Karina Jelinek contó cómo fue que conoció y cenó con David Beckham en Estados Unidos. En la última noche de la semana en Divina comida, y momento de que Gabriel Schultz oficie de anfitrión. Dedicado y discreto, Schultz armó un menú a gusto de los comensales, y dejó que ellos fueran los protagonistas.
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En la sobremesa llegó la hora de jugar, en este caso se trataba de preguntas elegidas al azar que el grupo tenía que contestar. Llegó el momento de soñar una noche romántica, y las chicas tomaron la posta. Silvina Luna sorprendió soñando un encuentro con el psicólogo suizo Carl Jung (que falleció en 1961), aunque se apuró a aclarar que no habría sido en plan sexual, sino para "charlar y que me vuele la cabeza".
Inmediatamente llegó el turno de Karina Jelinek, quien mucho más terrenal, eligió como destinatario de su fantasía a David Beckham. Y enseguida contó que tuvo la oportunidad de estar con él en Estados Unidos. "Había parado de casualidad en un hotel, muy chiquito, muy exclusivo. Bajamos a comer con mi amiga productora, y el encargado del hotel, Ramón, que es amigo mío me dice 'Está David Beckham, no puede entrar nadie a comer.' Yo lo conocía de fotos, nomás".
Sin embargo, Ramón, que claramente era buen amigo de la modelo, movió influencias e instantes después le dijo: "Quiere que pases". Jelinek continuó con su relato ante el interés del resto. "Entonces entramos y comí frente a él, y nos mirábamos. Él estaba en su mesa con su gente, no estaba su mujer, y yo en la mía. Me lo presentaron, y nada más. Es un hombre casado, así que para mí tiene corpiño", cerró la historia Karina, y quedó flotando en el aire la pregunta: ¿Qué hubiera pasado si Beckham estaba soltero?