El domingo Aeroparque se convirtió, por momentos, en una sala de música clásica.
Es que una joven violinista, vestida con el uniforme de un trabajador aeroportuario, comenzó a interpretar una canción navideña a lo que se sumó otro joven, con mochila de viajero, y su flauta.
Al finalizar esta entonación los presentes comenzaron a escuchar, por los altoparlantes del aeropuerto, el comienzo de "La Traviata". Por una de las puertas del lugar ingresó un hombre vestido como piloto que entonó parte de la canción.
Luego se sumaron un joven de maestranza, una mujer vestida como empleada del aeropuerto y una pasajera. Todos entonaron "La Traviata" para la ovación final del público que, sin quererlo, fue testigo de una genialidad.
¡Aplausos para la iniciativa!