Ricky Martin: "He disfrutado más que Luis Fonsi con el éxito de 'Despacito'"

Por UNO

Con un Grammy Latino bajo el brazo por su anterior álbum, "A quien quiera escuchar", Ricky Martin mira ya al verano con "Fiebre", tema en el que su estilo pop vuelve a jugar con el reguetón cuando aún resuenan por todo el planeta los ecos de otro hito de la fusión, "Despacito" de su compatriota Luis Fonsi. "Creo que he disfrutado más que él con su éxito. Lo celebro no solo porque venga de Puerto Rico, sino porque es un buen hombre y un verdadero músico, hambriento por el aplauso, que ha llevado nuestro idioma a todas partes", asegura al preguntarle si se siente pionero de una fórmula musical bajo la que han triunfado otros músicos tras sus pasos. En ese sentido, en una charla celebrada en una fugaz parada en Madrid junto a sus hijos, no puede más que felicitarse por su reencuentro en "Fiebre" con otros compatriotas suyos, las figuras mundiales del urbano latino Wisin & Yandel. "Yo no puedo meterme solo en el género del pop, en el que he nacido; si puedo jugar un poco con el reguetón, con el jazz o con el rock, ¿por qué no? Además, ellos dos son guerreros que siempre están pensando y que tienen una marcha creativa muy contagiosa", subraya quien no descarta ni probar el 'trap' "siempre que se haga bien". No es el único reencuentro, ya que "Fiebre" llega firmado, entre sus once compositores (incluido el propio Martin), por la española Beatriz Luengo y el cubano Yotuel Romero (Orishas), que pusieron la firma a muchos de los temas incluidos en "A quien quiera escuchar" (2015). "Me conocen muy bien, porque todo lo que escriben es muy yo. Con ellos he ganado el Grammy y a ellos se lo dedico, porque me regalaron su arte", destaca el puertorriqueño, para quien no es un problema delegar en otros la búsqueda de su propia voz. Así, le resta importancia a quienes critican que una sola canción pueda ser fruto de tantas manos. "En el momento en que piensas que lo sabes todo, es el momento en el que perdiste. A mí me gusta codearme con gente de diferentes países y que vean la música de distintas formas. Nunca he sido purista. Lo que corre por mi vida es fusión", enfatiza. Martin, que en breve volverá a Las Vegas para extender su residencia musical tras el éxito de convocatoria de la primera ronda, ha compaginado en los últimos tiempos su faceta musical con otra que tenía más abandonada: la interpretación. En la segunda temporada de la serie de televisión "American Crime Story", que lleva el sello del productor Ryan Murphy y recrea el asesinato de Gianni Versace, interpreta al amante del célebre modisto junto a Edgar Ramírez y Penélope Cruz. "Estoy volando. Veo los episodios y vuelvo a llorar, me enojo, me río... Recuerdo un día en que decíamos que algo muy bueno debíamos haber hecho en esta vida para haber caído los tres en ese set. Para mí es una gran responsabilidad estar al lado de Penélope, ganadora de un Oscar", proclama. En este punto, Martin no descarta insistir en su carrera de actor, una vía que abrió a los 15 años y que lo ha llevado a la pequeña pantalla, pero también a escenarios como los de Broadway. "La actuación siempre estuvo ahí. La ola de la música me empujó y no me soltó nunca, pero ahora estoy en un momento de mi vida en el que tengo que volver a ese comienzo, a ese cosquilleo que sentí cuando tenía 15 años. Esta experiencia me ha quitado nervios e inseguridades que venían conmigo hasta romper el vidrio y llegar a unos niveles de interpretación muy intensa", afirma. Eso incluye las escenas de sexo homosexual que protagoniza en "American Crime Story", algo a lo que resta importancia. "Nunca he tenido problemas con el desnudo. Es nuestro estado natural. Es bello, pero hay que hacerlo y cuidarlo bien. Lo que hemos hecho en la serie puede ser incómodo, pero teníamos que ser firmes con una historia. No tuve miedo, me desnudé frente a la cámara y el público me ha felicitado por ello", presume. No hay fecha de nuevos proyectos, como tampoco lo hay para su próximo disco, cuya espita creativa se abrió con el anterior sencillo, "Vente pa'cá". "La grabación de un disco a veces puede durar 3 meses o 3 años. Con el último disco lo hicimos así y ganamos el Grammy, así que algo hicimos bien", señala.