Embrioni era uno de esos guitarristas de excepción, un músico admirados por sus pares yquerido como colega y como amigo. Sin embargo, su vida se truncó hoy en El Challao. En un primermomento, desde el entorno dijeron que se quitó la vida en Potrerillos pero fuentes policialesconfirmaron que ocurrió en el barrio Condominio Corredor del Oeste, en la manzana 1 casa 37, en LasHeras. El guitarrista tenía problemas de salud. Estuvo internado en el hospital neuropsiquiátricoDr. Carlos Pereyra por unos cuatro meses. Embrioni había formado parte de la primera etapa de Los Enanitos Verdes, quizá el grupo derock mendocino más popular de todos los tiempos. Sin embargo, se alejó de la banda de MarcianoCantero para formar otra más que no le iría en zaga: Alcohol Etílico. Allí pondría su talentocompositivo e interpretativo al servicio de una banda que también iba a quedar marcada a fuego enla historia local. Pero no sólo el rock conoció del talento de Sergio. Su poder creativo era análogo al de supadre, el admirado pintor Gringo Embrioni. Y para la Vendimia, nada menos, la fiesta mayor de losmendocinos, el guitarrista ofreció una de las mejores muestras de su genio. Fue cuando, en laVendimia de 2006 dirigida por Walter Neira, presentó un arreglo "rockero" de la clásica marchavendimial. Una osadía, casi, pero de tan perfecta factura que terminó seduciendo a todos losasistentes a la fiesta de ese año a tal punto que desde ese tiempo su versión ha ido reemplazando ala versión original en las diversas fiestas departamentales. Juan Manuel Valverde, baterista de La Mendocina Blues Band (grupo en el que tocaba junto alguitarrista), recordó a Embrioni entre llantos. "Estaba cuidándole la casa a un amigo enPotrerillos y decidió suicidarse", confirmó el músico. "Estaba un poco deprimido en el últimotiempo, en momentos de bajón", recordó al mencionar, con muchísimo cuidado, los problemas con elalcohol que aquejaban al rockero. "Lo que sí puedo decir –cerró Valverde, acongojado– es que era elmejor músico de Mendoza, un verdadero monstruo".