Historias del crimen

La muerte más insólita de la historia: se ahorcó con un tendedero

El increíble episodio terminó con la muerte de un hombre de 38 años de la forma más llamativa

Existen cientos formas de llegar a la muerte, naturales o no. Pero pocas como la que sufrió Brian Depledge (38) a mediados de 2011. Un tropezón, una caída y un tender de ropa que se convirtió en un objeto letal.

La muerte de este hombre, ocurrida el 1 de febrero de 2011, fue calificada por los médicos forenses como "probablemente más rara que ser alcanzado por un rayo o un meteorito".

Así y todo, el caso se convirtió en una crónica tragicómica que conmocionó a toda Inglaterra debido a la mezcla de cotidianeidad y fatalidad.

tender ropa
El tender que derivó en la muerte del hombre.

El tender que derivó en la muerte del hombre.

La muerte con un tender

Brian Depledge era el estereotipo del hombre trabajador y familiar. Nacido y criado en una ciudad industrial del norte de Inglaterra equilibraba su vida entre el empleo en una fábrica local y las responsabilidades del hogar. Era padre de dos hijos.

Aquel fatal primer día de febrero de ese año en que ocurrió la muerte, su esposa estaba ausente porque estaba trabajando. La rutina lo había llevado a tender la ropa mojada, como hacen millones de personas en todo el mundo diariamente.

tender o tendedero de ropa
La insólita muerte fue causada por un tender de ropa.

La insólita muerte fue causada por un tender de ropa.

Todo transcurrió en cuestión de segundos, pero el informe forense reconstruyó la secuencia. Brian Depledge colocaba las prendas húmedas sobre el tender plegable de plástico pero en un momento tropezó y cayó hacia atrás. El impacto hizo colapsar la estructura del tender que se plegó sobre sí misma como una trampa improvisada. Su cuello y pecho quedaron aprisionados entre los barrotes plásticos, comprimiendo su tráquea con una fuerza inexorable.

Brian Depledge trató de desenredarse pasando un brazo a través de uno de los segmentos pero terminó tensando aún más los barrotes alrededor de su cuello y torso. La asfixia fue el veredicto: una muerte por estrangulamiento accidental, equiparable en efectos a un ahorcamiento tradicional, pero sin cuerdas ni intenciones siniestras.

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