La humorista Mar Tarrés que fue la chica del verano en Carlos Paz habla de su show, de su carrera y de cómo el humor la salvó en su peor momento.

"La risa a mí me curó el alma"

Por UNO

Mar Tarrés hace rato que la viene remando en el humor y en la vida. Tuvo que sobreponerse a las pérdidas de su hermano y de su papá y luchar para hacerse un lugar en una de las plazas más competitivas del género: Córdoba. Pero se hizo muy conocida a nivel nacional cuando fue elegida la chica del verano 2016 en Carlos Paz y con su corona por primera vez ganó este certamen de belleza una chica con curvas XXL.

La cómica salteña se presenta este viernes por primera vez en Mendoza con Minas jodidas, en su nueva versión Cambio marido por un par de zapatos y promete que durante la hora y cuarto que dura el espectáculo, no podrán parar de reír.

Todos invitados

-Con el título de la obra uno puede pensar que es sólo para mujeres. ¿Es para ellos también?

-¡Claro! Es para hombres también, ¿de qué nos vamos a reír si no vienen los chicos?

-Vos sos autora de tus monólogos: ¿cómo los estructurás?

-Lo primero es buscar la identificación básica, con cosas cotidianas, como por ejemplo, tomar mate. Todos tomamos mate y a eso buscarle algo, una vuelta. Por ejemplo la gente que te "galletea" la bombilla del mate. Se come un bizcocho y te deja la mitad en la bombilla y yo que disimuladamente quiero enjuagarla, pero no falta la que te ve y te dice: "Ay, pero qué delicada que sos" , ¡después de que me dejó la bombilla como una milanesa! O a la que se le tranca el mate, le raspa el culo y sigue chupando como si rasparle el culo al mate lo destapara (risas). Hablamos de cosas básicas, es buscar a través de las cosas simples la exageración y el humor. La gente primero se ríe en la identificación y después viene el remate, que aunque suene exagerado, siempre tiene que ser verdad.

-¿Cuáles son esos temas básicos que abordás?

-Hablo de los ex novios, de las minas despechadas, de las parejas actuales, temas sexuales...un montón de temas diferentes, enganchados. Es un monólogo que mantiene al palo a la gente, es tan rápido como pasan los chistes que uno te hace olvidar del otro y todo desemboca en que todas somos minas jodidas, todas al fin y al cabo buscamos lo mismo, ese es el desenlace del espectáculo. Y no lo voy a decir en un medio de comunicación porque voy presa y no me hacen nunca más notas (risas).

Salteña con acento cordobés

-El humor por mucho tiempo fue cosa de hombres. ¿Cómo te insertaste en ese mundo?

-Yo soy una salteña que hace humor en Córdoba. Me paré frente a los grandes humoristas que tienen, como el Flaco Pailos, Cacho Buenaventura o el Negro Alvarez y tengo, hoy por hoy, quizá la misma convocatoria que ellos. Mirá cómo rompo moldes, soy salteña y que un salteño haga humor en Córdoba es como que un porteño enseñe folclore en Salta o les vaya a enseñar a ustedes de vino.

-¿A qué edad te fuiste a vivir a Córdoba?

-A los 17 años, para estudiar Ciencias Económicas y cuando pasé de contadora a contar chistes en mi casa casi me revientan, dos años no me hablaron por eso, porque mi familia quería que yo tuviera un título, porque la sociedad dice que vos tenés que tener un título porque si no, no sos nadie en la vida. Yo decidí salir adelante. Empecé trabajando con Minas jodidas a la gorra y hoy es un espectáculo que va a los mejores teatros del país.

Del dolor al humor

-¿Cómo surgió el espectáculo Minas jodidas?

-Lo hice en un momento en que estaba muy mal. No pegaba una. A mí se me murió mi hermano, había fallecido mi viejo, me dejó mi novio, que es el Cacho, que ahora es recontra famoso en los monólogos. Porque las mujeres tenemos ese instinto maternal que cuando el tipo está mal, vos le das un empujón, lo ayudás, le das plata, lo vestís, lo bañás, lo cambiás, como si fuera un bebé. Y cuando vos estás mal hacen lo único que saben hacer: te dan una patada en el culo. En ese momento yo estaba más gorda, con problemas y hasta me había quedado sin trabajo. Mi familia, por los problemas con mi hermano, había decidido hacer terapia y yo decidí hacer terapia de la risa. Y a mí me curó el alma. Todo lo que me hacía mal en su momento lo transformé en humor.

-Literalmente te salvó el humor...

-Sí y empecé a ver lo feo desde la vereda de enfrente, para no seguir toda la vida prendida de lo que pasó. Decidí que mi vida iba a ser reírme. Cuando vas a ver un show la gente dice: "Me morí de la risa". No, no digan eso, digan: "Me viví de la risa", hay que cambiarlo.

Militante de la ley de talles

-Ser la chica del verano en Carlos Paz te sirvió para impulsar tu campaña de talles reales para mujeres reales...

-Yo lo hacía antes de Minas Jodidas, lo que pasa es que no tenía los medios de comunicación que me ayudaran a difundir esto. Es una campaña de hace mucho tiempo, con mucha gente, ayudando a reinsertar socialmente a la mujer XL, a darle su lugar, a decirle que tiene derecho a participar de un concurso de belleza y de sentirse linda, sexy, libre de prejuicios. Es una campaña para que se aprueba la ley de talles en todas las provincias. La obesidad es una enfermedad, merece respeto, porque la gente repudia al gordo. La gente te dice "si vos hacés hacés dieta, cerrás la boca y movés el culo, vas a adelgazar" ¡Qué novedad! Hace 29 años que estoy tratando de hacer lo mismo y no logro ser flaca. ¿Cómo le explicás eso a un niño, que desde bebé es gordo y va a ser gordo toda su vida? Se trata de una enfermedad. Hay que tener respeto.

Minas jodidas

Cambio marido por un par de zapatos con Mar Tarrés

Cuándo: viernes a las 22.30

Dónde: Teatro Selectro (Capitán de Fragata Moyano 102, Mendoza)

Entradas: $200 y $250

"¿Sabés la cantidad de gente gorda que vos no ves en la calle porque no sale, no porque no existan, si no por que no tienen ropa para ponerse, porque saben que van a un lugar y pasan vergüenza porque saben que no tienen sillas para ellos?"

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