Ingrid Cano (31) y Francisco Jacky (27) son pareja y tienen un hijo de cuatro años llamado Andino. Son profesores de circo, malabaristas y en 2020 crearon un emprendimiento de juegos y juguetes artesanales que fabrican con madera reciclada.
Ingrid Cano (31) y Francisco Jacky (27) son pareja y tienen un hijo de cuatro años llamado Andino. Son profesores de circo, malabaristas y en 2020 crearon un emprendimiento de juegos y juguetes artesanales que fabrican con madera reciclada.
"Juegos para divertirnos sin dañar nuestro planeta", es el eslogan de Clave de Luna Malabar. Ingrid explicó que su idea es unir la niñez, la adolescencia y la adultez y que a través del juego puedan compartir un momento y reencontrarse con su infancia.
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Los artesanos tienen su stand en la feria del paseo de fuente de los Continentes en el parque General San Martín los viernes, sábados, domingos y feriados de 11 a 19. Por las vacaciones de invierno y hasta el 30 de julio están todos los días en el mismo rango horario.
Francisco e Ingrid vienen del ambiente del circo, daban clases para chicos de la primera infancia y les surgió la inquietud de adaptar juguetes acordes a los más pequeños. Empezaron reciclando madera y fabricando juegos para que adquieran habilidades de motricidad gruesa.
A principios del 2020 empezaron con el emprendimiento, pero se quedaron varados en Buenos Aires por la pandemia y estuvieron siete meses sin poder volver a Mendoza. Ingrid dijo que sobrevivieron con la ayuda de su familia que vive en esa provincia.
Aprovecharon ese tiempo para crear contenidos para sus redes y producir algunos juegos grandes porque en Buenos Aires tienen un taller. Cuando pudieron volver a Mendoza comenzaron a fabricar juegos más pequeños y se instalaron en la feria de Luján, pero no encontraron su público.
La pareja realizó los trámites en Economía Social de la provincia para entrar en la ruta de los emprendedores registrados. El programa de Economía Circular conecta a las empresas o el sector público que se deshacen de materiales que ya no se utilizan con los artesanos que reciclan estos elementos.
Ingrid explicó que pasaron por una comisión evaluadora y a través del programa del gobierno pudieron buscar mucho material para reciclar en la ex Dirección de Niñez Adolescencia y Familia (DINAF). Agregó que era un descarte que quedó cuando el organismo cambió de edificio.
La joven dijo que fueron muchos emprendedores a llevarse insumos y ellos aprovecharon las camas de madera viejas. "Fue un momento clave porque teníamos tanto material que pudimos producir en cantidad. Además, arreglamos una máquina muy importante, un taladro de banco que estaba como basura, la reciclamos y fue una gran ayuda", añadió.
A partir de esa donación, pudieron instalarse en octubre del 2021 en la feria del parque San Martín, en donde encontraron su público.
La fábrica la tienen en su domicilio, en una casa antigua en Godoy Cruz que era de la abuela de Francisco, en la parte del fondo está el taller y en la parte de adelante, empaquetan. Al comienzo fabricaban todo manualmente, pero la incorporación de las máquinas les permite tener juegos de mejor calidad, sin afectar lo artesanal ya que ellos las operan.
"Las ideas son nuestras y ahora estamos haciendo juegos muy antiguos, de Egipto, del Imperio Romano, que ya existen, pero muchas veces ni se conocen las reglas y tenemos que hacer toda una investigación detrás para encontrar las reglas y la historia del juego", explicó Ingrid.
Fabrican trompos, yo-yo, juegos de ingenio, juegos de mesa con tableros, columpios. Además, hacen juguetes por encargo y - según Ingrid - es todo un desafío. Cada juego va con el envoltorio de tela reciclada, el instructivo y el nombre y la marca grabados en la madera.
La joven dijo que las ventas aumentaron en los dos años que llevan en la feria y que al comienzo no tenían productos fijos, sino que iban creando de acuerdo a la madera que les donaban. En cambio, ahora tienen una cadena de producción que les permite tener juegos estables y van agregando nuevos.
Ingrid sostuvo que hace algunos meses que no reciben madera porque no ha habido empresas o entidades del gobierno que donen, pero remarcó que seguramente no conocen el programa de Economía Circular. Añadió que reciben muchos restos de poda, de ramas, y con eso hacen botones y fichas para los juegos.
De igual manera, explicó que siempre tienen lugares en donde conseguir madera para reciclar. Además, la joven dijo que cuando compran, buscan madera de álamo, que es de cosecha local, para impactar lo menos posible al ambiente.
La joven explicó que siempre le gustó trabajar con madera y es un material que siempre se descarta en obras o empresas y por eso junto a Francisco encontraron la posibilidad de crear un emprendimiento sin tener que hacer grandes gastos al comienzo para comprar insumos.
Los interesados en donar muebles, pallets o cualquier objeto de madera puede comunicarse al Instagram @clavedelunamalabar, al teléfono 011 3308-5591 o al mail [email protected].