La funcionaria destacó que este cambio, junto con otros debidamente explicados en el boletín, permitirán una mejora en el funcionamiento del sistema de control médico y procedimientos administrativos del preocupacional del personal docente y no docente, mejorando las condiciones laborales de los agentes educativos.
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Foto: UNO / Axel Lloret
“Los docentes titulares que ya tienen un apto psicofísico no van a tener que renovarlo durante su carrera docente. Solamente deberán renovarlos aquellos que tomen otro cargo que requiera de otro certificado de aptitud psicofísica o que sea docente en escuelas albergues o de fronteras, ya que estas modalidades requieren de un control especial”, destacó.
30 días para los docentes ingresantes
En tanto, los docentes ingresantes continúan teniendo 30 días posteriores para presentar el certificado de aptitud para ejercer el cargo que tomen.
También se estableció en esta nueva normativa que los docentes suplentes deberán renovar el psicofísico cada cuatro años. En este caso se acortó el lapso, que era de ocho años.
Conocer patologías para decidir si se sigue con la carrera docente
No son pocos los maestros y profesores que se quejan por los exigentes requisitos para el ingreso a la docencia en Mendoza. Por otra parte, muchos de ellos se topan con la “novedad” de que padecen algún trastorno recién cuando finalizaron la carrera docente o el profesorado.
Por eso, Nuarte sostuvo que desde la DGE se está considerando que los estudiantes sean evaluados de manera voluntaria durante el trayecto para que, al menos, los futuros educadores conozcan alguna condición que puedan padecer ya que, eventualmente, podría ocasionar obstáculos a la hora de tomar horas en el sistema público.
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El ciclo lectivo 2025 iniciará con alumnos en el aula el lunes 24 de febrero.
Como se sabe, las exigencias son menos rigurosas en el ámbito privado.
En ese contexto, la funcionaria dijo que ya está aprobada una ley en la legislatura provincial que permite hacerse –de manera opcional- una preevaluación a los estudiantes del profesorado de Educación Física. “El objetivo es ampliarla a todas las carreras docentes a modo preventivo para que puedan informarse si padecen alguna patología para poder tratarla”, dijo la funcionaria.
Lograr el apto físico: odisea para una docente premiada a nivel nacional
La obesidad es uno de los factores que pueden impedir a un docente ser aprobado por la junta médica al ingresar al sistema educativo. “Tiene que ver con las enfermedades asociadas o la imposibilidad de permanecer de pie durante periodos prolongados”, explicó Nuarte a Diario UNO.
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"Me llevó casi tres años obtener el apto físico definitivo", dijo Carina Morales a UNO.
Gentileza TN
El caso de Carina Morales, ganadora del primer premio en un concurso nacional "Docentes que Inspiran", ilustra esta problemática. “Conseguí mis primeras horas en 2019 gracias a una suplencia larga. En ese momento, solo necesitaba un certificado de una entidad pública, que me lo otorgó por tres meses. Simultáneamente, inicié el trámite en Salud Laboral para obtener el apto definitivo, pero me lo rechazaron por mi peso. Por ello, no pude tomar más horas en otros colegios”, relató Morales, egresada del Instituto Tomás Godoy Cruz, donde estudió siendo adulta y su historia superadora, que trascendió fronteras, fue publicada por este medio el 5 de octubre pasado.
“Inicié un largo y tedioso recorrido médico. Incluso consideré una cirugía bariátrica, pero una operación previa me lo impidió. Continué con la suplencia, pero sin posibilidad de concursar, siempre rechazada”, agregó.
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Tras perder peso, Carina obtuvo un certificado provisorio. “Cada tres meses iba a la junta médica, donde verificaban en la balanza si cumplía con el plan exigido”, recordó.
Finalmente, en 2022, casi tres años después, logró el apto físico definitivo con “preexistencia”, un documento que registra que tiene una patología de base. “Creo que es una especie de seguro para el sistema, dejando constancia de mis dificultades y mi predisposición a otras complicaciones”, reflexionó.
Un plan nutricional para conservar el trabajo y seguir su vocación
“Tuve que adherirme a un plan nutricional y demostrar pérdida de peso durante todo ese tiempo. Me esforcé muchísimo para adelgazar y poder trabajar, pero aún lucho día a día. La medicación es costosa, lo que dificulta seguir el tratamiento al pie de la letra”, confesó. Además, señaló que los problemas económicos complican mantener el ritmo del tratamiento.
Actualmente, Carina está de licencia debido a una lesión en los meniscos. “Tengo un problema en la rodilla, el menisco está roto. Hice el reclamo correspondiente, pero la ART aún no se expide. Necesito operarme y espero que todo esto pase pronto para retomar mi trabajo”, expresó esperanzada.
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Las ironías de la docencia: es una docente premiada pero llegar al aula fue una odisea.
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Morales también destacó que muchas colegas enfrentan patologías más graves, como el hiato en las cuerdas vocales, una de las causas más comunes de rechazo del apto físico. “Con ese antecedente, algunas nunca pudieron obtenerlo”, comentó.
“En mi caso, lo conseguí, aunque tardó. La DGE tiene su mecanismo, y uno no imagina el largo proceso que puede implicar lograr algo que parece tan sencillo”, concluyó.