“Este premio es una caricia para nosotros, un reconocimiento al esfuerzo, a la constancia y al trabajo. Sirve para motivar en un entorno donde no recibís mucho apoyo y hay permanente crisis” “Este premio es una caricia para nosotros, un reconocimiento al esfuerzo, a la constancia y al trabajo. Sirve para motivar en un entorno donde no recibís mucho apoyo y hay permanente crisis”
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Los modernos y potentes drones chinos DJI en plena acción sobre una viña mendocina, aplicando agroquímicos para el curado de las vides.
Como nació Uco Drone
Pese a que Gastón Regazzone es abogado, su familia siempre estuvo ligada a la producción agrícola. "Yo viví 12 años en La Consulta (San Carlos), tenemos finca allá, y siempre hemos tenido ese contacto con la tierra. La idea de la empresa surgió por la problemática de todos los productores cuando llega el momento de curar (los cultivos): el empleado, la maquinaria, el tractor, o la lluvia. Llegamos a odiar a nuestra máquina de curar, siempre estaba rota. Cuando no eran los picos, era la bomba, y así", recordó el emprendedor, que vive en Chacras de Coria, Luján de Cuyo.
Luego continuó: "Nos pusimos a pensar, y decíamos “tiene que haber algo”. Así que miramos al cielo, y googleamos. Ese fue el disparador, y arrancamos con mi viejo y mi hermana, los primeros con que empezamos a trabajar, y luego se sumó el hermano mellizo de mi papá, que es ingeniero agrónomo. Una que vez que encontramos la tecnología, empezamos a ver como traerla a Mendoza y como adaptarla a nuestras necesidades. Compramos un drone DJI, de fabricación china, y largamos", señaló, para sumar que "luego compramos un aparato más, y los Ragazzone se sumó un socio, Fernando Rodríguez".
El uso de drones para la fumigación no tiene muchos antecedentes, y si lo hay no estaban a mano. Así lo expuso Gastón. "No había nada en internet ni bibliografía sobre el uso de los drones para nuestra necesidad, así que nos largamos a pura prueba y error, y lo más difícil fue la adaptación para el agro local. Al principio largamos en la parte hortícola, con ensayos en la finca nuestra. Hubo que trabajar en la aplicación, por ejemplo, el tema de los dosajes, y luego en convencer a los usuarios. Imaginate que decirle a un tipo, que por años usó la tecnología tradicional, como es el método nuestro, con geolocalización, no es muy fácil. Fue un trabajo de “evangelización” el que hubo que hacer. Pero por suerte hoy venimos muy bien", dijo el mendocino.
Este premio llega en un momento oportuno, y significa un golpe anímico cuando la empresa se ha planteado nuevos desafíos. "Estamos tratando de desarrollar la tecnología acá, nos hemos asociado con una empresa, donde ellos a nuestra tarea de logística, aplicación y desarrollo en el campo, ellos le sumarían la parte de vuelo de los aparatos", indicó el emprendedor premiado. La idea básica, ya en fase de ensayos es reemplazar a los drones eléctricos, los que tienen limitada vida útil y baterías muy caras, por un desarrollo propio con motores de combustión interna de baja cilindrada.
Respecto al apoyo que ha recibido como Pyme, Regazzone destacó: "Hemos obtenidos algunos ANR (aportes no retornables) de la Provincia, y la parte de emprendedores de Mendoza (Dirección de Emprendedores), que siempre han estado, especialmente Emilio Aguiló, que nos ha apoyado desde el principio y nos dio una mano".
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El operador del dispositivo utiliza también las cámaras para controlar la tarea a realizarse sobre los cultivos.
Ventajas del sistema
- Ahorro de agua: De los 400 o 500 litros por hectárea (L/ha) del método tradicional (tractor) pasa a 10 o 20 L/ha
- Disminución del dosaje de los químicos por hectárea, debido a lo puntual de la aplicación aérea programada
- Se evita la compactación de suelos, lo que genera desertificación
- Rapidez: Con el método tradicional se tarda 2 días, mientras que para el drone lleva sólo 4 horas
- Mayor eficiencia