Una serie de sequías muy fuertes, que se extendieron por décadas, provocó el final de la Civilización del Valle del Indo, uno de los grupos humanos más importantes de la antigüedad, según revela un estudio reciente. Esta cultura, conocida también como "Harappa", prosperó hace entre 5.000 y 3.500 años en una zona que hoy se reparte entre la India y Pakistán. Sus habitantes desarrollaron ciudades complejas, como Mohenjo Daro y Harappa, que tenían sistemas avanzados para manejar el agua, crearon una escritura que todavía no desciframos y comerciaron hasta con Mesopotamia.
Por mucho tiempo, los expertos debatieron sobre el motivo real de su decadencia. Ahora, un nuevo estudio publicado en la revista Communications Earth & Environment parece indicar que las prolongadas épocas de escasez de agua jugaron un papel central. Las poblaciones buscaron moverse a sitios con fuentes de agua más confiables a medida que la falta de lluvia se agravaba, hallaron los científicos.
El papel crucial de la escasez de agua
El equipo científico escribió en un comunicado que "sucesivas sequías importantes, cada una con una duración superior a 85 años, probablemente fueron un factor clave en la eventual caída de la Civilización del Valle del Indo". Eventualmente, las ciudades en toda esa zona se desmoronaron. El inicio de una sequía de un siglo de duración, hace aproximadamente 3.500 años, "coincide con la desurbanización generalizada y el abandono cultural de las principales ciudades", precisaron los investigadores en el documento.
Los autores del estudio usaron tres simulaciones climáticas globales de acceso público. Estos modelos informáticos son complejos porque analizan una gran cantidad de datos para ver cómo cambió el clima en miles de años. Así pudieron determinar las variaciones de temperatura y las lluvias que hubo en la región donde se desarrolló esta civilización, entre hace 5.000 y 3.000 años. Las tres simulaciones arrojaron resultados coincidentes sobre la existencia de estas sequías.
Hiren Solanki, estudiante de doctorado en el Instituto Indio de Tecnología en Gandhinagar y autor principal, explicó a Live Science por correo electrónico que "la disminución constante de las precipitaciones de 5.000 a 3.000 años [atrás] en todas las simulaciones asegura que características como las sequías multisiglo, el debilitamiento del monzón o los cambios en las lluvias invernales son señales reales, persistentes y no productos de un modelo único". A partir de los datos de lluvia y temperatura, el equipo aplicó un modelo hidrológico.
Este modelo sirvió para calcular cómo cambiaron los ríos, arroyos y otras fuentes de agua de la región a lo largo del tiempo. Al comparar esto con datos arqueológicos sobre dónde se establecieron los asentamientos, notaron que las poblaciones solían desplazarse para permanecer cerca del agua. Es interesante ver cómo las personas de la antigüedad buscaban soluciones de este tipo.
El estudio de los depósitos naturales
El equipo investigador quiso confirmar sus resultados y revisó trabajos previos que analizaron la velocidad de crecimiento de estalagmitas y estalactitas en las cuevas de la región. Estas formaciones crecen más lento cuando llueve menos, lo que proporciona una prueba indirecta de la sequía. Es una manera inteligente de medir las condiciones climáticas del pasado.
Como otra forma de ver cómo se modificaron los patrones de lluvia, el equipo examinó otros estudios que mostraban la evolución de los depósitos sedimentarios en los lagos de esa zona a lo largo del tiempo. Al confrontar los datos de las simulaciones con los de las cuevas y los lagos, pudieron corroborar que los datos de los modelos informáticos eran bastante exactos.
Nick Scroxton, un científico que no participó en el trabajo, felicitó la investigación. Dijo que "el río Indo es claramente importante para los Harappa y modelar los flujos del río nos ayuda a entender cómo los cambios en los patrones de lluvia pudieron haber influido en los cambios tanto en los asentamientos urbanos como en las prácticas agrícolas".





