Lejos de la Viena de Carta de una desconocida, El Gran Hotel Budapest se enmarca en la república de Zubrowka, un lugar imaginario situado en la Europa del Este. Allí se erigía uno de esos hoteles majestuosos donde los huéspedes más refinados y pudientes mantenían una especie de segunda residencia.
El artífice de que esa pequeña burbuja de lujo y distinción se mantuviera suspendida en el tiempo y ajena a los vaivenes del mundo era su legendario conserje, Gustave H.
“Escribimos ese personaje con Ralph en mente”, contó Anderson sobre la elección del actor, con el que nunca había trabajado, a diferencia del resto del elenco, con el cual repite en gran medida.
Es que para el director, el protagonista de El paciente inglés consigue hacer creíble a este hombre un tanto irreal, de maneras teatrales y con un exquisito dominio del lenguaje. “No sé si alguien más podía hacer sonar esa poesía y ese modo de hablar de manera tan auténtica”, dijo el cineasta. “Pero yo sólo conocía a Ralph”.
Fiennes, que presentó en Berlín su debut en la dirección con la shakesperiana Coriolanus, encabeza un estelar reparto cuajado de rostros conocidos en la filmografía de Anderson: Harvey Keitel (Un reino bajo la luna), Owen Wilson (Buscando el crimen, Los excéntricos Tenenbaum, Vida acuática)y Bill Murray (Tres son multitud, Vida acuática). De hecho, Wilson, junto con Jason Schwartzman, protagonizaron Viaje a Darjeeling, además de Willem Dafoe, Adrien Brody, Edward Norton y Tilda Swinton, envejecida varias décadas con maquillaje, y como una gran dama temerosa de la nueva tecnología que introdujo el hotel, como los ascensores.
“Bueno, entre nosotros se acabó el romance”, bromeaba el protagonista de Perdidos en Tokio sobre su relación con Anderson, con quien trabajó también en Viaje a Darjeeling o Fantastic Mr. Fox, una comedia animada que contó con las voces de George Clooney y Meryl Strip. “Ahora lo veo más como una relación padre-hijo”, completó el actor.
Para Anderson, cada filme es como trabajar con una gran familia. “Estábamos todos juntos en un pequeño hotel que habíamos invadido, y llevamos nuestro propio cocinero”, contó. “Era muy cómodo, unhotel pequeño pero formidable. Además, hicimos actuar al propietario y a su esposa en la película. Creo que es más divertido tener a todo el mundo junto”, añadió. Para él, es mejor que “poner a la gente en
motorhomes y verlos irse juntos a ver la televisión. Y creo que a los actores les encanta. Quieren sentirse involucrados”, dijo el cineasta.
Ese reparto coral, al que se suman Mathieu Almaric, Jeff Goldblum, Jude Law, Saoirse Ronan y Léa Seydoux, se mueve en un mundo que se desmorona con la llegada de la guerra. En el medio, el conserjeGustave y su botones (encarnado por el actor de origen guatemalteco Tony Revolori) se convierten en víctimas de una conspiración.
Asesinato misterioso
La acción se dispara con el misterioso asesinato de Madame Céline, una adinerada anciana enamorada de Gustave. “Así soy cuando me quito todo este maquillaje”, bromeaba Tilda Swinton sobre su lograda caracterización. Su última voluntad es que el conserje de El Gran Hotel Budapest herede un cuadro renacentista de valor incalculable, pero su familia no está dispuesta a tolerarlo.
El filme fue rodado en unos antiguos almacenes art déco de la ciudad alemana de Görlitz, en la frontera con Polonia, y aborda una de las temáticas que más se vieron la última Berlinale: la nazi, como ocurreen Operación Monumento, de George Clooney, y Diplomatie, de Volker Schlöndorff. Aunque El Gran Hotel Budapest inventa sus propias fuerzas fascistas y una particular esvástica, ahora en zig zag, los paralelismos con la irrupción del régimen de Adolf Hitler y el fin de aquella Europa de los años 30 que tanto atormentó a Zweig son claros.
Personajes
Una curiosidad: Wes Anderson incluye siempre en sus películas a un personaje hindú, aunque sea secundario. El Gran Hotel Budapest no es la excepción. La razón es que él fue amigo de un encargado hindú del café que frecuentaba.
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El conserje. Ralph Fiennes encarna, en un elogiado papel , a Gustave H., el encargado de un hotel que, en un imaginario lugar de Europa, se codea con célebres personajes
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Edward Norton encarna al Inspector Henckels en esta película.
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Bill Murray vuelve a trabajar bajo las órdenes de Wes Anderson.
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Tilda Swinton encarna un personaje para el cual se vio obligada a someterse a largas sesiones de maquillaje.