Eliana Molinelli llega a Mapas del Arte el ciclo que propone especiales dedicados a grandes referentes mendocinos, con un formato impactante. La escultora será la protagonista del tercer capítulo.
Eliana Molinelli llega a Mapas del Arte el ciclo que propone especiales dedicados a grandes referentes mendocinos, con un formato impactante. La escultora será la protagonista del tercer capítulo.
Desde el programa Mendoza en Casa se presenta el nuevo episodio de esta serie dedicada a la vida y obra de algunos indispensables del arte mendocino. Tras el éxito de Quinopedia y Expreso Le Parc, llegará el capítulo dedicado a Molinelli, una mujer que dejó un inmenso legado, como artista y docente.
Dirigida por el realizador Mariano Donoso, la serie documental con formato televisivo y web abre una puerta para que conozcamos, vida y obra de seis referentes del arte. Sus trayectos, sus andares, dibujan el trazo de una sensibilidad única, que se originó en este territorio.
Cada artista, un mapa. Una cartografía particular, donde se cruzan imaginarios, búsquedas y posiciones en el mundo. Los seis episodios, producidos especialmente por el Ministerio de Cultura y Turismo de Mendoza, tienen estreno exclusivo a través de la plataforma Mendozaencasa.com y de canal Acequia. Cada capítulo tiene una duración aproximada de 30 minutos.
El comunicador y creativo José Bahamonde toma el rol de protagonista y entrevistador para cada episodio. Durante su cuarentena, José decide generar contenidos digitales y así se adentra en la obra de estos seis artistas.
Eliana Molinelli nació en Mendoza en 1943 y falleció en 2004. Fue una importante y reconocida escultora y docente.
Se destacó por ser la artista impulsora del plan de desarme que la ONU organizó juntamente con la provincia de Mendoza. Fue la primera comunidad en el mundo en organizar este plan sin haber estado en un conflicto bélico previamente.
El proyecto consistía en recibir donaciones de armas de fuego y municiones, para luego transformarlas en esculturas de hierro.
Fue discípula del reconocido escultor chileno Lorenzo Domínguez, desarrolló una labor de formación escultórica en Alemania, con el maestro Hans Kindermann, a comienzos de la década del setenta y, en Argentina, con Carlos de la Motta. En 1988, fue becada por el Fondo Nacional de las Artes a Europa. En 1993, obtuvo el primer Premio en el Salón Nacional de Santa Fe. En 1994, fue invitada al Tercer Simposio Internacional de Escultura en Guardalavaca, Cuba, donde realizó una escultura monumental en cemento en homenaje a Frida Kalho.
En 1995, realizó los murales escultóricos (de 21 metros de largo por 3 y 7 metros alternativamente de alto) de la Plaza Independencia.
Obtuvo las dos distinciones más importantes que se otorgan en escultura en el país, el Gran Premio Adquisición Presidente de la Nación (1995) y el primer premio del Salón Manuel Belgrano (1997), consistentes en un estímulo mensual de por vida y, además, fue invitada al Premio Adquisición de la Fundación Trabucco, heredero del cotizado premio Palanza, al que sólo acceden los más grandes artistas argentinos.
Realizó 25 exposiciones individuales en Argentina y Europa. Su última muestra fue en octubre de 2003, en la galería RoArt, junto a Carlos Alonso.
Llevó adelante una trayectoria brillante como artista y docente en la Facultad de Arte de la Universidad de Cuyo de la que fue vicedecana, entre 1999 y 2002. Uno de sus últimos proyectos consolidados fue la formación del MUA (Museo Universitario de Arte UNCuyo), del que fue su directora hasta su fallecimiento.
En el año 2002, realizó la escultura Manos Anónimas con armas aplastadas, que en 2003 fue expuesta como gigantografía en la Reunión Cumbre de la ONU en Nueva York.
En 2003-2004 con el apoyo del Gobierno de Mendoza y la ONU, distribuyó miles de armas prensadas y destruidas en el Plan Canje, a los artistas más importantes del país para su resignificación como obras de arte. Luego de su fallecimiento y bajo la dirección de Vivían Magis, su proyecto se concretó en la muestra Convivencia y Desarme, que se inauguró en septiembre de 2005, en el Espacio Contemporáneo de Arte de Mendoza –que hoy lleva su nombre- y que reunió 86 obras realizadas por escultores con las armas recolectadas.
Eliana fue una artista que nunca perdió su vitalidad, su energía y optimismo. Durante sus últimos meses de vida y desde la cama, siguió trabajando con dedicación en acuarelas y frottages, otorgándole al papel la fortaleza que sostuvo hasta su último aliento de vida.
Fuente: Dirección de Comunicación e Información Cultural.