Y esta noche es el turno de que los seguidores locales disfruten del creador de Esa chica es mía, que en esta oportunidad trae un puñado de nuevas e interesantes composiciones. Pero también es un hecho que habrá lugar en la sala del Bustelo para que la platea femenina se deshaga en gritos cuando suene Bailar pegados, el eterno clásico que acompañó al cantautor español durante sus 25 años de trayectoria. “Siempre el público argentino ha sido muy cálido conmigo y eso ayuda mucho al desarrollo de cada show. Y en este caso, soy un muy amante del vino, así que Mendoza siempre me está seduciendo para que regrese”, dice en tono pícaro y distendido el popular cantante. Claro que también hace referencia de inmediato a la nueva placa que llega a presentar esta noche al auditorio céntrico. “Estuvimos cuatro años homenajeando la música de Italia con Via Dalma I y Via Dalma II y luego sentí la necesidad como artista de hacer un algo nuevo, de concretar un disco con cosas nuevas, con canciones que hablaran de amor y desamor. Entonces así surgió Cadore 33. Es una placa que me encuentra mucho más maduro”. A su vez puntualiza: “Bueno el show en el Bustelo está basado en esta placa y en los clásicos que me han acompañado en estos 25 años de carrera. Siempre es bien festejado ese repaso que hacemos de la primera etapa de mi carrera, aunque ahora la tocamos con arreglos nuevos para que suene mucho más fresca”. Si bien hace poco menos de dos años que el cantante catalán –su nombre verdadero es Josep Sergi Capdevila– pasó por Mendoza dejando una muy buena impresión, ahora apunta a superar aquella presentación, también en el Bustelo. “Aquello que pasó hace un tiempo ya es pasado. Ahora estamos en el presente y hay que pensar que la gente se tiene que movilizar hasta el lugar para que adquiera su entrada y pueda disfrutar de este nuevo espectáculo”, observa el hombre nacido en Barcelona, y al mismo tiempo hace una comparación con su tierra nativa: “En España todo es aún más complicado. Hasta hace pocos años todo era gratuito y la gente se acostumbró a eso, a ver todo tipo de conciertos de manera gratuita. Luego llegó todo el tema de la crisis y eso también fue un golpe durísimo para todos nosotros. En la Argentina la gente está mucho más acostumbrada a pagar un ticket para ir a un concierto u a otras actividades artísticas, como ir al teatro y esas cosas interesantes. Bueno en realidad nosotros los españoles deberíamos aprender de estas costumbres de los argentinos”. Dalma no se despega de su ojo crítico y vuelve a hacer foco en la crisis que afecta al territorio europeo: “Aunque los políticos digan que ya hemos tocado fondo, que las cosas ahora van mucho mejor, pues los que andamos en la calle aún no vemos ese cambio. Todavía no se vislumbra un futuro alentador y prometedor. La gente está desencantada con la clase política, por lo cual hay bastante decepción y bastante pesimismo. La corrupción en Europa ha desanimado mucho a la gente”. Igualmente el artista se despega de la crítica sobre el panorama sociopolítico europeo y decide elogiar a más no poder el vino mendocino. “Soy un buen bebedor de vino. Disfruto porque cada vez que estoy por subir a un escenario me tomo una buena copa de vino. Siempre que vamos a cualquier lugar pedimos el vino de la zona. De Mendoza me quedo con el Malbec. En más, la presentación del disco en Mendoza la realizamos en una conocida bodega”, dice con referencia al lanzamiento del disco hace poco, en diciembre, en Tunuyán. Y aclara que “no me metería en un emprendimiento vitivinícola, yo sólo me bebo el vino. El dicho dice: ‘Zapatero a tus zapatos’, y lo creo así”.