Pablo Molinari presenta su tercer unipersonal de comedia Pequeñas Cosas Fundamentales, este sábado, a las 22, en el teatro Selectro. El humorista es uno de los más reconocidos en las redes sociales en donde acumula más de un millón de seguidores.
En este show Pablo cuenta datos, experiencias y curiosidades que fue acopiando durante toda su vida. La música cuando no existía internet, los juegos de la infancia, la religión, los caminos raros que toma nuestro cerebro, las redes sociales y muchos temas más, en el que posiblemente sea su unipersonal más introspectivo, con material que nace de sus entrañas. Un recorrido algo ecléctico por todas esas pequeñas cosas que nos marcan. Esas pequeñas cosas fundamentales.
Pablo es uno de los comediantes con mayor crecimiento en los últimos años,
cosechando más de 1 millón de seguidores entre sus redes sociales donde publica videos y gráficos matemáticos sobre la vida cotidiana con un alto grado de identificación y de humor.
El humorista habló con Diario UNO en una charla muy distendida en donde contó cómo es hacer humor en tiempos de redes y confesó que tiene un gran amor por Mendoza.
-¿Cómo es tu relación con Mendoza?
-Me gusta muchísimo Mendoza, aunque suene demagógico. Realmente me gusta mucho y la paso muy bien. En Mendoza nos pasa que es una mezcla de ciudad con tranquilidad, entonces es perfecto. La primera vez que fuimos nos dijeron que tengamos cuidado con el público, que es muy exigente, pero a nosotros no nos pasa. No sé si la gente me quiere o qué, pero siempre las funciones han salido muy copadas.
-¿Cuáles son tus Pequeñas Cosas Fundamentales (tal como se llama el espectáculo)?
- Cuento una parte de cómo era mi infancia y de cómo es la vida en la actualidad. Cuando era chico me regalaron un juguete muy divertido, pero que no se podía usar porque necesitaba pilas y eran muy caras. Entonces, con ese criterio, cuento varias cosas de cómo era mi vida. También hablamos un poco que ahora, por ejemplo, aparece una publicidad en YouTube y la gente se enoja, pero cuando nosotros éramos chicos había que grabar un casete desde la radio.
-¿Cómo es hacer humor con las redes sociales?
-Tiene una parte buena y otro mala. Lo bueno es que te deja estar más cerca de la gente porque te ve en las redes y eso hace que vaya a verte al teatro. Antes había que esperar poder aparecer en un programa popular para que la gente vaya al teatro. Eso ahora se rompió, pero también te requiere muchísimo laburo para subir videos constantemente. Es un trabajo lindo, pero sigue siendo algo que te lleva mucho tiempo.
-¿Cómo es sentarte a pensar videos?
-Pasa mucho tener la página en blanco y no saber para dónde ir. Entonces, cuando tengo muchas ideas y estoy inspirado, trato de juntar varias ideas para cuando no tenemos buenos días. Anoto en un papelito lo que tengo que hacer, ideas sueltas o tipos de videos. También hay otra libretita para las ideas que son más para el teatro.
-¿Es difícil armar un video con tantos personajes distintos?
-A la hora de armar los videos veo mucho mis alrededores, pero también te lleva un tiempo pensar en otras alternativas. En un principio los personajes son los que están más a mano, pero después hay que pensar en ponerles una frase graciosa o un chiste.
-La gente pide mucho lo de las redes en el teatro...
-Es muy difícil llevar lo que hacemos en los videos al teatro, porque los videos están muy editados. Igualmente el tipo de humor es el mismo. Trato de no spoilear ni repetirme demasiado.