El viernes 28 de septiembre Rubén Clavenzani volverá a presentar el unipersonal de su autoría Aquel tiempo de hoy en el Teatro 3 de Febrero de Paraná desde las 21. Las entradas ya están en venta en boletería.

La obra, escrita y protagonizada por Clavenzani, es un paseo por el tren de las comunicaciones, en donde el cine, el teatro, la radio y la televisión encienden las antenas de la imaginación. Y vuelve a presentarse en Paraná a cinco años de su estreno. En una parada nocturna, el actor los invita a un viaje relámpago desde algún pasado hacia el futuro para abrazar recuerdos e imaginar destinos.

La obra se presentó con éxito en el Chacarerean Teatre y el Café Tortoni de Buenos Aires; también en diferentes ciudades de España, Ecuador, Colombia y en Cuba. "Me llamó la atención como el cubano conoce mucho sobre los creadores argentinos, sobre nuestra televisión y nuestra literatura. En España se da algo similar", dijo Clavenzani a Escenario.

Esta será la 13° función en la capital entrerriana y la tercera en el Teatro 3 de Febrero. Pero cada función es una incógnita: es que el teatro tiene la capacidad de sintetizar, es un arte presencial y vivo que no ha podido ser reemplazado pese a todos los adelantos tecnológicos. Ni siquiera la aparición del cine pudo poner en jaque a este arte tan orgánico, donde ninguna función es igual que la anterior.

"Sigo sosteniendo que esta obra es ese antojo que todo actor quiere darse cuando alcanza cierta altura de su vida. Es una suma de vivencias personales, de relatos de tanta gente que los de mi generación pudimos conocer y dialogar, como con inmigrantes que venían de la guerra civil española o de la Segunda Guerra Mundial, judíos perseguidos, japoneses que habían sobrevivido a Hiroshima, en fin. Todo eso está, de alguna manera, traducido en esta historia teatral. Y el otro eje importante son los grandes inventos, aquellos que me han impactado a nivel personal, y que tienen que ver con las comunicaciones. Y los grandes hacedores, que fueron grandes luchadores e incomprendidos, como Leonardo Da Vinci, que crearon los cimientos para nuevos inventos fusionando las ciencias con el arte", destacó el entrevistado.

Escalas nocturnas

Durante poco más de una hora, Clavenzani y su locomotora imaginaria realizan escalas irrespetuosas de las reglas témporo-espaciales, haciendo elipsis de la vida de un tal Julián para luego partir hacia la cuna de la cultura occidental en la Grecia antigua, para luego recrear la vida en un conventillo porteño a principios del siglo XX,para después presenciar la hazaña de los "locos de la azotea" y, así sucesivamente, saltar antojadizamente por las historias mínimas y máximas de eso que llamamos humanidad. Es que nuestros cuerpos están hechos de esas historias grandes y pequeñas, que forman parte de un todo, sólo perceptible a través de los prismas del arte y la imaginación.

Este unipersonal narra en 90 minutos un novedoso recorrido por los inventos que hicieron que el hombre pueda verse y escucharse. Utilizando muy pocos elementos en escena, el actor se vale de su cuerpo y su voz para evocar distintos momentos históricos que quedaron grabados en la memoria colectiva. No falta el humor ni la cita en carne propia a personajes de la historia que dejaron una huella que Clavenzani pone en valor a través de su interpretación.

"También hablo sobre el eterno sometimiento de los dominadores sobre los dominados. La obra es un viaje en tren, un tren metáfora que recorre los grandes imperios y civilizaciones antiguas como los egipcios, los romanos, la península ibérica, la América pre colombina. Y encontramos algunos porqués de tamaña destrucción, de la que hoy al menos se toma conciencia; porque hasta hace un tiempo atrás se nos enseñaba que era un hecho necesario e imprescindible para poder llegar a la civilización. Hoy hemos evolucionado, más allá de los misiles y las bombas neutrónicas que dan respaldo a billetes que no tienen valor, que son papeles pintados. Algo que se viene repitiendo, amén de las diferencias tecnológicas, a lo largo de la historia y de los imperios", señaló, pero destacó que el acento está puesto en la radio, la televisión, el cine y el teatro nacional, repasando formatos, autores, secuencias y hasta gestos creados en Argentina que luego se difundieron por toda Iberoamérica.

"Nuestro país ha sido siempre un generador de inventores y de inventos, más allá de la escasa población que tiene para abarcar un territorio tan vasto y rico. El arte y la creatividad siempre estuvieron presentes para sobrellevar crisis y situaciones complejas, cuando parecía que el horizonte se nos venía encima a devorarnos", manifestó Clavenzani, quien en este espectáculo da vida a más de 45 personajes tangibles, algunos conocidos y otros genéricos, que muestran miserias y virtudes de nuestra especie.

Además de teatro tradicional, en el espectáculo hay algo de stand up y de impro, como así también algunas pequeñas instancias donde el público participa desde sus butacas. Al respecto, destacó: "Luigi Pirandello, a quien citamos en Aquel tiempo de hoy, decía que 'El teatro es arte del verse vivir', pero la diferencia es que tanto el teatro como expresiones artísticas se tienen que hacer con el público; son vivos y presenciales y tienen esa adrenalina maravillosa. A esta obra la abrazo, son retazos de muchas obras que he dirigido y en las que he actuado, ensayos. Y esta suma de creaciones tiene principio, nudo y desenlace que se llevó a una instancia escénica"

Este unipersonal cuenta, además, con la utilería y escenoplástica de Alfredo Godoy Wilson; música original de Gustavo Caprile, vestuario de Osvaldo Petinari, asistencia de Silvia Manfredi, y producción de Belén Bustamante, Agustín y Francisco Clavenzani.

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Gentileza: Aquel Tiempo de hoy
Gentileza: Aquel Tiempo de hoy
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