El comienzo de un viaje que la llevó a la ONU
Martina se graduó como abogada en 2023 en la Universidad Nacional de Cuyo, pero el despegue hacia el universo legal más allá de la Tierra comenzó con dos materias optativas: Derecho del Transporte y Derecho Aeronáutico. Allí conoció al profesor Gustavo Marón —ex titular interino de la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC)— y descubrió su verdadera vocación: el derecho espacial.
“Siempre me gustó mucho el derecho internacional. Cuando conocí el derecho espacial, me di cuenta de que era un área con muchísimo desarrollo, muy relacionada con cómo va a evolucionar la humanidad. Hoy dependemos del espacio para mandar un WhatsApp, para ver el clima o hacer una transacción bancaria. También hay un componente militar muy fuerte. Y el derecho internacional está muy presente en todo eso”, señala.
Esa fascinación la llevó a buscar caminos para seguir formándose. Fue el propio Marón quien le recomendó postularse al Instituto de Derecho Aeroespacial de la Universidad de McGill, en Montreal, uno de los más prestigiosos del mundo.
Desde Tunuyán al mundo. Maestrías, competencias y Luxemburgo
Martina llegó por primera vez a Montreal durante un intercambio universitario. En julio de 2023 se mudó definitivamente para comenzar su maestría en Derecho Aeroespacial. Allí profundizó en cuestiones como la minería lunar, la responsabilidad internacional y la protección del espacio ultraterrestre.
Uno de sus logros destacados fue su participación en una competencia internacional de derecho espacial, en la que su equipo ganó las rondas norteamericanas y llegó a semifinales en la final global realizada en Milán.
Martina Elia en Canadá
En julio de 2023 se mudó definitivamente a Montreal para comenzar su maestría en Derecho Aeroespacial.
Gentileza
Pero su salto más importante vino con una investigación sobre la figura del usufructo en la explotación minera del espacio. Ese trabajo la llevó a presentar en una conferencia en Luxemburgo en mayo pasado, donde compartió panel con representantes de organismos clave como la Oficina de Asuntos del Espacio Ultraterrestre de la ONU (UNOOSA), COSPAR, y la Unión Internacional de Telecomunicaciones.
El doctorado en Montreal y la gobernanza lunar
Gracias a su desempeño, le ofrecieron continuar con el doctorado, que ahora cursa en McGill. “Estoy investigando temas relacionados con la gobernanza lunar, particularmente qué pasa cuando ocurren daños. Hay muchos vacíos legales, y ya hay proyectos de instalación de hábitats humanos y explotación minera en la Luna”, explica.
Su foco actual está en cómo regular la responsabilidad civil en el espacio: ¿qué ocurre si una empresa causa un accidente lunar? ¿Quién se hace cargo? ¿Cómo se compensa el daño?
Además, es coeditora de un proyecto inédito: la primera interpretación multilingüística del Tratado del Espacio Ultraterrestre, el principal marco legal que regula la actividad en el cosmos. “La idea es identificar las diferencias entre las versiones oficiales en distintos idiomas. Muchas veces se usa solo la versión en inglés, pero en español o francés hay términos que imponen otros estándares. Queremos visibilizar esas diferencias y dar voz al sur global”, afirma.
Con raíces en Tunuyán y rumbo a la ONU
Ese trabajo sostenido, académico y profundamente internacional fue el que la llevó a ser convocada por UNIDIR para disertar en Ginebra. La invitación formal llegó a través de una carta personalizada:
“La investigación y el desarrollo de tecnologías y misiones en el espacio cislunar están creciendo rápidamente. Las preocupaciones sobre la seguridad espacial ya no se limitan a las órbitas cercanas a la Tierra... Nos encantaría que interviniera como oradora en el Panel IV – La seguridad del espacio cislunar y más allá”.
Martina Elia, a la derecha.
Martina (a la derecha) se ha destacado en todas las presentaciones que realizó durante estos años.
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El panel que integrará Martina se enfocará en los desafíos legales y geopolíticos que plantea la nueva era de exploración lunar: desde el tráfico cislunar hasta las bases permanentes, pasando por la prohibición de colocar armas en la Luna.
“Hay un gran debate sobre qué significa exactamente ‘fines pacíficos’. El Tratado prohíbe el uso militar, pero hay zonas grises. ¿Un satélite que recopila datos puede usarse con fines bélicos? ¿Qué pasa si se genera un daño? Son debates muy actuales y complejos”, explica.
Una mendocina con proyección internacional
Aunque su trabajo la lleva a tratar con diplomáticos, científicos y juristas de alto nivel, Martina mantiene una fuerte conexión con su tierra natal. “Extraño mucho Tunuyán, mis hermanos, mis amigos. Estar lejos tiene su costo”, admite.
Martina en Canadá
Martina sigue formulándose numerosas preguntas vinculadas con el derecho espacial.
Gentileza
Su historia, sin embargo, no es solo un ejemplo de mérito académico. También demostró, pese a su juventud, que desde un rincón del Valle de Uco se puede llegar a incidir en uno de los temas más estratégicos del siglo XXI: el futuro del espacio y su regulación legal.
“La humanidad está atravesando una nueva carrera espacial. Esta vez no se trata solo de llegar, sino de cómo vamos a convivir allá. Y el derecho tiene que estar preparado para eso”, concluye.