Libertad. Domiciliaria. Cárcel. En cuarentena. Julieta Silva (30) ha pasado por todos esos estados desde septiembre de 2017, cuando comenzó a ser investigada por la muerte de Genaro Fortunato (27) en San Rafael. Este miércoles, la joven obtuvo nuevamente la libertad.

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A principios de este mes se cumplieron dos años de cumplimiento de la pena por parte de Silva, por lo que su abogado defensor insistió con la libertad condicional.

Ya había sido rechazada a principios de febrero, pero ahora la jueza María Laura Vera entendió que están cumplidos los plazos para que la condenada pueda salir de la cárcel y quede sujeta a ciertas normas que deberá respetar para no volver al penal. Así se lo notificó cerca del mediodía mediante videoconferencia.

Obvio que, una vez que se haga efectiva la libertad, Silva deberá aislarse en su domicilio cumpliendo la cuarentena establecida a nivel nacional por el avance del coronavirus.

Una vez finalizada la cuarentena correrá un plazo de dos días para que se presente ante la Justicia y establezcan las normas de su libertad condicional.

Atropellado

En la madrugada del 9 de septiembre de 2017, Julieta Silva y Genaro Fortunado salieron del bar La Mona, donde habían acudido a bailar. Ambos estaban alcoholizados y comenzaron a discutir.

La joven se subió a su vehículo y el rugbier se acercó por el lado de la ventanilla. Cuando aceleró, el joven quedó tendido en el suelo. Julieta Silva avanzó algunos metros, luego regresó y atropelló a la víctima, quitándole la vida.

En el juicio en su contra, la parte acusatoria entendió que la acusada había tenido la intención de matar a Fortunato. El fiscal Fernando Guzzo pidió una condena a 14 años de calificación por homicidio agravado por el vínculo pero atenuado por emoción violenta. El abogado de la familia Fortunato reclamó la prisión perpetua. En tanto que la defensa clamó por la absolución.

Los jueces Rodolfo Luque, Julio Bittar y María Eugenia Laigle terminaron condenando a 3 años y 9 meses de cárcel a la conductora por homicidio culposo agravado por la conducción antirreglamentaria. Es decir, consideraron que se trató de un accidente motivado por la negligencia y no con una intencionalidad.