Final del juicio

Caso Loncarich: el fiscal pidió 7 años y 6 meses de prisión y su abogado, la absolución

Carolina Loncarich, acusada de sustracción de menores y desobediencia judicial, escuchará el fallo el viernes 12. Los argumentos del fiscal y del defensor: entre la cárcel y la libertad

Más allá de los tecnicismos, de los códigos y de las resoluciones judiciales, cada juicio que se desarrolla en los tribunales encierra- especialmente en el fuero penal- una historia de vida y/o la historia de muchas vidas. Y por lo menos no un drama sino muchos dramas. Y sufrimiento. Y el juicio oral y público a la arquitecta Carolina Loncarich por sustracción de menores y desobediencia judicial que llega a su fin en el Polo Judicial es -en ese sentido- un ejemplo extraordinario.

Esta semana culminó la etapa de alegatos durante la audiencia en la sala 14 del predio del Poder Judicial. La noticia pura y dura indica que el fiscal Gabriel Blanco acusó a la arquitecta Loncarich por ambos delitos y le pidió a la jueza María Belén Renna que la condene a la pena de 7 años y 6 meses de cárcel.

Y a continuación, el abogado defensor, Andrés Ramos, solicitó que su representada sea absuelta lisa y llanamente.

Por disposición del Tribunal Penal Colegiado, la sentencia se conocerá el viernes 12 de diciembre a partir de las 12 del mediodía, luego de que la acusada, que no ha declarado en lo que va del debate, elija o no dar su versión de los hechos.

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El juicio a Carolina Loncarich, detenida desde 2023, se desarrolla en el Polo Judicial.

El juicio a Carolina Loncarich, detenida desde 2023, se desarrolla en el Polo Judicial.

La teoría del fiscal, que pidió la cárcel

De acuerdo con las argumentaciones del fiscal Blanco, el 5 de mayo de 2023, Carolina Loncarich huyó con su hijo de 8 años desde Mendoza con la finalidad de llegar a Brasil, donde vive uno de sus hermanos, previa escala en Uruguay. Para el magistrado, ahí se cometió el delito de sustracción de menores.

La desobediencia judicial se di cuando la mujer no cumplió la orden del juez de Familia Rodolfo Díaz de que el pequeño se revinculara con el padre, Diego Mohammad, tras varios años de distancia por una pesquisa de abuso sexual que fue archivada.

Para el defensor, la mujer protegió a su hijo

Casi 2 horas necesitó el defensor Ramos para alegar que Loncarich no cometió ninguno de los delitos que se le atribuyen desde 2023 sino que se llevó a su hijo "sin la intención de sustraerlo porque fue a un organismo estatal de CABA en busca de auxilio para el pequeño, empujada por sus fuertes rasgos de personalidad psicopáticos y paranoides y con la colaboración de quien era su abogado de confianza: Dardo Pérez Hualde", a quien responsabilizó por haber financiado y convencido a la mujer.

Para el letrado, en el Ministerio Público Fiscal se cometió un error al cambiar la calificación legal del caso fijada al comienzo por el fiscal Lauro Monticone. "A lo sumo, como dijo Monticone, impedimento de contacto, pero jamás sustracción de menores, figura que se aplica a personas que se apoderan de menores de edad para venderlos. Y en el caso de Loncarich y su hijo, nada de eso pasó".

Ramos agregó que su clienta "es una madre vulnerable" y que al momento de la detención en un alojamiento, en Tigre, Buenos Aires, donde estaba con el hijo, "se la halló dopada por la gran cantidad y variedad de medicación psiquiátrica consumida por recomendación de un médico".

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La medicación incautada en Tigre a Carolina Loncarich cuando fue detenida.

La medicación incautada en Tigre a Carolina Loncarich cuando fue detenida.

Reclamó que el fiscal Blanco "no haya visto la película completa y que haya actuado sin perspectiva de género". Pero esencialmente que no haya visto a Loncarich como la madre del chico que es, "aunque haga 31 meses que no lo ve; aunque el chico tampoco la haya visto desde que fueron hallados en Buenos Aires".

La clave del alegato del defensor

El defensor de Loncarich pidió la absolución lisa y llana de la mujer basándose en el inciso 3 del artículo 34 del Código Penal que establece que no comete delito quien actúa para evitar un daño inminente e inevitable, siempre que el mal causado sea menor que el mal que se intenta evitar. El tecnicismo: el estado de necesidad justificante.

"En su cabeza, tal como han declarado especialistas y peritos en este juicio, el niño estaba en peligro estando con el padre y ella quiso evitarlo. Quiso protegerlo. Buena madre o mala madre, discutidora o no, denunciadora o no, como quieran, pero, al fin de cuentas, una madre siempre haciendo por su hijo todo lo que podía y con todo lo que estuviera a su alcance en todo sentido, incluso en lo económico, aspecto donde muchas veces ella y el niño la pasaron muy mal", redondeó el letrado.

El drama del caso Loncarich

A continuación, detalles de lo observado por este cronista en la sala de audiencias del Polo Judicial Penal.

El defensor Ramos tiene la palabra y alega dirigiéndose a la jueza de sentencia valiéndose de tonos y medios tonos. Argumenta y le pregunta a la jueza y se pregunta sobre distintos hechos del caso. Muestra documentación que tiene sobre el escritorio y rescata datos de entre sus apuntes.

A su izquierda, Carolina Loncarich, la acusada, de a ratos lo mira con sus ojos saltones y de a ratos lo escucha y mueve la cabeza y arruga la frente y todo eso como en un sinfín. Viste una remera gris y chaleco que se quita porque siente calor. Se la ve más delgada que al comienzo del debate, en agosto. A su izquierda, a unos pocos centímetros la custodia una pareja de penitenciarios. Siempre en silencio, la mujer mira hacia adelante y hacia abajo. Nunca hacia atrás. Por fortuna.

Es que justamente detrás suyo está sentado solo, un hombre de avanzada edad y muy delgado. Es el padre de Loncarich. Al hombre, que ha declarado oportunamente en el juicio a su propia hija, por momentos se lo ve inquieto. Se adelanta para escuchar más y mejor

Este cronista intuye que un cruce de miradas entre padre e hija habría detonado la angustia posiblemente contenida en ambos. Ahí el drama, expectante y a punto de abrirse paso.

Preguntas de un cronista en un juicio

¿Qué siente una hija en el banquillo de los acusados cuando sabe que el padre está sentado a su espalda y que la madre no está presente por una enfermedad?

¿Qué siente un padre a cuya hija le acaban de pedir una condena a 7 años y 6 meses de cárcel?

¿Pensará la mujer en el hijo al que no ha vuelto a ver desde mayo de 2023 cuando fue detenida y él tenía 8 años?

¿Y el niño en la madre cada vez que sale de la escuela o termina de jugar al fútbol, ahora, a sus 10 años?

De pronto, la jueza Belén Renna interrumpe el alegato del defensor Ramos porque ha visto que Loncarich solloza, a punto de llorar. La magistrada ofrece una pausa para facilitar que la acusada se recomponga. Una auxiliar del tribunal acerca un vaso con agua y pañuelos de papel.

¿Por qué la angustia de esa mujer que está entre la cárcel y la libertad?

Por un recuerdo acerca del hijo, que fue mencionado en el juicio por el defensor. Un objeto y un momento juntos: una pulserita que Loncarich lleva puesta y que hasta antes de la detención estaba en poder del niño. La habían comprado en Luján, Buenos Aires. Suvenir de la visita fugaz a la Virgen que atrae a multitudes. En 2023. Cuando la búsqueda de esa mujer y su hijo era noticia nacional. Cuando todo era incertidumbre y temor.