El Antonov An-225 Mriya es, sin lugar a dudas, el avión más grande que ha surcado los cielos del mundo. Construido en Ucrania durante la época de la Unión Soviética, este gigante aéreo fue diseñado originalmente para transportar el transbordador espacial Buran, así como grandes cargas externas que ningún otro avión podía llevar.
Su nombre, “Mriya”, significa “sueño” en ucraniano, y su existencia representa uno de los mayores logros de la ingeniería aeronáutica del siglo XX. Según World Aviationato este avión mide 84 metros de longitud, tiene una envergadura de 88,4 metros y alcanza una altura de 18,1 metros, lo que lo convierte en un coloso no solo por su tamaño sino también por su capacidad de carga.
Su peso máximo al despegue es de aproximadamente 640 toneladas, y puede transportar hasta 250 toneladas de carga interna, además de poder llevar cargas externas gigantescas, como turbinas de avión, módulos espaciales o equipos industriales de gran tamaño. Para soportar esta carga, este avión único en el mundo cuenta con seis motores turbofán Ivchenko Progress D-18T, capaces de generar la potencia necesaria para elevar al aire este avión colosal.
El primer vuelo de este avión tuvo lugar el 21 de diciembre de 1988, y desde entonces se convirtió en un ícono de la aviación en el mundo. A lo largo de su vida útil, ha batido más de 200 récords mundiales relacionados con el transporte aéreo, incluyendo el transporte de la carga más pesada y volar con objetos de dimensiones extraordinarias.
Además de su papel original en el programa espacial soviético, el An-225 ha sido fundamental en misiones comerciales y humanitarias, trasladando equipos de emergencia, generadores eléctricos y suministros a lugares remotos del mundo donde otros medios de transporte serían imposibles de usar.
Entre sus características técnicas, destaca
Este avión sigue siendo un símbolo de ambición tecnológica y capacidad humana, un verdadero coloso de los cielos que demuestra cómo la ingeniería puede superar límites aparentemente imposibles y convertir en realidad lo que alguna vez fue solo un sueño.