A las 14.30

Carina, finalista del concurso "Docentes que inspiran", presentó un libro con historias de sus propios alumnos

Se denomina "Puentes de Papel". Los estudiantes, de contextos vulnerables, son autores de cuentos "misteriosos"

Muy lejos de su infancia plagada de carencias materiales, en un viejo vagón del ferrocarril de la Estación Panquehua, en Las Heras, donde se crió, Carina Morales vive hoy un presente muy prometedor: el 16 de este mes se conocerá si finalmente será la docente inspiradora del año, un concurso a nivel nacional que la tiene como una de las seis finalistas. Pero eso no es todo: este jueves presentó “Puentes de papel”, una antología de cuentos de sus alumnos de los CEBJA 3-214 Prof. Carlos Fuentealba (Ciudad) y 3-213 Madre Tierra, de Las Heras.

Carina atravesó una infancia de pobreza. Pero su espíritu resiliente la llevó a volcar toda su vocación en el aula aplicando la tecnología y así quedó entre miles de docentes postulados para ser el elegida a nivel nacional. El anuncio será el próximo 16 de este mes.

Respecto al libro que armó con sus alumnos, refirió: “Pasamos por un proceso de escritura riguroso y con correcciones. Los estudiantes debían responder a una consigna relacionada con cuentos misteriosos. Lo más lindo es que crearon con Inteligencia Artificial sus propias ilustraciones”.

“En el proceso estuvimos viendo contenidos para que existieran diálogos, descripciones y narraciones. Me pasaron todo por WhatsApp para corregir y editar y ya está digitalizado”, indicó.

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Carina vendió pasteles hasta poco antes de obtener su título de profesora de Lengua y Literatura en el Instituto Tomás Godoy Cruz de Ciudad.

Carina vendió pasteles hasta poco antes de obtener su título de profesora de Lengua y Literatura en el Instituto Tomás Godoy Cruz de Ciudad.

Eso sí: Carina utilizó el mismo ingenio que supo poner a prueba desde niña, cuando el dinero escaseaba y tenía que arreglárselas como podía para sacar fotocopias o tomar micros: “Mi esposo, que tiene un emprendimiento de panadería, donó facturas que vendimos y con ese dinero pudimos imprimir 16 copias. Estamos tan felices que no lo podemos expresar con palabras”, reflexionó.

Una docente que vendió pasteles en la calle

El fundamento del jurado de los premios Zürich-Clarín al docente inspirador del año 2024 se basó en el enfoque innovador de Carina en contextos de alta vulnerabilidad.

También por implementar proyectos de gamificación y creación literaria fomentando la autoestima y el potencial de sus estudiantes.

Lo cierto es que Carina quedó entre los seis docentes finalistas tras una elección realizada por especialistas en educación de la Asociación Conciencia, Fundación Cimientos, Enseñá por Argentina, Proyecto Educar 2025, Argentinos por la Educación y Fundación Noble.

En la entrevista exclusiva que Diario UNO publicó el 5 de octubre pasado, contó que vivió en un vagón de una hilera larga de ocho módulos donde varias familias sin techo se amontonaban para sobrevivir.

Aquellos vagones, recuerda, habían pertenecido al Ejército y el tiempo los había convertido en esqueletos de hierro retorcidos que cada familia acondicionaba como podía. El de ella, recuerda, era el único que tenía algunas plantas alrededor y tal vez por eso era el más lindo.

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Los Morales -papá, mamá y sus dos hijas- habían colocado cartones, plásticos y nailon para amortiguar el frío que se filtraba por todos los rincones y que en el crudo invierno cordillerano se volvía insoportable.

“Sin embargo, ni el frío, ni la vergüenza de salir a pedir me incomodaban tanto con la falta de agua. Bien al fondo del predio, a más 200 metros, había un solo baño compartido por toda la villa de emergencia y el agua salía a cuentagotas”, repasa.

Carina vendió pasteles en la calle, elaborados por ella, durante toda su vida. De adulta, cuando pudo ponerse de pie, se anotó en el Instituto Tomás Godoz Cruz y por fin obtuvo su título después de años de esfuerzo. Es docente de Lengua y Literatura y aplica tecnología en el aula.

“Utilizo plataformas digitales, redes sociales e Inteligencia Artificial para lograr actividades interesantes y atractivas en el aula. Estamos frente a una nueva era y hay que adaptarse a los cambios. Hoy estoy trabajando literatura interactiva, es decir, cuentos o poemas desde los teléfonos y que el lector puede intervenir en la historia”, continúa.

Por último, todo el material creado -secuencias, proyectos y juegos- los pone a disposición de toda la comunidad educativa en una página de Facebook llamada “Lengua en red”.

Pero ella va por más y ahora los protagonistas son sus propios alumnos.

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