La serie, que culmina en un mes por AXN, le dio fama a casi todos los actores que participaron en ella. Ahora se enfrentan al desafío de “despegarse” de sus personajes. ¿Lo lograrán?

¿Hay vida después de Lost?

Por UNO

A un mes de que termine Lost (la última temporada es emitida por AXN los martes a las 20) una pregunta revolotea

más allá del horizonte de la isla (y de su propio desenlace), al igual que el misterioso monstruo

de humo negro de la serie de (el creador) J. J. Abrams: ¿qué será de los actores cuando se emita el

último episodio? ¿Conseguirá Matthew Fox desligarse del paranoico doctor Shepard? ¿Podrá Terry O'Q

uinn mostrarse a la audiencia como alguien que no sea John Locke? La mayoría de los personajes,

sigan o no en la "isla de los huevos de oro", ya han empezado a buscar trabajo fuera de ella, con

mayor o menor éxito.

Como si de un reality show se tratara, los que han salido antes han sabido aprovechar mejor

el tiempo. Desde que abandonara el barco, Harrold Perrineau (Michael Dawson) no ha parado de

grabar, y el carilindo Ian Somerhalder (Boone Carlyle) triunfa en la adolescente The Vampire

Diaries, renovada para una segunda temporada.

Pasar por Lost aporta distinción. Si no, que se lo digan a Elizabeth Mitchell, que

interpretaba a la aguerrida doctora Juliet Burke y que ha podido hacer televisión y cine tras su

partida. Después de que le estallara una bomba a menos de un metro, la actriz pasó a enfrentarse a

los lagartos en la nueva versión de V. Y durante una pausa de ésta –se reanudó a finales de marzo

en EE.UU.– rodó Answers to Nothing.

Sin pena ni gloria

No todo ha sido suerte para los que se marcharon. Los polémicos Michelle Rodríguez,

Cynthia Watros y Adewalle Akinnouye-Agbaje (los encontraron conduciendo ebrios durante el rodaje de

la serie) se han conformado con los papeles que les han dado. La primera ha participado en Avatar,

mientras que los otros dos se han paseado por cine y televisión sin pena ni gloria.

Los que todavía continúan se debaten entre las que, a primera vista, son las dos únicas

opciones: aprovechar las ofertas de trabajo o rendir lealtad absoluta (por voluntad o por contrato)

a una serie que se lo ha dado todo.

En el primer extremo figuran Evangeline Lilly (Kate) y Matthew Fox (Jack), que han empezado a

coquetear con el mundo del cine antes del punto final de la serie, previsto para el 23 de mayo. La

primera con premio indirecto, pues Vivir al límite se convirtió en la gran vencedora de la última

gala de los Oscar. En el otro barco se encuentran Josh Holloway (Sawyer) y Terry O'Quinn (Locke),

que no han hecho prácticamente nada.

No hay que obviar los grises. Una serie filosófica como Lost no podía negar el justo medio

aristotélico. A este punto pertenecen los intérpretes que sin ser archiconocidos no quieren pecar

de falta de precaución. Daniel Dae Kim (Jin), por ejemplo, ya se ha asegurado el sueldo y será

parte del elenco del remake policíaco Hawai 5.0. Toda esta casuística es de todo menos nueva. Los

protagonistas de Friends o Sex and the City ya sufrieron la sombra artística tras saborear las

mieles del éxito. Las actrices que daban vida al deslenguado cuarteto femenino de Manhattan nunca

han alcanzado con otro proyecto la fama que les dio la serie de HBO. Con Friends, y a excepción de

Jennifer Aniston, sucedió lo mismo, sólo que, a diferencia de Sarah Jessica Parker y compañía, no

se han lanzado al mundo del séptimo arte. Cheers, Gilmore Girls, Six Feet Under: la lista de

actores condicionados por papeles previos es interminable.

Pero volviendo a la isla, las ganas de hacer algo distinto ya se perciben en las ya no tan

tímidas declaraciones del reparto: "Todo cambiará cuando esté libre. Me apetece dar el salto al

cine. ¡Quiero hacer películas!", exclamó Holloway. El tiempo (y el monstruo de humo negro)

decidirán si hay vida después de Lost.