Joyas culturales de Nueva York
Chittenango se revela como el corazón del estado. Los nativos conocían esta zona como "Donde las aguas corren hacia el norte" o Chu-de-naag, nombre que daban al arroyo Oneida. Actualmente, esta localidad alcanzó la fama por ser el lugar de nacimiento de L. Frank Baum, autor del clásico infantil "El maravilloso mago de Oz".
Los padres jóvenes identifican este pueblo con la popular celebración Oz-Stravaganza, mientras los aventureros lo asocian con la hermosa cascada del Parque Estatal Chittenango Falls. Esta amigable comunidad, ubicada estratégicamente en el centro del estado, funciona como punto de acceso a numerosas atracciones, entre ellas el Museo All Things Oz, que organiza la celebración anual y rinde homenaje al cuento atemporal de Baum.
Las familias disfrutan de los objetos originales y vestuarios de películas y musicales, el autógrafo de Judy Garland y coleccionables raros. Para quienes gustan de probar suerte, Yellow Brick Road Casino & Sports Book cuenta con tragamonedas y juegos de mesa, además de boliche, minigolf y abundantes opciones gastronómicas para toda la familia.
chittenago-puente.jpg
Este puevlo tiene muchos rincones mágicos.
Sullivan Park representa un espacio boscoso donde las mascotas son bienvenidas, mientras el Parque Estatal Green Lakes dispone de un lago para nadar, además de un centro de golf y esquí hacia el oeste. El Museo Chittenango Landing Canal Boat narra la fascinante historia detrás del canal histórico, cercano al embarcadero para canoas en el pueblo.
Un pueblo que cautiva
La experiencia en este pueblo neoyorquino se completa con una caminata hasta el acueducto del Canal Erie en Chittenango Creek y una visita obligada a Nina's Pizza & Italian Restaurant para degustar pizza y alitas. La gastronomía local refleja la hospitalidad que caracteriza a este rincón del estado.
El ranking publicado por World Atlas evaluó factores como la cordialidad de los residentes, la calidad de los servicios turísticos y la atmósfera general del lugar. Chittenango sobresalió por encima de otras localidades gracias a su genuina calidez y el trato cercano que ofrecen sus habitantes a quienes los visitan.
La ubicación estratégica del pueblo, a solo cuatro horas de Manhattan, lo convierte en un destino ideal para escapadas de fin de semana. Los viajeros procedentes de la gran ciudad encuentran en estas calles tranquilas el perfecto contraste con el ritmo acelerado de la metrópoli.
Entre las razones que posicionaron a esta localidad en lo más alto del ranking se encuentran sus festivales comunitarios, la preservación de sus tradiciones y el orgullo que sienten sus habitantes por su patrimonio histórico y cultural. El legado literario de L. Frank Baum actúa como catalizador para numerosas iniciativas que mantienen vivo el espíritu colectivo.