HBO volvió a apostar por una historia que tiene como protagonistas a mujeres con historias oscuras. Lo hizo con Big Little Lies y le fue de maravillas y ahora repite con Sharp Objects. Ocho capítulos de una hora bastan para revelar que hay detrás de una serie de asesinatos de jovencitas que sacuden la tranquilidad de un pequeño perdido en el interior de la Norteamérica profunda. Solo por su inesperado desenlace, vale la pena.
Sharp Objetcs es una serie de crímenes de adolescentes que aterroriza a un pequeño pueblo de la costa oeste de Estados Unidos. Una periodista, nacida y criada en el lugar, es enviada para cubrir la historia. Al volver se enfrenta al dolor de un pasado que intenta vanamente ahogar con la bebida y a una madre posesiva y neurótica, los motivos que la obligaron a huir y que ahora vuelven a su vida como una maldición.
Esta serie muestra a una Amy Adams que ya no es la princesita inocente de Encantada. Pasó un largo tiempo desde su exitoso debut en Hollywood y la joven carilinda que hechizaba a la pantalla grande con su sonrisa maduró. Dejó atrás la visión edulcorada del mundo de la factoría de sueños de Disney y se asomó a la verdad, que guste o no, luce más como una pesadilla. En ese, su nuevo rol, su mirada estremece.
Sharp Objects está basada en la novela homónima de Gillian Flynn, la autora del best seller Perdida, que llevó al cine David Fincher con las actuaciones de Ben Aflleck y Rosamund Pike. Feminista, exiliada de la prensa el corazón, las historias de Flynn ubican a las mujeres en el centro de la escena. Su perspectiva oscura de las cosas, sin embargo, las muestre tanto como víctimas como victimarias.
Para Camile Parker, la protagonista de la historia, la muerte de su hermana menor es una carga pesada, insoportable. Para sobrellevarla, abandonó su ciudad natal, se hundió en la bebida y se hizo cortes en todo el cuerpo para no olvidar su dolor. Escribió con alfileres, navajas, hojas de afeitar -los Sharp Objets del título de la serie-, las palabras que le recuerdan el infierno que vivió en su infancia.
El "cutting" es hoy una epidemia entre las adolescentes. Lo hacen para aliviar la angustia, para expresar los sentimientos que no pueden poner palabras. Las heridas las avergüenzan, por eso las hacen en zonas del cuerpo que pueden ocultar con la ropa. Camile se somete a esa automutilación y tiene sus motivos, la investigación de los asesinatos los exponen en una dimensión insoportable. También, sanadora.
Esta serie se puede ver todos los domingos, a las 22, por la señal de HBO. En esa franja horaria este canal impuso uno de sus éxitos más recientes, Game of Thrones, y también los eventuales reemplazos de la serie basada en la saga épica de George R.R. Martin, The Night Of y Big Little Lies, ésta última dirigida por el canadiense Jean Marc Vallé, quien tiene el mérito de haber reunido en un mismo estudio a Nicole Kidman, Reese Witherspoon, Shailene Woodley y Laura Dern.