Good Girls. La serie de Netflix cuenta la historia, en tono de comedia, de tres mujeres que por diferentes problemas personales tienen que reunir dinero de forma urgente. Y la salida que encuentran es asaltar un supermercado.

Damas criminales por imperiosa necesidad

Por UNO

Beth está atrapada en un matrimonio que se derrumba. Annie es una madre soltera y cajera en un supermercado. Ruby, quien trabaja en una cadena de comidas rápidas, enfrenta la grave enfermedad de su pequeña hija. Las dos primeras son hermanas, pero la amistad las une a las tres y piensan que el dinero sería un gran alivio para sus problemas más acuciantes. Así que deciden asaltan un pequeño supermercado para solucionarlo.

Este es el inicio de Good Girls, la serie estrenada recientemente por Netflix que cuenta como protagonistas a Christina Hendricks (la inolvidable Joan Holloway de Mad Men), Mae Whitman (Arrested Development) y Retta (reconocida comediante de stand up), quienes luego de ese asalto inicial irán enfrentando las consecuencias de sus acciones como pueden, lo cual incluye terminar trabajando para un mafioso local.

Los principales resortes del humor surgen no sólo de las muy diferentes personalidades de estas debutantes damas del crimen, sino al tener que enfrentar los códigos delictivos que hasta ese momento les eran totalmente ajenos. Pero el hecho de que sean mujeres, sin antecedentes y que lucen como trabajadoras comunes o amas de casa, puede resultar una ventaja para ellas y para su "nuevo empleador".

En cada uno de los diez capítulos las damas enfrentan una serie de dificultades que a veces se convierten en reiterativas, pero el oficio de las protagonistas logra sobrellevar esta serie que si bien provoca risas, no llega nunca a tener al menos un momento memorable de hilaridad.

Es liviana y entretenida, pero no logra despegar más allá de estos adjetivos por lo convencional del guión (después de Breaking Bad, las personas comunes que delinquen por "buenas razones" se multiplican) y además porque no logra definir el género en el que está inmersa.

Si bien los códigos son mayoritariamente de comedia, naufraga por el drama y por conflictos que sólo están para justificar por qué estas adorables mujeres tienen que delinquir para sobrevivir, lo cual resta comicidad y hace que la serie pierda bastante del buen ritmo con el que se inicia.

A juzgar por el final de esta primera temporada, estas "buenas chicas" deben haber tenido éxito, ya que todo indica que la segunda temporada no tardará en llegar.

Ojalá que ajusten lo necesario para que estas interesantes actrices puedan realmente lucirse.

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