Fin del juicio por jurado

Prisión perpetua para un padre y su hijo por asesinar a los hermanos Álvarez a sangre fría

Kevin y Franco Álvarez, de 18 y 28 años, fueron asesinados a sangre fría a mediados de junio de 2021. Fabián y Axel D'agostino, padre e hijo, fueron juzgados por el doble crimen en Maipú

Minutos después de las 16, tras una deliberación relativamente corta, el jurado integrado por doce ciudadanos tomó la decisión. Por decisión unánime, los hallaron culpables por doble homicidio agravado por el uso de arma de fuego y por alevosía -sin darle chance de defensa a las víctimas-.

El proceso judicial había arrancado el lunes pasado y se extendió durante toda la semana, no sólo por la declaración de varios testigos sino también por la versión que aportaron Axel y Fabián D'agostino. Los acusados se sentaron frente al jurado popular y, si bien admitieron haber tenido problemas previos con las víctimas fatales, juraron no haberles quitado la vida.

JUICIO POR JURADO POR LA MUERTE DE FRANCO FREITES Y KEVIN ÁLVAREZ // VEREDICTO

Lo cierto es que el jurado se terminó inclinando por la teoría de los fiscales de Homicidios Fernando Guzzo y Andrea Lazo, además de la querellante Susana Soleti, y finalmente la jueza técnica del debate, Laura Guajardo, dictó la sentencia que fue de prisión perpetua tras escuchar el veredicto popular.

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Franco y Kevin Álvarez fueron asesinados en 2021.

Franco y Kevin Álvarez fueron asesinados en 2021.

Doble crimen en Maipú

El 7 de junio de 2021, Kevin y Franco Álvarez se dirigieron hasta la casa de Fabián y Axel D'agostino ya que les debían pagar el trabajo de esa semana. Minutos después, sus teléfonos celulares se apagaron para siempre. A las 20.50 de ese día Kevin Álvarez habló con su madre y le dijo que estaba esperando que su patrón, Fabián el Mecha, le pagara por el trabajo realizado en una obra en Guaymallén. Lo mismo le dijo Franco a su novia. Pero luego dejaron de contestar y nunca más los vieron con vida, hasta que sus cadáveres aparecieron 20 días después en la Laguna del Viborón. Habían sido golpeados y ejecutados de un disparo descendente en la nuca.

La teoría de la Fiscalía fue que entre las víctimas fatales y los sospechosos existía una mala relación. Este dato fue aportado por otros obreros, por familiares de los hermanos Álvarez y quedó ratificado por los mensajes que se encontraron en los celulares de los D'agostino. El principal problema provenía por la demora en el pago del sueldo, producida porque Axel D'agostino había acusado al mayor de los hermanos de robarle una planta de marihuana y un teléfono celular.

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De hecho, este joven le había mandado mensajes diciendo "nos vamos a cagar a tiros, gato culiado", mientras que Franco Álvarez le contestó "vos venís y me pagás mañana culiado. Te meto un tiro hijo de puta". Incluso, Axel D'agostino le reenviaba a los audios a su padre quien le dijo "venite que lo vamos a buscar", pero el hijo le contestó "dejalo que se regale mañana".

Sumado a este conflicto, la Fiscalía de Homicidios sostiene que los hermanos Álvarez sabían que los D'agostino le habían hecho comprar material de construcción en exceso al propietario de la obra -un agente policial- que luego no lo colocaron en sus trabajos. Con este dato, Franco Álvarez amenazaba con denunciarlos si es que no le pagaban su sueldo.

Desde el lado de la defensa, los imputados siempre han insistido en que son inocentes. El abogado defensor Gustavo Gaido planteó la hipótesis de que el asesino fue un sujeto conocido como Moneda, un narcotraficante al cual Franco Álvarez le debía mucho dinero.