La menor, que luego ratificó la versión en cámara Gesell, explicó que un día subió una foto en su perfil de Instagram y empezó a recibir respuestas por parte de su tío -se reserva su nombre para resguardar la identidad de la víctima-. "Qué linda estás", "Mandame más fotitos al privado", "Mandame fotos en tanguita", fueron algunas de las frases que el hombre le escribió. En otra ocasión el acosador le dijo que se estaba metiendo a bañar y le envió una foto de sus partes íntimas.
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Parte de los mensajes que el condenado enviaba a la víctima, que es su sobrina.
El 19 de noviembre, un día antes de la denuncia, todo pasó a mayores. La menor de edad se encontraba en la casa de sus abuelos. En ese mismo terreno había otro inmueble donde el abusador vivía y también tenía su gimnasio. El tío le escribió por Whastapp para que se encontraran en un sector pero la víctima se negó. Minutos después, la hija del abusador, una niña de 4 años, le pidió a la víctima que la ayudara a cambiar la televisión. Cuando la menor de 13 años regresaba del lugar fue que se topó con su tío, quien comenzó a tocarla en sus partes íntimas. La joven se resistió y huyó del lugar.
Tras la denuncia, el sospechoso fue imputado meses después por los delitos de ciberacoso sexual -grooming- y abuso sexual simple agravado por el vínculo. Quedó en libertad pero sujeto a varias reglas de conducta, entre ellas una prohibición de acercamiento a la denunciante.
Si bien casi todos los mensajes e imágenes que el sujeto de 33 años le había enviado a la menor habían sido borrados, los peritos tecnológicos pudieron rescatar algunos donde quedó en evidencia su autoría.
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En tanto que las pericias psicológicas determinaron que la menor de edad sufrió daño psicológico producto del abuso sexual y además no encontró indicios de fabulación o mitomanía en el relato que brindó en cámara Gesell.
El martes pasado se concretó un juicio abreviado donde la defensa llegó a un arreglo con la Fiscalía y finalmente el juez Néstor Murcia condenado al hombre a una pena de 2 años de prisión en suspenso -quedó en libertad-.
Además de la investigación penal, el agresor sexual fue escrachado en las redes sociales por distintas alumnas de su gimnasio que dijeron haber sido acosadas cuando acudían al lugar. Vale aclarar que ninguno de esos hechos ha sido judicializado.