Germán Daffuncchio está descansando en las sierras cordobesas, pero de igual manera recibe la llamada de Escenario. A su banda, Las Pelotas, se le están terminando las vacaciones y es hora de volver a la ruta, pero más importante, es hora de reencontrarse con su legión de fans, que este año pondrá el volumen al máximo para escuchar el nuevo disco del sexteto formado en 1988, tras la disolución de Sumo.
"Este año vamos a estar tocar en todos lados. Ahora nos toca ir a Mendoza, una provincia que queremos muchísimo. Hay algo con la gente de Mendoza que hace que los shows de Las Pelotas sean más emocionales", adelantó Daffuncchio en diálogo con este medio.
La banda llega a la provincia para tocar hoy, en La Paz, más precisamente en el Complejo Deportivo y Recreativo de La Democracia, donde se realizará la Noche de los jóvenes con la que el departamento homenajea a su nueva reina de la Vendimia.
Antes del toque de Las Pelotas, rockerán desde el escenario las bandas locales: Vamo a Ver; Rockola y La Clave. Luego, será el turno de los platenses de Estelares.
Así, cuando el público esté empezando a agitar y se sienta listo para hacer pogo con canciones como Será y Capitán América, Daffunchio y compañía (Tomás Sussmann, Gustavo Jove, Gabriela Martínez, Alejandro Gómez y Sebastián Schachtel) subirán a escena para hacer lo que mejor saben: tocar rock.
Allí, adelantarán parte del nuevo material discográfico que saldrá este año y se llamará Brindando por nada, el cual fue grabado en el estudio que el grupo tiene en Córdoba.
-En diciembre estrenaron el video de "El amor hace falta", el primer corte del nuevo disco. ¿Por qué eligieron ese tema para abrir esta etapa?
-Es un resumen muy pelotero ese tema. El disco que estamos por sacar tiene temas muy distintos y si bien daba para elegir otro como primer corte, nos decidimos por este por lo rockero que es.
-¿Qué podés adelantar del disco, qué sonido va a explorar?
-El nombre del disco es Brindando por nada y para mí es un recontra discazo, pero seguramente todos los artistas cuando les preguntan por sus nuevos discos dicen lo mismo. El sonido es realmente impresionante. Trabajamos muchísimo y cubrimos todas las expectativas que teníamos, las cuales eran altas porque queríamos superar el disco anterior (Cerca de las nubes). Uno siempre trata de superar lo que hizo antes.
-Se fueron a grabarlo en el estudio que tienen en Las Sierras de Córdoba. ¿Se conectan mejor con la música cuando están lejos de la ciudad?
-Sin duda. Es nuestro búnker. El estar alejado de la ciudad te ayuda a compenetrarte profundamente en lo que estás haciendo. Siempre que laburamos en la ciudad, nunca nos resultó agradable porque uno no se puede concentrar todo lo que quisiera. En cambio, al estar acá todos juntos, conviviendo, los horarios pueden variar e ir desde la mañana hasta las cinco de la madrugada (risas). La mayoría del disco lo grabamos ahí y sólo las baterías y la mezcla las hicimos en el Estudio Panda, en Buenos Aires.
-Además, el lugar es ideal para comer asados, hacer payadas y estar tranquilos...
-Claro... Y lo que se busca es eso justamente, estar tranquilos. Estamos muy satisfechos, pero es muy difícil hablar de algo que todavía nadie escuchó. Queríamos terminarlo para fin de año y fue lo que hicimos.
-No todas las bandas argentinas de rock que llevan mucho tiempo tocando sienten la necesidad de sacar discos nuevos con la regularidad que lo hacen ustedes. ¿Sienten una pulsión por tocar temas frescos?
-Sí, siempre. Es constante, aunque es muy relativo a cada banda. Hay músicos que se conforman con su repertorio porque no les sale nada más. Además, es un desafío artístico buscar nuevas canciones. Es nuestra vida, somos así. La verdad es que no nos ha salido mal nunca (risas). No falta mucho para que se termine esta etapa de satisfacción por el disco grabado y nos empiece a picar el bicho de vuelta. Es una parte importante de nuestra vida y el renovarse es importante para sentir que uno va avanzando.
-Hoy, el negocio de la música pasa por vender canciones de a una o elegir en Spotify un salpicado de lo que más se escucha. ¿Ves como algo negativo esto de escuchar un solo un tema y no el disco entero con su concepto?
-Es un tema interesante, pero no tengo una opinión formada. Uno trata de adaptarse a las cosas como van viniendo. A los músicos, a lo largo de los años estos cambios los han perjudicado mucho. Antes, te daban el disco de oro al vender 80.000 unidades y ahora te lo dan, no sé, a las 10.000. Un disco no es un negocio, un disco se hace para transmitir algo y generar shows en vivo. Por otro lado, no sé si está mal que la gente escuche la música salpicada porque hay tantas cosas que están patas para arriba hoy en día que eso es apenas un detallito. De todas formas, cuando nosotros hacemos música, no pensamos en el negocio sino que buscamos decir las cosas que sentimos y ser consecuente a eso.
-La canción "Esperando el milagro" dice: "Dentro del palacio/ los jueces se ríen de vos". ¿Te apena que en Argentina con cada año que pasa cobre más vigencia el tema?
-No. Al contrario, la verdad que me llena de orgullo porque quiere decir que no estábamos equivocados (risas). Pero es la realidad del mundo esa. Es la lucha de todos los seres humanos al no poder convivir con este bombardeo constante de mentiras. No sé cuánto tiempo llevará que esto cambie, aunque no solo se trata de la Justicia, claro. Eso quedó demostrado con esta famosa triple fuga, que tuvo al país en vilo, y dejó en evidencia la complicidad de la policía con la mafia. Siempre que me topo con pibes que están estudiando para ser abogados les pregunto si van a seguir los malos ejemplos o realmente van a luchar por los principios que están estudiando. Pero bueno, yo soy un simple músico y, en el fondo, me queda la certeza de que la gente cree cualquier cosa y que eso depende del diario o el programa de televisión que vean. Así como también se repiten muchísimas pavadas, pero esto pasa en todos lados.