Emprendedoras

Tres mujeres soldadoras mendocinas que se formaron en Asinmet esperan trabajar en la metalmecánica

Yolly Benavidez, Érica García y Viviana Ponce participaron en la capacitación "Mujeres de Acero" y ahora quieren tener un lugar en una industria esencialmente de varones

La experiencia que reunió a Viviana Ponce, Érica García y Yolly Benavidez, fue muy distinta a la que viven muchas mendocinas para las que las tareas de la industria metalmecánica les son completamente ajenas. Pues para ellas tres, el uso de la soldadora y la amoladora se convirtió en una actividad cotidiana en la capacitación Mujeres de Acero, brindada por Asinmet en Mendoza.

Lo cierto es que este tipo de tareas, que antes eran reservadas exclusivamente para varones, ahora no lo son. Las mujeres quieren y pueden integrar la metalurgia y las experiencias de Vivana, Érica y Yolly, así lo demuestran.

mujeres soldadoras.jpg
Todas las mujeres que completaron el curso dictado por Asinmet, esperan ser convocadas por empresas de la industria metalmecánica

Todas las mujeres que completaron el curso dictado por Asinmet, esperan ser convocadas por empresas de la industria metalmecánica

Mujeres de Acero: Yolly quería aprender a soldar

Yolanda Benavidez, es una "mendocina por adopción", oriunda de Venezuela, emigró con su marido, un médico neurólogo a la Argentina y eligieron Mendoza para vivir. Yolly es licenciada en Administración Industrial, y cuando llegó a la provincia, quiso empezar a capacitarse en distintas actividades técnicas. Pero lo que más deseaba era aprender a soldar. Esa fue su principal motivación para inscribirse en la capacitación de Mujeres de Acero. Y su expectativa se cumplió con creces, ya que la experiencia que tuvo fue mucho más allá de dominar una técnica.

“Mi experiencia en esta capacitación ha sido excelente. Es una gran oportunidad para aprovechar, para compartir con profesores muy empáticos y dedicados a que cumpliéramos nuestros objetivos.

Además de aprender, Yolly superó el prejuicio de que soldar y amolar son tareas solo de varones.

Yolly Benavidez ok.jpg
Yolly Benavidez tenía como principal motivación aprender a utilizar la soldadora y en

Yolly Benavidez tenía como principal motivación aprender a utilizar la soldadora y en "Mujeres de Acero", le enseñaron cómo hacerlo.

“Aunque en un principio pensábamos que eran tareas que solo podían realizar los hombres, teníamos esa curiosidad, esa tendencia a que nos gusten las cosas mecánicas, o de reparación de objetos y esto se volvió un plus para nuestro día a día”

Para Yolly, existía una motivación en común entre las distintas mujeres que se capacitaron: llevar adelante estas actividades como fuente de ingresos.

Sería muy interesante que pudiéramos ocupar un puesto en la industria metalmecánica Sería muy interesante que pudiéramos ocupar un puesto en la industria metalmecánica

Dominar la soldadura era la principal motivación de Yolly y lo consiguió, de hecho esto le generó una gran curiosidad en la construcción de todo lo que veía a su alrededor.

“Cuando ya comienzas a tener esa información, te da curiosidad ver cómo están hechas las cosas, te fijas en las puertas, en las rejas de las casas, te fijas en una tienda que tenga muebles de decoración de hierro, En las redes sociales no hay lugar en el que no busques todo lo que sientes que quisieras hacer”, describió.

El interés de Yolly en la reparación de objetos ya había comenzado antes de inscribirse en Mujeres de Acero, en un taller de reparación de monopatines, exclusivo para mujeres, que también tomó.

Yo estaba feliz en ese curso, porque me siento un poco “McGyver” quiero reparar todo. Veo una segunda vida útil en los objetos, y por esto me gustaría poder poner en práctica lo que aprendí, sobre todo en la realización de objetos útiles para el hogar, pero también me gustaría insertarme en la industria metalmecánica Yo estaba feliz en ese curso, porque me siento un poco “McGyver” quiero reparar todo. Veo una segunda vida útil en los objetos, y por esto me gustaría poder poner en práctica lo que aprendí, sobre todo en la realización de objetos útiles para el hogar, pero también me gustaría insertarme en la industria metalmecánica

Según sostuvo, en su entorno no piensan que soldar, amolar o realizar este tipo de actividades que tienen que ver con la metalurgia sea un trabajo de varones.

“Al contrario, saben que yo siempre he sido muy curiosa con cuestiones muy técnicas, muy manuales, pero siempre se sigue viendo, en el aspecto general, se proponen las oportunidades y las mismas mujeres por vergüenza no se acercan, o por miedo a lastimarse. Yo creo que es algo cultural, pero sí ya se está viendo un cambio”.

Erica García buscaba aplicar las herramientas en el arte

Erica tiene 49 años y estudia artes visuales, está casada y es mamá de dos hijas adolescentes. Trabaja dando clases de artes en un programa de Cuidados Alternativos, y además, es una mujer muy curiosa y dispuesta a aprender.

Su principal motivación era la de aprender a utilizar la soldadura para aplicarla a sus trabajos artísticos, lo cual –según aseguró- no la cierra ni la limita para nada en cuanto a conseguir un puesto de trabajo en la industria metalmecánica. “Me enteré de la capacitación por redes sociales, y me re interesó para aplicar los conocimientos en las artes visuales”,

Siempre tuve la intención de soldar, me llamaba mucho la atención verlo en mi familia, pero no me animaba, porque quizás también falta la paciencia de que alguien te enseñe, eso es lo que más valoro de este curso Siempre tuve la intención de soldar, me llamaba mucho la atención verlo en mi familia, pero no me animaba, porque quizás también falta la paciencia de que alguien te enseñe, eso es lo que más valoro de este curso

Yo no veía este tipo de actividad como algo de varones, lo que pasa es que por ahí, al uno no tener la parte teórica, la parte pedagógica, es difícil aprender. Mi papá suelda súper bien de toda la vida, al igual que mis hermanos, pero por ahí te quieren enseñar y, te muestran haciéndolo ellos, pero la parte teórica es muy importante, saber para qué sirven las cosas. No lo veo como una tarea de hombres, sí como una tarea super necesaria y útil de aprender

Nos han metido en la cabeza que tenés que pedir que te lo haga otro, que no lo puede hacerlo vos Nos han metido en la cabeza que tenés que pedir que te lo haga otro, que no lo puede hacerlo vos

Si bien reconoció que “les tuvo mucho respeto a las herramientas”, respeto y un poco de temor, contó que lo fue perdiendo a medida que avanzó en el aprendizaje.

Erica garcía.jpg
Érica García, la profesora de artes visuales que aprendió a utilizar la soldadora para incorporarla a su profesión

Érica García, la profesora de artes visuales que aprendió a utilizar la soldadora para incorporarla a su profesión

“Me pasó por ejemplo con la amoladora, que yo pensé que quemaba, porque veía que saltaban chispas, pero nuestros profes nos enseñaron hasta en qué posición ponernos. Incluso hasta dónde ponerte el guante, porque es más peligroso usar guantes en las dos manos”, explicó y agregó que todos esos detalles hicieron que se le fuera el miedo de utilizar las herramientas.

Érica tenía curiosidad por aprender y vio muchos tutoriales, pero destacó que nunca es lo mismo teniendo un profesor al lado, que te de una mano.

También habló del interés compartido con sus compañeras por crear una asociación o agrupación para no perder todo lo que aprendieron y que funcione como una especie de bolsa de trabajo, o también para transmitir el conocimiento a otras mujeres.

Para Érica, el hecho de llevar a la práctica la soldadura tuvo que ver con el arte, pero no dejó de destacar la importancia que tenía para sus compañeras la inserción laboral en el sector metalmecánico.

“Algunas de mis compañeras trabajan en fábricas, y querían capacitarse para mejorar su CV y sus ingresos”,

Érica no escatimó en elogios para sus profesores, José Luis Fernández y Lucas Murúa. Ellos dictaron la capacitación, que consistía en tres módulos, en los que las mujeres debían estudiar y rendir en base a cuadernillos proporcionados por los organizadores.

“Realmente tuvimos que estudiar un montón la parte teórica”, manifestó Érica.

También puso énfasis en la etapa de aprender en los simuladores, que fueron ellas quienes los estrenaron y resultaron sumamente útiles antes de comenzar las prácticas con las herramientas reales.

“Nosotras fuimos las pioneras en la utilización de simuladores de soldadura, fue algo que nos permitió aprender o tener la sensación de las herramientas, algo así como una memoria muscular para cuando utilizáramos las herramientas reales.

Explicó que es necesario usar perfectamente el simulador porque la aplicación del programa te daba todos los detalles en los que estabas fallando, el ángulo de trabajo, el ángulo de avance, o el hecho de despegar mucho el electrodo de la máquina, te aparecía detallado en el informe de errores.

“La simulación la hacías tal y como si estuvieras manejando una máquina real, tuvimos una excelente oportunidad de probar esa nueva tecnología y bueno, quedamos súper contentas con eso”

En cuanto a las posibilidades de trabajo real, tanto Érica, como las otras dos mujeres que se capacitaron y participaron de la entrevista, destacaron lo mismo: es la parte quizás más compleja del proceso.

Estamos esperando sugerencias de empresas que necesiten trabajadoras capacitadas Estamos esperando sugerencias de empresas que necesiten trabajadoras capacitadas

afirmó Érica y agregó que cuando se recibieron quedaron en una nómina, con la expectativa de ser convocadas por la industria metalúrgica.

Vivana Fuentes Ponce y la curiosidad innata por los trabajos técnicos

Para Viviana Ponce, otra de las “Mujeres de Acero”, su gran inquietud de hacer el curso surgió porque se quería seguir perfeccionando en trabajos técnicos, que toda la vida le llamaron la atención, porque en su casa son actividades cotidianas. Lo que le faltaba era aprender a utilizar la soldadora.

Hace un tiempo, tenía una empresa de instalaciones telefónicas con su marido, pero luego debieron dejarla atrás. Es madre de 6 hijos y actualmente, también es abuela. Al mismo tiempo, trabaja como administrativa, pero su inclinación principal es hacia la utilización de herramientas y maquinarias.

La soldadora era algo que me daba miedo, por el ruido y las chispas. La amoladora por el golpe que te pega cuando la prendés, a pesar de que es una herramienta que se utiliza habitualmente, yo trataba de evitarla La soldadora era algo que me daba miedo, por el ruido y las chispas. La amoladora por el golpe que te pega cuando la prendés, a pesar de que es una herramienta que se utiliza habitualmente, yo trataba de evitarla

El año pasado no tuvo más dudas y se inscribió en cursos que dictaba la municipalidad, pero cuando lo hizo, ya no había cupos. Entonces pensó que iba a quedar para más adelante. Sin embargo, luego de que las mujeres ya habían tomado una clase, se produjo una vacante y la llamaron.

“El curso me resultó mucho más profundo de lo que esperaba, yo en mi trabajo soy administrativa, pero todo lo que me implica sumar conocimiento me sirve, me da un plus, porque no es lo mismo decirle a alguien que vaya a hacer algo de lo que vos no tenés idea, que hacerlo con conocimientos”.

Viviana Fuentes Ponce okk.jpg
Algunos de los momentos de la capacitación

Algunos de los momentos de la capacitación "Mujeres de Acero", tal y como la vivió Viviana Fuentes Ponce

Al igual que Érica, Viviana destacó el trabajo de los profesores y valoró la parte teórica de la capacitación.

“Cuando empezamos las prácticas, y fue muy bueno haber podido “entrenarnos” antes en los simuladores, porque eso te da una memoria muscular importante. Te sirve para perderle el miedo a la máquina, porque realmente el chispazo que hace cuando prende el electrodo es único. Le tenés que perder el miedo usándolas”.

Viviana recordó a uno de sus profesores, al que “le cuestionaban todo”, ella y un grupo de compañeras (Sonia, Eli y Marian) pero en forma constructiva. “Nosotras queríamos aprender y por eso preguntábamos tanto y cuestionábamos lo que no entendíamos, porque sino es difícil aprender” Lo que contó es que al profesor le encantaba que le preguntaran tanto, en un momento nos dijo que nosotras lo habíamos hecho crecer, porque él daba este curso y nadie le cuestionaba nada y nosotras llegamos con otro espíritu, si vamos a aprender, lo vamos a hacer bien

Nosotras reflexionábamos sobre lo que estábamos aprendiendo, el profe nos tuvo toda la paciencia nos había puesto “la mesa cuatro” que éramos las más cuestionadoras Nosotras reflexionábamos sobre lo que estábamos aprendiendo, el profe nos tuvo toda la paciencia nos había puesto “la mesa cuatro” que éramos las más cuestionadoras

Si bien marcó como más que positiva la capacitación y la experiencia, sí destacó que la inserción laboral de mujeres en la industria metalúrgica no se vive tanto en la realidad. Todavía es un espacio muy de hombres, y lo hemos estado hablando con otras compañeras de curso, nos gustaría que se nos diera la oportunidad. Incluso no llegamos a hacer pasantías en empresas, por una cuestión de tiempo. Pero aunque se difunda que la inserción laboral es inmediata en la industria metalúrgica, no es lo que sucede.

Muchas mujeres –incluso muy jóvenes- han hecho esta capacitación para mejorar su futuro laboral. Y esto es lo que nosotras, que tenemos la oportunidad de decirlo, queremos que se difunda.

Queremos tener la oportunidad de demostrarles a todos, incluso a nosotras mismas, que sí somos capaces de hacer este trabajo, tenemos la formación y el lugar que buscamos ocupar no lo merecemos por ser mujeres, sino porque tenemos la capacidad de trabajar en esto Queremos tener la oportunidad de demostrarles a todos, incluso a nosotras mismas, que sí somos capaces de hacer este trabajo, tenemos la formación y el lugar que buscamos ocupar no lo merecemos por ser mujeres, sino porque tenemos la capacidad de trabajar en esto

Mujeres de Acero, una iniciativa de Asinmet

mujeres de acero.jpg

Maeva Schuster, quién coordina este programa dentro de Asinmet, explicó los fundamentos de la capacitación "Mujeres de Acero".

Manifestó que Mujeres de Acero es una iniciativa de Asinmet, en conjunto con el Instituto de Actualización Empresarial de la Asociación de Industriales Metalúrgicos de la República Argnentina (ADIMRA).

Esta capacitación surgió de un relevamiento de las necesidades que se plantean en la industria metalúrgica de Mendoza, el resultado fue la necesidad de personal capacitado en soldadura.

Lo que hicieron fue consulta con el IAEA y constataron que no existía un trayecto formativo para formar desde cero, en este caso a mujeres que no tuvieran conocimiento previo del oficio; se partió de la base de los distintos cursos del IAEA y se armó un trayecto formativo que se ajustara a las necesidades y objetivos que desde Asinmet, se plantearon para dar respuesta a la necesidad detectada.

Shuster destacó que el Programa tiene como objetivo principal la formación e inserción laboral de las mujeres en la cadena de valor de la industria metalmecánica de la Provincia, y por esto "las Mujeres de Acero", están a la espera de ser incorporadas en la industria metalmecánica provincial.

Temas relacionados: