Los bailarines Maximiliano Guerra y Patricia Baca se meterán en la piel de la pareja mexicana más famosa para contar la vida de ambos desde arte y el amor.

"El matrimonio de Diego y Frida era como una obra de teatro"

Por UNO

Pocos son los romances que marcan la historia, que conmueven al mundo, que son eternos a través del tiempo, y más difícil aún cuya huella puede disfrutarse aún hoy. Ese es el inigualable caso de Frida Kahlo y Diego Rivera, la pareja mexicana que desafió los límites del amor, el arte, las normas y las buenas costumbres pero cuya pasión y devoción mutua los llevó a ser una de las parejas de artistas más icónicas y transgresoras de los últimos tiempos.

Ahora la apasionante vida y romance de los pintores vuelve a cobrar vida de la mano de Maximiliano Guerra y su mujer la bailarina Patricia Baca en Fenómeno Frida, una puesta en escena extravagante, desafiante; donde danza, teatro y plástica concurren en una inspiradora performance que atrapará al espectador con todos los sentidos.

"Fenómeno Frida es un cuadro viviente, una conjunción de colores, movimiento, música e historia maravillosa que no deja de llamar la atención ni un segundo. Es un antes y un después en la vida del espectador que lo hará reflexionar", adelanta Maximiliano Guerra, quien interpreta a Diego Rivera; mientras que su esposa, Patricia Baca, es Frida Kahlo.

Frida artista, Frida Mujer, Frida esposa, Frida transgresora y Frida como un ser humano excepcional, que rompió con los convencionalismos de su época y que sus revolucionarias posturas hoy día siguen provocando se verá en la puesta que llegará este miércoles 7 de noviembre al Teatro Independencia. Se recreará el mundo singular y poco convencional de esta mujer; la construcción artística del mito: Frida por Diego y la reconstrucción performática constante de Frida sobre sí misma como su propio objeto de arte.

A días de su presentación Diario UNO diálogo en exclusiva con Guerra y Baca en una entrevista íntima sobre su matrimonio, las similitudes con Diego y Frida, la infidelidad, los desafíos y más.

-¿Qué sabían antes de Frida y Diego y qué descubrieron al hacer este espectáculo?

Patricia Baca (PB): Sabía que era una mujer fuerte, una mujer que marcó tendencia en su época pero no como feminista sin fundamento sino como una mujer que demostró que podía estar en el mismo lugar artístico que los hombres y por supuesto desde su fortaleza, desde su fuerza interna. Desde que nació tuvo problemas en su salud, luego sufrió el accidente de tren que le cambió la vida para siempre y la dejo postrada en una cama durante un año. Al recuperarse llegó Diego a su vida, ella fue a buscarlo en busca de su opinión, se enamoraron perdidamente y él la incentivó a seguir pintando, le dio un lugar especial en el mundo de la pintura, la hizo conocida. Descubrí que es pintando que ella se revela a si misma, son pinturas muy fuertes, muy crudas, ella no podía tener hijos e incluso cuando pierde un bebé ordena que se lo lleven para pintarlo. También se pinta como mujer, como hombre, era transgresora, le gustaba ir más allá, provocar. En un estado de salud tan delicado supo transformar el arte en algo más, en algo sanador.

Maximiliano Guerra (MA): A Diego lo conocía como el nombre que tiene, como el gran artista que fue. Descubrí un ser humano que puede tener los dos extremos líbidos: el de la lujuria por un lado, es un devorador de mujeres, de vivir a lo grande, de comer, de tomar, incluso se dice que hasta comió carne humana. Por el otro extremo de su amor incondicional que tuvo con Frida, tanto la amó que estuvo parado al lado de ella hasta el día que murió. Cuando ella fallece él desapareció, no se habló más de él. Esas dos aristas me parecieron fabulosas para mostrarlas con mi personaje. Y también descubrí la grandiosidad de su generosidad para con el mundo del arte, el partido comunista y especialmente con Frida, donde la pone, donde la sitúa, gracias al posicionamiento que logran juntos fue la primer mujer en exponer sus obras en el Louvre (París) y hasta de tener obras valuadas al mismo precio que la de los hombres.

-¿Qué fue lo más difícil de interpretar a estos personajes tan icónicos?

PB: Para mi es una gran responsabilidad, lo hago con mucho respeto, con mucho compromiso, no paro de leer, de estudiar, de ver todo el material para poder comprender su esencia. Lo que más me costó al principio fue la bisexualidad porque es algo que tuve que trabajar. También la infidelidad y que se vea honesta porque el artista tiene que ser honesto y sincero para que se le crea y sobre todo ser respetuoso con su personaje. Llamamos a amigos, a actores y compañeros para preguntarles qué les parecía nuestra interpretación porque realmente queríamos ser fiel a ellos. Al principio me dio miedo pero después ese temor se trasformó en coraje, y creo que esa fuerza, esa valentía para poder interpretarla, me la mandó Frida.

MG: Todos los personajes son desafíos, lo que tiene en particular Diego y Frida es que no son fantásticos ni creados por un autor imaginario sino que son personajes reales, seres humanos que han vivido y que han dejado una huella muy fuerte. Por eso mismo es que hay que tomarlo con respeto, hay que respetar esas vidas, lo que fueron y tratar de entenderlos lo más posible. Recuerdo que lo primero que hice cuando me enteré que íbamos a hacerlos fue salir corriendo y comprar siete libros sobre Frida y dos de Diego justamente para poder comprenderlos, para hacer una interpretación de lo más realista de sus personajes.

- La vida de estos artistas tuvo varios momentos de mucho dolor, de mucho sufrimiento ¿Hay alguno en particular que los marcó?

MG: Hay varias escenas muy duras, sobre todo una en particular que sucede después de un reencuentro que se da entre Frida y Diego en una plaza. Frida esta embarazada y pierde a su bebe, ese es un momento muy duro para mí, que me duele mucho porque nosotros perdimos un bebe hace poco. Por eso es que creo que hay algún lugar en la obra que siempre toca, ya sea al sentirse identificados con Frida o con Diego, con su matrimonio, el público en algún momento se siente tocado.

- Hablando de estas situaciones en común, ¿cómo es ser un matrimonio e interpretar a otro matrimonio?

PB: Al igual que ellos somos artistas los dos y hacemos lo mismo. Diego Rivera era más grande que ella y ya estaba consagrado cuando la conoció por lo que la ayudó mucho, la impulsó. En eso hay similitud porque si yo no hubiera bailado con Maxi todos estos años no tendría el lugar en la danza que tengo hoy. Después también el vínculo de compartir la misma pasión, en su caso por la pintura, en el nuestro por la danza, por la política, por comprometerse con la gente, estar atento a lo que la sociedad necesita todo el tiempo.

MG: Está buenísimo ser un matrimonio e interpretar a otro matrimonio, repasar un poco de su historia, meterse en la intimidad de una pareja que, si bien al igual que nosotros es un matrimonio de artistas, es completamente diferente al nuestro, es distinto, no tiene las mismas características, los mismos códigos. El de ellos es un matrimonio abierto donde se aceptan las infidelidades, vivían una vida muy para afuera casi como si fuera una obra de teatro. Hay que trabajar el lugar del personaje en si, trabajar las características similares o no y elaborarlos como un personaje fantástico que justamente no lo son.

- Podría decirse que en estos tiempos en los que también se habla del poliamor, lo de Diego y Frida es un matrimonio muy actual...

MG: Para mí el poliamor es una forma de llamar a la infidelidad. Los matrimonios abiertos vienen hace años, están ellos dos, Salvador Dalí y Kala, pero ellos no son el común denominador. Uno cuando está enamorado ama y proyecta un matrimonio, una familia y pretende fidelidad Justamente fue de las cosas que mas me costó entender, a mi no me entraba pensar como un hombre podría estar con tantas mujeres y amar tanto a una a la vez, yo cuando amo, amo a una sola.

PB: Es muy actual de la posición de la mujer con la sexualidad, con su trabajo. Hay que pensar que es la historia de una mujer que vivió hace muchos años, que murió y décadas después estamos viviendo cosas muy similares, en ese sentido fue una adelantada de su época.

-¿Qué creen que dirían Frida y Diego si vieran su interpretación?

PB: Me encantaría que Frida me couchara. Por ahí me diría que me dejara crecer el bigote y las cejas (risas) pero creo que lo que le llamaría mucho la atención sería ver a una bailarina interpretándola sobre todo por lo mucho que ella sufrió lo corporal, ya de chica le decían Pata de palo. Creo que le costaría verlo pero yo la siento muy cerca de mí, muy presente en cada función. Siento que terminaríamos abrazadas, emocionadas y yo agradecida de poder llevar su historia, Cada ve z que entro al escenario me siento poseída Patricia queda en el camarín, y entra Frida, ella llena mis movimientos, mis expresiones.

MG: Si bien hay varias cosas en las que no coincido con Diego, me encanta la vida, divertirme, estar con amigos, disfrutar cada momento como si fuera el último al igual que él y por supuesto el arte del perfeccionismo, su convicción. A él en un momento le dieron un trabajo en el Rockefeller donde eligió pintar a Lenin y como no quiso cambiarlo lo demolieron, yo hice algo parecido cuando decidí bailar temas de Charly García y la Bersuit cuando todos me decían que no. Creo que sería un honor si él pudiera verme, si pudiera ver este Diego, no sé qué diría pero si sé que me encantaría que me dijera "gracias por representarme" porque yo sin dudas estoy mas que agradecido de hacerlo.

- ¿Les gustaría que el día de mañana los recuerden como hoy se recuerda a Diego y a Frida?

MG: Creo que en algún punto va a suceder en la historia de la danza por todo lo que hemos hecho juntos pero no es una meta que persigamos. La historia se hace sola.

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