Crítica

Luca: la deslumbrante aventura de dos monstruos marinos

Con un imaginario pueblo de la Riviera italiana como escenario, Luca propone una visión fresca sobre la amistad y la aceptación de las diferencias. El último largometraje animado de Pixar estrenado el pasado viernes en Disney +

Con la calidad distintiva de Pixar , la plataforma Disney + estrenó el pasado viernes una de las producciones más esperadas del año, que incluso en el compás de espera que impuso la pandemia, no estuvo exenta de expectativas y polémicas.

La historia de Luca (Jacob Tremblay, de La habitación y Extraordinario) y Alberto (Jack Dylan Grazer, parte de It y We Are Who We Are) recupera algunos tópicos de las cintas de animación, como el valor de la amistad y la aceptación de las diferencias.

Luca vive sin sobresaltos y bastante aburrido su vida en el fondo del mar, junto a su familia. Son monstruos marinos que viven en una comunidad de tipo rural, con la advertencia de no acercarse nunca a la superficie del agua o a la tierra, por el peligro que implican los “monstruos terrestres”, es decir, los seres humanos, que por años han alimentado leyendas sobre su existencia y ansían atraparlos.

La vida del pequeño Luca dará un vuelco cuando conozca a Alberto, de su misma especie, quien lo seduce con una posibilidad desconocida: al pisar la tierra se transforman en niños, de apariencia exacta a los seres humanos, lo cual abre un sinfín de experiencias por vivir y descubrir, desde las sabrosas comidas italianas hasta las relaciones interpersonales.

Tras días de aventuras que sirven para afianzar su amistad, deciden trasladarse a un pueblo cercano con el sueño de poder tener una Vespa, la moto que es el centro de las ilusiones de estos jovencitos. En ese pueblo conocerán a quien será su oponente, Ercole Visconti (Saverio Raimondo) y a quien será su amiga en tierra firme, Giulia (Emma Berman), una niña que pondrá a prueba la amistad entre Luca y Alberto.

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Uno de los aspectos más interesantes de este filme es que recupera las historias para niños, relatos protagonizados por ellos, con sus juegos e intereses y los desafíos que deben enfrentar, como ser marginados solo por ser diferentes. En este relato los monstruos marinos son perseguidos por los pescadores y los habitantes de las profundidades del mar tienen en los humanos su propia versión de los monstruoso.

El hecho de recuperar esa cierta ingenuidad en el relato y un guion con una línea argumental firme, se aleja de producciones como Soul, donde lo metafísico y personajes que no son de referencia en la primera infancia (como ciertos filósofos) creaban una fábula más para adultos que para el público infantil. De esta manera, Pixar vuelve de cierto modo a sus raíces, con narraciones claras, personajes infantiles bien delineados y humor. Con respecto a esto último, quizá ese elemento es el que uno extraña también en esta producción, porque las aventuras que viven los protagonistas se imponen a cualquier otro registro, desde el humorístico a lo dramático, con lo cual el acento narrativo está puesto en seguir los pasos de estos chicos que corren deslumbrados tras la ansiada Vespa, mientras con naturalidad tratan de mantener su verdadera naturaleza oculta a los ojos de los seres humanos.

Este primer largometraje de Enrico Casarosa tiene una factura visual impecable, que se apoya en escenarios que recrean la Riviera italiana, con todo lo pintoresco de su geografía, una banda sonora que sigue el registro temporal del filme, entre los años ’50 y ’60 y personajes queribles.

Un filme con la calidad distintiva de Pixar, pero cuyo estreno enfrentó al realizador y su equipo con el gigante de la animación.

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Trato diferencial

Luca es una de las producciones de la compañía del ratón Mickey que tuvo que retrasar y reprogramar sus estrenos, como Cruella o Black Widow, pero a diferencia de la primera y de otras películas, no tuvo un estreno simultáneo en cines y plataforma de streaming, sino directamente en Disney + y sin pago adicional, lo cual ofendió a su director por considerar que este trato la colocaba como una “obra menor” frente a otros como la misma Cruella o Raya y el último dragón, por las cuales en Argentina debía pagarse $1.050 para acceder a verla en estreno.

También despertó controversia la visión de varios críticos cinematográficos que trataron a la cinta como una versión animada de Call Me By Your Name, la película de Luca Guadagnino sobre la historia de amor (ambientada en Italia) entre Elio y Oliver. La lectura que hacen es que entre Luca y Alberto existe toda una alegoría sobre la aceptación de ser diferente y el descubrimiento ya no de una amistad, sino de una historia de amor homosexual.

Uno de ellos, Matt Goldberg, afirma que el filme “se convierte en algo especial con la relación entre Luca y Alberto. Por un lado puedes argumentar que la relación es suficientemente amplia como para abarcar a cualquiera que se sienta un forastero. Pero yo debatiría que la cinta no es una simple historia sobre ‘forasteros’, sino sobre personas que sienten la necesidad de hacerse pasar por algo que no son porque el mundo los percibirá como monstruos”.

Como puede apreciarse, Luca ha dado lugar también a debates, pero más allá de eso es de celebrar que Pixar haya recuperado las historias destinadas al público infantil que disfrutamos también los adultos.

Luca:Tráiler Oficial | Subtitulado | #PixarLuca

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