Entrevista

Fabio Marengo, el electricista que conquistó las redes como influencer gastronómico

El técnico electricista que da clases en la cárcel se convirtió en influencer de carritos gastronómicos poniendo humor y autenticidad a sus contenidos en redes

A los 35 años, Fabio Marengo vive una rutina tan atípica como fascinante. Enseña electricidad en el penal de Almafuerte y, al mismo tiempo, es uno de los influencers gastronómicos más populares de Mendoza. Sus videos de visitas a carritos de comida callejera con guiños de humor logran algo en las redes que no se compra: credibilidad.

Marengo no es influencer por herencia ni por accidente. Tampoco improvisa. Su historia empieza con un micrófono de stand up, continúa con una cámara de celular y se consolida en una búsqueda por entretener con contenido genuino, cercano y útil para su comunidad virtual.

Hoy acumula más de 60 mil seguidores que confían en sus recomendaciones, que valoran su espontaneidad y que siguen de cerca cada nueva incursión en el mundo de la comida rápida, los bodegones o los hallazgos gastronómicos de barrio. Y precisamente este encuentro con Diario UNO se dio en un puesto de lomos callejero ubicado en Las Heras.

Fabio Marengo, influencer gastronómico de carritos de comidas callejeras
Fabio Marengo en su salsa: mostrando y degustando un lomito en una sandwicería de Las Heras.

Fabio Marengo en su salsa: mostrando y degustando un lomito en una sandwicería de Las Heras.

Detrás del personaje que aparece en los Reels hay un docente comprometido, un técnico que sabe de oficios, un tipo curioso que edita sus propios videos, responde comentarios e investiga cada lugar antes de recomendarlo. Todo eso sin dejar de dar clases en la cárcel de Cacheuta, donde trabaja desde hace ocho años.

Consciente de que las redes todavía no son su ingreso principal, Marengo apuesta a que algún día sí lo sean. Y avanza en esa dirección con constancia, pasión y en defensa de la autenticidad del contenido por sobre la obsesión de convertir sus videos en virales -aunque muchas veces lo alcanzó-. En ese camino, dice, no hay atajos.

De los escenarios a las redes: el origen de un estilo

Antes de meterse de lleno en las redes, Fabio Marengo hacía stand up. Esa experiencia, cuenta, le sirvió para perder el miedo a exponerse: “Subir contenido en redes es exponerse. Si no ponés tu cara, ponés tu voz, y si no es tu voz, es tu idea. Ya había sentido algo parecido en el teatro, así que no me costó tanto”, confiesa.

En 2019 empezó a subir videos humorísticos y sketchs con el objetivo de atraer público a sus shows en bares y teatros. Sin embargo, no era constante. Hasta que un día decidió probar con otro enfoque: mostrar lugares turísticos de Mendoza desde una mirada personal.

A ese giro se sumó un video sobre un carrito de comida callejera ubicado abajo del puente del Jumbo que tuvo un impacto enorme. "Ahí sentí que ese tipo de contenido gustaba. Y me volqué más hacia eso”, revela y asegura que no planeó convertirse en influencer gastronómico. Fue algo que, según sus palabras, simplemente “se dio”.

Fabio Marengo, influencer gastronómico de carritos de comidas callejeras
El influencer se mete en la cocina de los carritos de comida callejeros o bares más inhóspitos de Mendoza.

El influencer se mete en la cocina de los carritos de comida callejeros o bares más inhóspitos de Mendoza.

Al principio grababa los lugares que conocía como consumidor habitual y, muchas veces, pagaba los productos con su propio dinero. Después llegaron las recomendaciones de sus seguidores, los mensajes de los dueños de locales, las invitaciones, y la comunidad en redes empezó a tomar forma y a convertirse en un "negocio".

No te podés llamar creador de contenidos si no pensás primero en producir vos tu contenido. No te podés llamar creador de contenidos si no pensás primero en producir vos tu contenido.

A pesar de ese crecimiento como influencer, Fabio sigue priorizando la honestidad del contenido que publica. “Si tengo que pagar, pago. Para mí, el contenido es lo prioritario”, asegura. Y aunque ya ha trabajado con marcas, considera que los acuerdos comerciales deben llegar como consecuencia "de lo que uno genera" en las redes.

Las claves para generar comunidad en redes

La pandemia, en su caso, no fue un impulso creativo para potenciar sus redes, sino todo lo contrario. Fue un momento de crisis y encierro, en el que incluso dejó de producir videos. Recién después retomó con más constancia y claridad sobre qué quería mostrar y a quién quería hablarle.

“Uno tiene que ser consciente de quién lo sigue, a quién le habla y qué público busca”, reflexiona Fabio Marengo. Para él, no se trata de gustarle a todo el mundo ni de intentar abarcar todos los temas. La clave está en hablarle a un público específico, construir una comunidad y no perder la autenticidad en el camino de desarrollo de un influencer.

Uno de los primeros videos virales de Marengo fue el que subió a su cuenta en TikTok para simular una audición suya en el programa Got Talent Argentina 2023. Tal fue la repercusión que a las pocas horas, entre los miles de comentarios apareció uno de Lizy Tagliani, quien entonces conducía el ciclo televisivo.

Embed - El influencer Fabio Marengo y su video viral simulando su participación en Got Talent 2023

Sus videos no son solo recorridos de la gastronomía "outsider" de Mendoza. Siempre incluyen una puesta en escena, un chiste, una frase que rompe la lógica tradicional de la reseña. “Trato de que sean contenidos entretenidos. Ahí se nota más mi costado de comediante”, reconoce quien hasta comparte con sus seguidores sus momentos de crisis creativa.

Por eso, aunque hoy los shows de stand up quedaron casi en el pasado, ese ADN humorístico y reflexivo sigue presente en sus redes. Y supo encontrar en las comidas ricas, abundantes y económicas su nicho virtual.

Cuando los contenidos en redes son "genuinos"

Otra de sus producciones virales más recientes fue un video donde comparaba dos marcas de yerba mate: Piporé y Cósmico. La conclusión, basada en datos concretos, era que ambas eran producidas por la misma empresa, pero una costaba el doble. El video fue tendencia y lo hizo conocido en nuevos círculos dentro de las redes.

Precisamente, de ese video casero surgió una propuesta laboral con una marca reconocida de yerba: La Merced.

Ese tipo de experiencias refuerzan su filosofía acerca de que “los contenidos que son genuinos, producidos por uno mismo, son los que mejor funcionan". Y aporta: "Quizás no se ve tanto en reproducciones, pero tu comunidad te lo agradece muchísimo. Y crear comunidad es más importante que generar masividad”.

Los contenidos que son genuinos, producidos por uno mismo, son los que mejor funcionan. Quizás no se ve tanto en reproducciones, pero tu comunidad te lo agradece muchísimo. Y crear comunidad es más importante que generar masividad. Los contenidos que son genuinos, producidos por uno mismo, son los que mejor funcionan. Quizás no se ve tanto en reproducciones, pero tu comunidad te lo agradece muchísimo. Y crear comunidad es más importante que generar masividad.

Embed - El influencer mendocino Fabio Marengo compara yerbas y su video se vuelve viral en redes

Para Marengo, muchos influencers buscan la viralidad como el único fin, sin pensar en la construcción sostenida de una audiencia. “De esas millones de visitas, ¿cuántos te conocen de verdad?”, se pregunta.

En la actualidad, Fabio le pone muchas fichas también a su canal de YouTube donde en poco tiempo ya alcanzó las 5.000 suscripciones.

Mucha comida rápida, poca gastronomía al plato

A la hora de elegir qué lugares mostrar, Fabio Marengo se guía tanto por su experiencia personal como por lo que su comunidad le sugiere. Lee todos los comentarios, responde mensajes y anota sugerencias. También presta atención al boca en boca y hace un trabajo minucioso antes de mostrar un local de gastronomía.

“Algunos piensan que no soy selectivo, pero sí hay un trabajo atrás. Leo reseñas de Google, veo otros Reels, pregunto a conocidos. Con los carritos, que no siempre tienen presencia online, a veces me arriesgo un poco más. Pero trato de chequear todo lo que puedo”, explica el influencer que amplía su contenido virtual al ritmo dinámico de las tendencias gastronómicas y por eso recientemente lanzó su crítica sobre los famosos alfajores con pistacho.

En ese proceso asegura que no todo es lomo y hamburguesas. De hecho, lamenta que cada vez cueste más encontrar lugares que ofrezcan comida casera, rica, abundante y a buen precio en Mendoza. “Esa fórmula mágica en gastronomía que generalmente se da en bodegones es cada vez más difícil de encontrar”, admite.

Los desafíos del influencer del interior del país

Si bien ya ha logrado acuerdos pagos, Fabio Marengo reconoce que todavía cuesta que se valore el trabajo del influencer. “Todavía no está aceptado como un verdadero medio de promoción. Pero hoy un influencer puede llenarte un local, reventarte las ventas de la semana”, sostiene.

Desde Mendoza, el influencer admite que el camino es aún más cuesta arriba. “En Buenos Aires los valores por un posteo son mucho más altos. Acá todavía se está entendiendo el valor real del contenido en redes”, dice. De todos modos es optimista y cree que, a medida que los resultados se hagan visibles, más emprendedores confiarán en este canal de promoción.

Fabio Marengo, influencer gastronómico
Marengo en una de sus visitas al Teatro Colón en Buenos Aires. Dice que allá los influencers están mejor valuados que en Mendoza.

Marengo en una de sus visitas al Teatro Colón en Buenos Aires. Dice que allá los influencers están mejor valuados que en Mendoza.

Fabio nació y se crió en Guaymallén, cerca de la feria, un entorno que –según dice– lo marcó profundamente. Hoy sigue viviendo en el departamento más populoso de Mendoza, pero en otro barrio y junto a su pareja desde hace más de 10 años con quien convive hace tres. También comparten casa con dos gatos.

Cuenta que ella es una parte fundamental del proyecto que desarrolla en redes: lo apoya, lo acompaña, incluso lo ayuda en la edición de videos, le maneja la agenda y modera algunos comentarios. “Sería muchísimo más difícil dedicarme a esto sin su apoyo. Me ayuda un montón en cosas que no me gustan, como la organización de la agenda y todo eso que soy un desastre”, confiesa.

El electricista que enseña a presos y es influencer gastronómico

Aunque comenzó de forma autodidacta, con el tiempo Fabio Marengo se fue formando en creación de contenido digital. Tomó cursos, aprendió edición, analizó el comportamiento de las plataformas. “Las redes cambian todo el tiempo, no dejás de aprender nunca. Es muy dinámico”, afirma.

En paralelo, el influencer continúa con su trabajo como docente en el penal de Almafuerte, donde enseña electricidad a presos desde hace ocho años, en el marco de los CCT (Centros de Capacitación para el Trabajo) que ofrece la DGE.

Esa experiencia, que no suele aparecer en sus videos, es una parte central de su identidad. “Todavía necesito ese trabajo, pero estoy caminando hacia poder vivir de las redes. Es lo que me gustaría”, confiesa aunque aclara que ser técnico electricista "no me disgusta para nada".

Fabio Marengo, influencer gastronómico de carritos de comidas callejeras
El creador de contenidos digitales transmite todo el proceso de elaboración de la gastronomía

El creador de contenidos digitales transmite todo el proceso de elaboración de la gastronomía "fast food" hasta degustarla y compartir con sus seguidores qué le pareció.

Para Fabio, una de las cosas más lindas que le dio este camino es la comunidad de creadores influencers que se va consolidando en Mendoza. Aunque confirma que "no hay millones de lugares para trabajar", celebra que cada vez más jóvenes se animen a crear y a apostar por sus propios proyectos en redes.

Cuando alguien que recién empieza le escribe por redes, él responde y aconseja. “Incluso si hace algo parecido a mí, yo trato de aconsejar. Porque cuando yo empecé me hubiera gustado que alguien hiciera eso conmigo”, dice con humildad.

Constancia, contenido y comunidad

Fabio Marengo no se define solo como influencer. Tampoco reniega de la etiqueta. Pero si tuviera que elegir una fórmula, se quedaría con tres palabras: constancia, contenido y comunidad. Esas son las bases sobre las que construyó su espacio en redes, y con las que aspira a seguir creciendo.

Mientras tanto, entre clases en el penal, visitas a carritos y jornadas de edición en casa, sigue grabando, posteando y escuchando a quienes lo siguen. Además, todos los martes se lo puede ver en el canal de streaming Bardo.

Porque, como él dice, no se trata solo de acumular seguidores, sino de hablarle a las personas correctas. Las que entienden que detrás de cada video hay mucho más que una recomendación gastronómica. Hay una historia que contar, una historia que no es muy diferente a la de tu propio barrio.

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