Por Fernando G. [email protected]
Quino, Liliana Bodoc y Fernanda García Lao son los autores locales que participarán en este encuentro, que dedica su edición a la Argentina. La inclusión de algunos autores ha generado polémica
Quino, Liliana Bodoc y Fernanda García Lao son los autores locales que participarán en este encuentro, que dedica su edición a la Argentina. La inclusión de algunos autores ha generado polémica
Por Fernando G. [email protected]
El polémica ha estado a la orden del día con la designación de los escritores que participarán en el Salón del Libro de París 2014, que en esta edición estará dedicado a las letras argentinas.
El ojo del torbellino, por supuesto, ha msido algunas presencias y algunas ausencias (las unas por las otras): la sospecha es que el Gobierno argentino, encargado de las designaciones, ha excluido de la nómina a prestigiosos escritores que son críticos de su gestión, al tiempo que ha incluido a otros con menos prestigio pero con una declarada adhesión a la causa kirchnerista.
Por suerte, sin embargo, hay otros nombres elegidos a los que la polémica les pasa de lado. Y eso se debe a que su obra excede cualquier adscripción ideológica. Porque el peso de su trabajo hace que los otros cotilleos sean tan livianos que se vuelen y desaparezcan.
Entres los nombres exentos de toda protesta están los de tres mendocinos que tendrán su lugar en el Salón parisino. Quino, Liliana Bodoc y Fernanda García Lao son esos nombres.
El creador de Mafalda es, quizás, una de las estrellas del encuentro, por su popularidad y su prestigio (ver aparte). Ciertamente, su participación en el salón no va a cambiar su universalidad, sino confirmarla.
Para Bodoc (autora de La Saga de los Confines) y García Lao (Cómo usar un chillo), en cambio, a pesar de ser dos narradoras elogiadas y con un nutrido número de lectores (en especial la primera), quizás representen una manera más de acercar su obra a un público difícil como el francés.
–¿Qué representa esta convocatoria?Liliana Bodoc: –En lo personal, vivo esta invitación como una inclusión a la literatura argentina. Viniendo, como vengo, de la literatura infantil y juvenil, celebro esta convocatoria como parte de un reconocimiento a quienes trabajamos en este género.
Fernanda García Lao: –Siempre es estimulante regresar a Francia. Me formé leyendo a sus autores, soy amante de sus poetas. No es la primera vez que voy. Estuve invitada por el Festival América en 2012, y el año pasado en Toulouse, con motivo del Marathon des mots. También pasé por Marsella, donde me invitaron a un festival que organizó lecturas y presentaciones sobre un barco. Ya se ha generado un pequeño vínculo entre mis libros y los despistados que se dejan seducir por una extranjera ignota de apellido complicado.–¿Esta clase de encuentros prestigian a los autores?LB: –Supongo que eso depende de lo que cada uno haga allí… El solo hecho de ir a Francia no es garantía de ninguna cosa en materia profesional. Seguramente este tipo de invitaciones se realizan por el trabajo previo de cada escritor y no para facilitarles una vidriera.
FGL: –Uno aspira, como mucho, a no defraudar a sus posibles lectores. A contagiar el placer de la escritura, de la palabra. El prestigio es una variable, y como tal, discutible. Por otro lado, la tarea del escritor está siempre en una cuerda finísima, donde el desprestigio puede ser sumamente inspirador. Dejemos que la muerte pase el plumero.–Algunos de sus libros ya han sido traducidos al francés. ¿Esto puede provocar un nuevo impulso de interés de los lectores en ellos?FGL: –El año pasado descubrí que mi libro La piel dura (La peau dure, en francés) había producido mucha empatía entre los actores. Hubo numerosas lecturas y en ellas, coincidían en catalogar el mundo de la actuación como un océano de rarezas y humillaciones. Algunos universos de ficción no son tales. Incluso los que parecen absurdos. O sobre todo esos. Pero es la primera vez que me invitan desde Secretaría de Cultura de la Nación. No imaginaba la tormenta que se provocaría. En fin, el verano debe ser duro para algunos periodistas de cultura. Pasa poco.
LB: –A mí la experiencia de tener libros traducidos me ha enseñado que el mercado europeo es muy difícil. Además, en este caso mis dos participaciones están encaradas a tocar temas de la literatura en general y no de mis obras en particular. Sin embargo, puede suceder, claro, que algunos franceses se percaten de su existencia y hasta deseen leerlas. ¡Pero bajo ningún punto de vista Liliana Bodoc pasará a ser lectura urgente en París! (risas).–¿Han estado al tanto de la polémica generada por la supuesta elección sesgada de los autores?LB: –No estaba enterada, y por lo tanto desconozco las objeciones específicas. Pero no es sorprendente… Siempre ocurre en estos casos. Cuando hay una elección hay un criterio. Cuando hay un criterio hay una subjetividad. Como sea, me siento tranquila en lo personal. Será porque no magnifico la importancia de estos eventos. Será porque creo que nada remplaza al trabajo. O será porque nunca, en materia profesional, le pedí nada a nadie: ni una invitación ni un pasaje ni una recomendación ni siquiera una tarjeta personal. Me invitaron a ser parte de la delegación argentina que viaja a Francia. No me siento mejor que nadie por eso. Voy, vuelvo y sigo siendo idéntica.
FGL: –Yo estuve al tanto. Aunque no hubo discusión. Todos decían lo mismo. También fue claro que muchos opinólogos ocasionales se acababan de enterar de la existencia de muchos de nosotros. Ojalá no se queden ahí y transgredan sus propios límites. Es la ocasión para leernos a todos y después tener elementos de juicio. Otra cosa: seleccionar tiene que ver con incluir a unos y excluir a otros. Las listas siempre son parciales, caprichosas, limitadas. A mí tampoco me gustan algunos de los que van, y yo puedo producir el mismo rechazo. Por integrar ese plantel de autores no soy ni peor ni mejor escritora. Ídem con los que no van. Somos todos prescindibles, muchachos.La excusa: los 100 años de Cortázar
Este año se celebra el centenario del nacimiento del autor de Rayuela, quien escribió algunos de sus mejores libros en Francia, y por ello el Salón del Libro de París dedicidió homenajear a la Argentina en esta edición. Aquí, el listado de los 47 autores que viajarán al populoso encuentro: