Ramiro Ortizortiz.ramiro@diariouno.net.ar
La cantante y guitarrista Betania Agüero mostrará sus creaciones todos los domingos de este mes en la Alameda.
La cantante y guitarrista Betania Agüero mostrará sus creaciones todos los domingos de este mes en la Alameda.
Ramiro Ortizortiz.ramiro@diariouno.net.ar
Nuna es un ser musical. Así se autodefine. Nuna es una nueva voz que se está haciendo oír con claridad en los escenarios de Mendoza. Nuna es la mutación cariñosa, el apodo ahora artístico de Betania Agüero, lúcida y joven cantautora que este febrero se lanza íntegra a mostrar sus canciones.
Desde hoy, todos los domingos del mes esta guitarrista, cantante y compositora llevará adelante el ciclo Vereda Musical, en el que interpretará sus creaciones siempre acompañada por algún invitado. Las noches domingueras del bar Bauhaus, en la Alameda, tendrán, entonces, el timbre especial de su cantar o, como ella dice, “sutileza, frescura y fuerza conceptual desde una mirada poética y lúdica”. Al mismo tiempo, Nuna prepara con brío el show con el que será telonera de Ana Prada el martes 25 dentro del ciclo Veraneo del espacio Le Parc, lo que completa un intenso comienzo del año.
Que Betania hable de sí como un ser musical tiene un sentido profundo y original que se remonta a su historia de vida.
Su casa fue un nido de artistas, sus padres, actores, la acercaron a todas las disciplinas posibles: la danza, el teatro, la música, las artes plásticas. Sus hermanos exploraron con ella distintasposibilidades que luego cada uno desarrolló en su madurez. Sí, Betania es hermana del reconocido cineasta Pablo Agüero, instalado en París, y del estupendo bajista Yago Agüero, quien vive hoy en Buenos Aires.
“Mi familia es un caldo de cultivo importante y tiene una contención que a mí me ha permitido generar esta expresión”, cuenta Nuna, que creció rodeada de instrumentos y actualmente está terminando su formación en música popular.
Con influencias que calaron hondo en su sensibilidad como Yusa, a quien pudo telonear en 2011, Lenine, Juana Molina y Gretchen Parlato, desde hace tres años que acumula canciones.
“Empecé nuevamente a jugar con la guitarra y buscar mis propios colores, armar ideas y componer cosas”, dice, pero siempre relegaba su música para terminar la carrera.
Ahora decidió dejar en suspenso las tres materias que le quedan y enfocarse en lo suyo. Buscó fechas para tocar y fueron surgiendo más y más, en cada lugar en el que tocaba se le abrían las puertas para seguir. Ahora febrero lo tiene “completísimo” de fechas a un nivel casi estresante pero disfrutable.
En el proceso fue defendiendo sus canciones, que primero mostraba tímidamente entre versiones de temas ajenos. Recientemente empezó a montar shows completamente conformados por composiciones propias.
"Hasta que no hacés eso no terminás de ver cuál es la reacción real en el público, y me di cuenta de que hay muy buena aceptación. La gente se queda pegada con los temas y uno teme que vayan a pasar desapercibidos”, relata con alegría y con la mirada ya puesta en sus primeras grabaciones, que serán este año.
Al hablar de su estilo, Nuna afirma: “Siempre está implícito lo folclórico y también estudié bastante la música brasileña, pero me gusta mucho la veta que agarré con la guitarra. He logrado una línea que de hecho está creciendo. Si se escucha el primer tema que hice y el último se ve realmente una evolución estética”.
El realismo mágico o situaciones oníricas son sus inspiraciones a la hora de escribir. “Las letras siempre son metafóricas y caminan por temáticas puntuales. El amor, las relaciones de las personas a niveles perceptivos y sensoriales, y también reflexiones en cuanto a la vida, situaciones complejas. Siempre lo pienso desde un lugar estético y utilizo metáforas. Hay palabras que me parecen feas y nunca usaría, soy muy mañosa con la belleza. Es como la combinación de dos colores que quedan mal, no los voy a usar. Yo apuesto a la belleza y al juego, a lo lúdico”, expresa Nuna, quien considera “indisoluble la composición de la letra y la armonía juntas”.
Desde canciones sencillas, “poperas”, despojadas, hasta complejas elaboraciones armónicas, su bello repertorio terminará de madurar este año para luego quedar registrado en su primer álbum. Atentos.