En su declaración, Trump insistió en que Estados Unidos debe acelerar la integración segura de los drones en su espacio aéreo nacional. Reforzar un sector de drones local, indicó, es clave para reducir la dependencia tecnológica del extranjero, fortalecer las cadenas de suministro y asegurar que los beneficios de esta tecnología lleguen a los ciudadanos estadounidenses.
Por eso, la orden da prioridad a los drones fabricados en Estados Unidos. “Con eventos de alto perfil como los Juegos Olímpicos y la Copa del Mundo en camino, fortalecer la seguridad aérea es más urgente que nunca”, dijo Michael Kratsios, jefe de la Oficina de Política Científica y Tecnológica.
El liderazgo en la aviación supersónica
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Un avión F16 de la Fuerza Aérea de Estados Unidos despega de la base aérea militar de Campia Turzii, a 425 kilómetros al noroeste de Bucarest, en una imagen de archivo. Crédito: EPA/EFE/Mirecea Rosca.
La orden no se detuvo ahí. Trump también firmó una segunda medida para devolverle a Estados Unidos el liderazgo en la aviación de alta velocidad. Ordenó a la FAA levantar la prohibición sobre vuelos supersónicos en territorio nacional, vigente desde hace más de 50 años.
Según el presidente, esas restricciones frenaron la innovación y cedieron terreno a potencias extranjeras. “Eliminaremos barreras regulatorias para que las empresas estadounidenses lideren la próxima generación de vuelos: más rápidos, silenciosos y eficientes”, concluyó Donald Trump.