Si bien el llamado es preferentemente para bailarines profesionales, el productor explicó que también esperan gente que no sea profesional pero que baile bien. "No queremos que se nos escape alguien que tenga potencial" dijo, al tiempo que recomendó: "Queremos que quienes vengan se preparen, que tomen clases, pero también que lleguen tranquilos, sean espontáneos y actúen con naturalidad".
La destreza en el baile no será lo único que el jurado, compuesto por Matías Ramos, Laura "Lolo" Rossi y Eugenia López Frugoni, evaluará en Mendoza. Al respecto Antivero ensalzó: "Además de gente que baile bien, en la búsqueda también nos fijamos mucho en su actitud, su impronta, su personalidad, su simpatía. Hay que tener en cuenta que después van a tener que hablar con Marcelo, también con el jurado y en un programa de televisión en vivo". O sea, no alcanza con bailar bien.
En este aspecto Antivero puso ejemplos de "egresados" del Bailando que entraron por casting y mostraron una gran personalidad, además de dotes de buenos bailarines, desbloqueando unos cuántos recuerdos para el cronista. Por caso, Laurita Fernández, Facundo Mazzei o Gabriel "Gabo" Usandivaras, quienes actualmente son reconocidos artistas en diferentes medios.
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El ingreso al casting será por orden de llegada y, una vez completados unos formularios de rigor, los aspirantes al Bailando 2023 se enfrentarán a 2 filtros: una coreografía de la que saldrá una primera selección de bailarines y luego una coreo más compleja. Sin embargo, la selección final se hará en Buenos Aires, ya que se llevarán todo el material grabado en el Independencia. Esto que suena a presión extrema, no lo es tanto, según explicó Antivero: "El ambiente es más parecido a una clase de baile".
En el casting se elegirán dos tipos de bailarines: los paternaires, es decir los que bailarán con famosos y las chicas que pertenecen al staff de bailarinas de Marcelo Tinelli quien si suagenda se lo permite, estaría en el Independencia.