy es el armador político de Cornejo, trabajó sin éxito para ganarles la intendencia a los Bermejo, pero ahora tendrá a su favor el respaldo del gobernador, que apostará por él para derrocar el último bastión peronista del Gran Mendoza.

Así las cosas, Maipú se ha convertido en un gran tablero de ajedrez en donde tanto el intendente Bermejo como el gobernador están dispuestos a mover de la mejor manera sus peones para que en 2019 las urnas les sonrían.

Impuesto jefe de Gabinete

Para posicionar a su ungido, Alejandro Bermejo le creó a Matías Stevanato (37) el cargo de jefe de Gabinete, que asumió el miércoles con la dura tarea de ganarse la confianza del equipo bermejista, que le mostró los dientes apenas llegó y de hacerse conocido y emular en algo el carisma de su padrino político. Tan adverso fue su arribo al municipio que hasta corrió el rumor de que llegaba a recortar el 40% la planta municipal, algo que debió negar una y otra vez. También se habló de renuncias de funcionarios que finalmente no se produjeron.

Después de la dura derrota que sufrió en el 2015, cuando sólo consiguió el 8% de los votos al enfrentar al mismo Alejandro Bermejo, Stevanato, que venía de ser senador provincial, comenzó a trabajar en una consultora y extendió sus redes más allá del peronismo.

Así el dirigente, que hasta hace poco seguía estudiando Derecho e intentaba graduarse en la Universidad Siglo XXI (la misma en la que se recibió la novia de Julio Cobos), llegó a ser asesor del diputado del Frente Renovador, Guillermo Pereyra, ex secretario general del sindicato del Centro Empleados del Comercio.

En eso estaba cuando comenzaron las charlas con Bermejo para sumarse a su gestión, en la que -aseguran-estuvieron también el ex ministro de Celso Jaque, Alejandro Cazabán, quien habría sido influyente a la hora de elegir a Stevanato y volvería así a recuperar espacio en el PJ.

En el espectro de posibles sucesores, Bermejo no habría encontrado tampoco opciones que lo convencieran, dejando de lado a los hermanos Bianchinelli, luego de que el Tribunal de Cuentas multara con una suma millonaria al diputado, Carlos, por irregularidades en su gestión al frente del Instituto Provincial de Juegos y Casinos.

Aquella amplitud de relaciones políticas es algo que el peronismo puro le critica al futuro candidato maipucino, pero él y su entorno insisten en que esa carta podría asegurarle también los votos de otros espacios, como es el mismo Frente Renovador, con los que podría aliarse y con el que mantiene un fluido contacto.

El nuevo jefe de Gabinete de Maipú, que ya se quemó en 2015 pagando encuestas que le aseguraban que ganaría y ni siquiera consiguió el 10% de los votos, esta vez parece dispuesto a caminar Maipú, consciente de que sólo con el aval de Bermejo no le alcanzará para hacerle frente a la estructura que promete desplegar Cornejo en su territorio.

Lleva en las espaldas una pesada mochila: si lo logra, será un mérito compartido; si pierde las elecciones, será el que enterró al peronismo maipucino.

Tejiendo poder

El subsecretario de Relaciones Institucionales del área de Seguridad, Néstor Majul, es mucho más que eso en el gobierno de Alfredo Cornejo: es el operador político que tracciona por instalar la forma de pensar del gobernador más allá de la Seguridad. Estuvo, por ejemplo, impulsando la aprobación del ítem aula, entre tantas otras pujas que lideró.

Su forma de hacerse un lugar en el radicalismo podría hablar a las claras de su capacidad de adaptación. Comenzó con Víctor Fayad, trabajó con Roberto Iglesias, se afianzó con Julio Cobos, cuando este llegó a la vicepresidencia, y se convirtió en uno de los pocos que integra el círculo íntimo de Cornejo, en el que se mueve cómodo. Desde ese lugar, nadie podría dudar que el gobernador lo impulse como su candidato en Maipú, dejando sin chances al concejal radical Sergio Dragoni, que en el 2015 se enfrentó con Alejandro Bermejo y cayó aplastado con el 25% de los votos, ante el 59% que consiguió el hoy intendente peronista.

Igualmente -aseguran sus allegados- Majul está envalentonado como para atravesar internas e, incluso, enfrentar a un posible candidato que instalaría en breve el PRO en ese departamento. Si bien el objetivo es conseguir una unidad radical en Maipú, el liderazgo de Majul podría significar que no todos los dirigentes acompañen esa propuesta.

Haciendo política desde hace años, Majul no desconoce el poderío de los Bermejo -se dice que hasta son amigos de juntarse a cenar- y también por eso debe saber que la realidad de Maipú no es la decadencia que tenía Guaymallén o Las Heras, de la que se valieron los candidatos radicales para arrebatárselas al peronismo. Maipú tiene sus cuentas ordenadas, en 2019 podría cumplir con las obras previstas, lo que hace aún más difícil la tarea del opositor.

En esa faena están hoy Majul y también el radicalismo completo. Tanto es así que el mismo Rodolfo Suarez, presidente del partido, atento a los movimientos de Bermejo en la comuna organizó el miércoles una reunión en el comité maipucino para ir definiendo estrategias. La idea central es mostrar que Maipú puede estar aún mejor, que podría crecer como lo hicieron Ciudad y Godoy Cruz, y que para llegar a eso le vendría bien la alternancia en el poder.

Una táctica es ir ganando terreno en el departamento como para visibilizar las políticas radicales. Algo de eso consiguieron al ganar la dirección del hospital Diego Paroissien.