Historias del crimen

La última selfie que una chica le envió a su novio antes de ser secuestrada y víctima de un crimen

La joven holandesa de 25 años le mandó una foto a su pareja antes de ser atacada por el criminal

El 29 de septiembre de 2017, a las 18:17, Anne Faber, una holandesa de 25 años, le envió a su novio una selfie sonriente desde un camino rural cerca de Soesterberg. Fue la última vez que alguien la vio viva antes de su crimen.

Anne Faber era una joven estudiante que había tenido un día pesado en la oficina y decidió hacer una ruta larga en bicicleta, como solía, para relajarse. Pero sería su último recorrido antes del femicidio.

A las 18:45, un hombre de 27 años que cumplía condena en una clínica psiquiátrica judicial, la vio sola en el sendero. Llevaba un cuchillo de cocina escondido en la mochila. Y no dudó ni un segundo y concretó el crimen.

Anne Faber crimen 3
La víctima del crimen le escribió a su novio antes de morir.

La víctima del crimen le escribió a su novio antes de morir.

El crimen de la joven

Según su propia confesión posterior, el criminal la abordó fingiendo preguntar la hora. Cuando Anne Faber bajó la velocidad, la amenazó con el cuchillo, la obligó a adentrarse en el bosque y la ató a un árbol. Durante casi 3 horas la violó repetidamente.

La víctima intentó escapar dos veces. En la segunda logró soltarse y corrió, pero el asesino la alcanzó y la apuñaló 14 veces en cuello, pecho y abdomen. Luego la estranguló con su propia chaqueta. Para asegurarse el crimen, la golpeó en la cabeza con una piedra.

Tras el crimen cargó el cuerpo en la mochila y lo llevó en su propia bicicleta hasta un área remota del bosque. Lo enterró superficialmente bajo hojas y ramas. Se deshizo de la bici en un estanque, quemó su ropa y volvió a la clínica como si nada hubiera pasado.

Anne Faber crimen
La última selfie que envió la víctima del crimen.

La última selfie que envió la víctima del crimen.

La desaparición de Anne Fabre desató una de las búsquedas más grandes en la historia reciente de Países Bajos. Su última selfie fue clave: los metadatos de la foto dieron la ubicación exacta donde fue tomada. El 9 de octubre, un perro encontró su chaqueta manchada de sangre. Ese mismo día, el criminal fue detenido tras hallar ADN en su ropa y en su habitación.

El 12 de octubre, después de 36 horas de interrogatorio, confesó haber cometido el crimen y llevó a la policía al lugar exacto del entierro. El cuerpo de Anne Fabre estaba desnudo, envuelto en su propia ropa interior y cubierto de hojas.

El 13 de julio siguiente fue condenado a 28 años de prisión por el crimen de la joven, la pena más alta posible sin cadena perpetua.